No hables mal de la vida ajena…
Sólo lo hacen las personas frustradas
y pobres de espíritu.
Si no puedes decir todo lo
bueno que sabes de alguien, no digas nada.
Hablar mal del prójimo es el arma de los débiles,
de los envidiosos y de los incompetentes.
Si haces así,
perderás la confianza de las personas,
e inevitablemente, los amigos se apartarán.
Di todo lo bueno que sepas de una persona,
pues por mala que sea,
siempre tiene su lado afable.
Con discreción y buen ejemplo,
atraerás la confianza de todos.
(Iran Ibrahim Jacob).
Colaboración de Piera