Feministas o femeninas Autor: Montserrat Martín |
Partimos de la diferencia evidente |
Si
pudimos enviar un hombre a la luna ¿por qué no enviarlos a todos? Éste es uno
de los múltiples chistes que se encuadrarían dentro de los llamados
"chistes feministas" en los que se pone de relieve lo malo y
perverso que puede ser el varón para reafirmar la figura de la mujer. No
resulta fácil definir el feminismo, algunos de forma general lo definen como
el conjunto de ideas y de actividades defensoras de la igualdad de ambos
sexos. Esta definición parte del hecho de que el hombre y la mujer son
iguales y que han de luchar por ello sobre todo la mujer que parece haber
sido relegada a un rol secundario en el desarrollo de la historia de la
humanidad. Es evidente que existen diferencias entre el hombre y la mujer
partiendo de las diferencias somáticas, pero no solamente en éste sino que
también en otros ámbitos se dan estas diferencias que no implican la
necesidad de establecer una relación superior-inferior. Ya Platón puso en
evidencia estas diferencias e intentó dar una explicación de las mismas en el
mito del andrógino. |
¿En contraposición? |
Sin
dejar de reconocer y agradecer los logros obtenidos por los movimientos
feministas en cuanto al reconocimiento de la mujer en diversos ámbitos en los
que venía siendo discriminada, resulta curioso cómo algunas mujeres
justifican el feminismo como el modo de liberarse del yugo impuesto por el
hombre durante siglos. Parece que el feminismo tuviera necesidad del machismo
para definirse a sí mismo por contraposición. Aunque
pueden encontrarse algunas manifestaciones feministas con anterioridad, las
opiniones favorables a la integración social de la mujer comenzaron a cobrar
cierta importancia en los ambientes liberales del siglo XVIII. Así, algunos
pensadores ilustrados, entre los que se distinguió Condorcet, defendieron la
igualdad entre los sexos; en el fragor de la efervescencia de la Revolución
Francesa, Olimpia de Gougues, en paralelo a la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano de 1789, redactó en 1791, la Declaración de
los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana; Germaine Staël dirigió una
cadena de publicaciones feministas; etc. |
La mujer marginada clama por sus derechos |
A
pesar de este ambiente, cuando en 1793 un grupo de mujeres presentó una
propuesta a la Convención Republicana, exigiendo la igualdad de derechos, los
representantes del pueblo rechazaron esta petición y, pocos años más tarde,
el Código de Napoleón consagró la muerte civil y política de la mujer,
declarándola incapaz legal y sometiéndola, según los casos, a la autoridad
del padre, del hermano o del marido. En
el siglo XIX, reaccionando contra el ambiente creado por el código
napoleónico los movimientos feministas se intensificaron y se organizaron: en
Inglaterra Lydia E. Becker fundó el Diario del Sufragio Femenino; en Francia,
Olimpia Andouard, Noemi Reclus y otras establecieron numerosos clubs y
periódicos feministas; en España destacan las actividades de Emilia Pardo
Bazán y Concepción Arenal En
el siglo XX durante la Primera Guerra Mundial, debido a que numerosas mujeres
se incorporaron a las fábricas en sustitución de los hombres, llamados al
ejército y a que muchas otras se movilizaron como agentes informativos o para
asistir a los heridos y prisioneros, la causa femenina recibió gran
promoción. Después
de la guerra, diversas asociaciones feministas se integraron en el Comité
de las Organizaciones de Mujeres, cuyos objetivos fundamentales
consistieron en la abolición de la prostitución, la enseñanza de las jóvenes,
las condiciones del trabajo femenino y la conquista de los derechos
políticos. Y
así, en 1918 , Inglaterra fue la primera nación que estableció el voto
femenino, EEUU lo hicieron en 1921 y poco después este derecho se ha
establecido en más naciones. En
1949 la filósofa francesa Simone Beauvoir, publica el libro Le deuxième
sexe. Este libro ha ejercido una enorme influencia en la evolución de las
ideas feministas y significa no solo un nuevo impulso a las tradicionales
reivindicaciones, sino el surgimiento de otras nuevas de carácter más
revolucionario y radical. Afirma que no ha sido la naturaleza la que ha
establecido y limitado las actividades femeninas sino un conjunto de
prejuicios, costumbres y leyes tendenciosas que es preciso eliminar. A lo
cual añade que la liberación de la mujer comienza por su vientre proclamando
la independencia entre relación sexual y procreación. |
Valorar lo femenino y no imitar al varón |
Sí
pretendemos basar el feminismo en la afirmación de que "la mujer tiene
que ser igual al hombre en todo" ¿no estaremos elevando al varón a la
categoría de modelo a seguir y por tanto considerándolo superior a nosotras?
Pareciera que para afirmarnos como mujeres tenemos que demostrar que somos
capaces de hacer tal o cual cosa igual que el varón, privamos a nuestra
sociedad de los aportes de la feminidad que solo nosotras podemos aportar.
Aquello que estamos criticando tratamos de consiguirlo imitando en la mayoría
de los casos una caricatura grotesca de lo que significa ser mujer. La
liberación de la mujer no pasa tanto por el hecho de que se libere de los
roles que tradicionalmente ha desempeñado como por la lucha para que estos
roles sean reconocidos y tengan la misma dignidad que otros que
tradicionalmente se han atribuido a los varones, en los distintos ámbitos de
la sociedad y también en las leyes, sin dejar de lado las retribuciones
económicas. No encuentro razón por la cual sea más importante diseñar un
maravilloso satélite artificial que "mecer la cuna" donde duerme
tranquilo sabiéndose cuidado por su madre, el hombre que en el futuro
diseñará ese satélite. |
Sería siempre una imitación mediocre |
¿Acaso
ser mujer no es tan bueno como ser varón? Si la respuesta es afirmativa ¿por
qué nos empeñamos en imitarlo y luchar por conseguir lo que él tiene de suyo
olvidándonos de profundizar en lo que tenemos de nuestro y que si nosotras no
aportamos no lo va a aportar nadie? En lugar de destacar y profundizar en lo
que es propio nuestro como mujeres lo ahogamos y tratamos de suprimirlo atentando
contra nuestra propia naturaleza de ser mujer, (la liberación de la mujer
comienza por su vientre). ¿Acaso
no encontramos interesante vivir nuestra aventura de ser mujeres como para
andar copiando paradigmas que no son los nuestros, vistiéndonos con trajes
que no se nos acomodan? Mirándolo
en términos de eficiencia, ¿no resulta más eficiente que empleemos nuestros
recursos para obtener un mejor rendimiento en aquello para lo cual estamos
más capacitadas? Si no se me dan bien las matemáticas puedo empeñarme en ser
ingeniero civil y tal vez lo consiga pero ¿realmente fue buena la inversión?
¿mereció la pena el esfuerzo solo por el gusto de demostrar que yo también
puedo ser ingeniero? |
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Las
mujeres tenemos una responsabilidad, ante nosotras mismas, ante nuestra
familia y ante la sociedad y es precisamente la de ser mujeres, la de aportar
aquello que nos caracteriza como mujeres y para poder hacerlo es preciso que
lo sepamos valorar sin pretender negociar con los talentos del otro entre
otras cosas porque los que tengo me bastan y me sobran para llevar adelante
el negocio que tengo entre manos: En definición aristotélica, la vida lograda
a través de un actuar excelente. ¿Feminista?
NO, Mujer y a mucha honra. |