El Diálogo Conyugal(Tomado de Iglesia.org) ¿Qué entendemos por Dialogar?Dialogar no es simplemente intercambio de información sino que lo propio del diálogo es expresar sentimientos, transmitir anhelos, suscitar vivencias. Si nos referimos específicamente al diálogo conyugal, diríamos que es el encuentro dinámico y personal entre dos seres que se dan y reciben mutuamente. El diálogo tiene su origen en el amor pero a la vez es alimentado de ese mismo amor. Sabemos que si este amor no se cultiva, este tiende a morir. En la vida matrimonial el diálogo es, por eso, tarea permanente y su objetivo es ayudarnos a crecer en el amor. Antes de ver que actitudes debemos tener para un buen diálogo, veremos cuales son las dificultades para lograrlo. 1- Falta de tiempo: la prisa en el tiempo en que vivimos hace que no encontremos momentos de tranquilidad para poder dialogar. Nos parece que dedicarle tiempo al otro es un derroche y solo tratamos las cosas urgentes pero dejamos de lado las realmente importantes. 2- Miedo: cuando uno dialoga con su cónyuge tiene miedo a enfrentarse a las consecuencias. Tenemos que dejar de lado el orgullo, saber reconocer errores o corregir puntos de vista. Aceptar también que el otro nos enseñe. 3- La incapacidad de abrirse: Por lo general no por mala fe, sino que en algunos casos por experiencias negativas(por haber confiado en alguien y esa persona contar todo a otra); por un temperamento muy retraído y no educado, o porque en su hogar nunca se cultivo la cultura del diálogo. ¿Cuáles serían las actitudes fundamentales para lograr un diálogo fecundo?1- Saber escuchar: ¿que significa esto? Significa estar realmente interesado en lo que nos están contando, prestar atención a lo que nos dicen, dejar de lado cualquier otra cosa que se este haciendo, no interrumpirlo y darle todo el tiempo que necesite. 2-Dejar de lado la dogmatización, la moralización, la generalización y no diagnosticar. 3-Comprensión: con el diálogo no queremos convencer, queremos hacernos entender, que sepan que es lo que pensamos. 4- Respeto: Valorizar la riqueza del otro, saber que somos diferentes, que tenemos distintos tiempos. 5- Buscar el momento y el lugar: Muchas veces uno trata de dialogar con un montón de distracciones alrededor (chicos que hacen preguntas, televisión, teléfonos) y esto no sirve. Por eso hay que tomarse su tiempo y buscar el lugar adecuado. Formas de DiálogoEn el diálogo conyugal encontramos cuatro formas de diálogo. Ellas son: espiritual, afectivo, físico, sobrenatural. -Espiritual: Este diálogo se da cuando hay comprensión y valorización de la mutua originalidad. En el se quiere captar lo intimo de la personalidad. No busca brindar información sino captar el corazón del cónyuge y enaltecerlo. Es acogida y apertura. Hay que revestirse de respeto y amor. El respeto hace admirar la grandeza del Tú y el amor lleva a interesarse y a abrirse a él. -Afectivo: Normalmente el diálogo afectivo supone palabras cariñosas, pequeñas atenciones y servicios a través de los cuales se expresa la benevolencia, el interés y el cariño. Uno de los mayores peligros de este diálogo es la rutina. Muchos gestos ricos como la expresión de proximidad suelen perder su contenido significativo para transformarse en simples costumbres. -Físico: El hombre no solo tiene una condición sensible sino también corporal y en esto se fundamenta la necesidad de un encuentro personal a través de lo físico. Este tipo de diálogo tiene dos dimensiones fundamentales: 1) El cuidado del cuerpo del Tú: se refiere a darle respuesta a todas las necesidades físicas de la persona en lo referente al alimento, a las enfermedades y su cuidado, a la protección. Ciertamente que darle respuesta a estas necesidades no solo tiene una dimensión física sino también una relación afectiva, despertando ternura en el que lo recibe. 2)La relación sexual: El acto conyugal debe ser un camino de Santidad y también camino e instrumento de unidad. Los esposos no pueden despreciar lo que Dios le ha regalado, propuesto e impuesto para consumar la unión entre los dos. El diálogo corporal deberá estar sujeto a un cuidado muy fundamental: deberá ser expresión siempre viva del amor espiritual, afectivo y sobrenatural. -Sobrenatural: Todo ser humano experimenta en si mismo una vocación trascendental, un ansia de Dios. Este anhelo natural solo puede concretarse por medio de la fe, o sea que el diálogo sobrenatural es un fruto de la fe. Debemos saber que desde el día de nuestro matrimonio Cristo nos consagró a cada uno de nosotros a ser: "Camino y lugar de encuentro con Dios para el otro". Los cónyuges son los primeros responsables en guiar y educar a la familia en su crecimiento en la fe. Independientemente del valor religioso que la oración en familia puede tener para los hijos es de enorme importancia para la pareja. Cada matrimonio encontrara su ritmo de oración. Algunas pautas para crecer en este diálogo-Apertura de corazón -Tener un lugar especial (pequeño altar) -Rol sacerdotal del varón (que no sea solo la mujer la que se ocupa de lo religioso) -Tener un proyecto o ideal matrimonial para trabajarlo juntos. -Poder compartir alguna lectura espiritual en los distintos tiempos litúrgicos. -Coherencia entre lo que se hace y se dice. Si esto se logra, con el tiempo el hogar se irá revistiendo de una atmósfera religiosa y se convertirá poco a poco en una Iglesia doméstica. |