Criar hijos
Un escritor francés escribió: «Los padres de familia
son los grandes aventureros de los tiempos modernos». En efecto, con todas las presiones
que se ejercen sobre ellos hoy en día, criar hijos puede parecer a los padres cristianos
una empresa difícil y arriesgada. Pero seamos padres positivos. Primero, reconozcamos
que el Señor nos confía una noble misión, para la cual podemos contar con su ayuda.
Expliquemos a nuestros hijos que no les imponemos la obediencia por autoritarismo,
sino que es una exigencia divina (Efesios 6:1).
Amar a
los hijos no consiste sólo en decirles palabras cariñosas; es, ante todo, prestarles
atención cada vez que lo necesitan, sin olvidar que no debemos satisfacer todas
las exigencias de los niños. Para su bien, es necesario a veces decirles: «No».
Con el socorro del Señor, podremos consagrarles mucho tiempo para guiarlos en Sus
caminos.
Enseñar
la obediencia a un niño no significa gritar todo el tiempo. No, se debe permanecer
firme y digno, no prometer ni amenazar sin cumplir la palabra, aplicando el principio
bíblico: "Sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no" (Mateo 5:37). Recordemos
también que nuestra actitud ante Dios debe ser un ejemplo. ¿Nos sometemos con alegría
a la Palabra de Dios? Si es así, nuestros hijos lo verán y esto los animará a obedecer.