El Credo de la Madre

CREO que colaboro en el plan de la creación porque Dios me ha dado un hijo.

 

CREO que mi hijo formará parte de una sociedad mejor y debo prepararlo para ello.

 

CREO que la madre es la principal gestora del verdadero progreso humano y por eso anhelo ser madre de verdad.

 

CREO que para elevar el espíritu de mi hijo, hay un solo camino; levantar al mirada al cielo. Le enseñaré a mirar muy alto hasta encontrar a Dios en su corazón.

 

CREO que debo moldear la conciencia de mi hijo. Purificaré la mía, que ha de ser para ello la mejor inspiración.

 

CREO que el hábito del trabajo desarrolla las mejores cualidades y evita el que crezcan las malas tendencias. Haré que mi hijo se acostumbre al esfuerzo continuado para poder desarrollar en él lo mejor que posee.

 

CREO que la formación religiosa y moral es el mejor dique contra todo mal. Velaré por darle un auténtico sentido religioso.

 

CREO que la demasiada protección maternal, o la dependencia muy continuada de los padres forma gente sin iniciativa y amante de lo fácil. Trataré de que mis directivas le hagan independiente para poder hacer uso de la libertad.

 

CREO que debe educarse de acuerdo con su vocación, y así tener un trabajo a gusto para enriquecer la sociedad.

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