LA ALEGRÍA DE
SERVIR
Sirve la luna,
Sirve el viento,
Sirve el surco.
Donde haya un árbol
que plantar, plántalo tú.
Donde haya un
esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé tú el que apartó
la piedra del camino,
El odio entre los
corazones,
Las dificultades
del problema.
Hay la alegría de
ser sano y la de ser justo.
Pero hay, sobre
todo, la hermosa,
La inmensa tarea de
servir.
¡Qué triste sería
el mundo,
si todo en él
estuviera hecho,
si no hubiera un
rosal que plantar
una empresa que
emprender...!
No sólo se hace
mérito con los grandes trabajos,
Hay pequeños
servicios:
Adornar una mesa,
ordenar unos libros...
El servir no es
faena de seres inferiores.
Dios, que da el
fruto y la luz, sirve.
Y tiene fijos los
ojos en nuestras manos
Y nos pregunta cada
día:
¿Serviste Hoy?
Gabriela Mistral
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