Uno que volvió a Casa
(tomado de Catholic.net)

Hombres y mujeres cuya vida cambió al encontrarse con la Iglesia católica se dieron cita este fin de semana [11 y 12 de Octubre de 2003] en Ávila en un congreso organizado por «Miles Jesu» bajo el lema «Camino a Roma».Luis Fernando Pérez, que había estudiado en buenos colegios católicos, pidió en el Congreso que «seamos sensibles a los niños, porque hay vocaciones que nacen en la infancia y que se pierden negligentemente».

Pérez confiesa haber caído en el «gran engaño de Satanás a los primeros padres de ser como dioses» a una edad, los 18 años, «en la que eso te interesa, porque el ego está engordando». Así cayó en el esoterismo y la Nueva Era.

Su primer paso al cristianismo se produjo a través de los protestantes, en esta etapa de su vida llegó a creer que el Papa era el anticristo y dijo a su madre que «Fátima y Lourdes eran apariciones satánicas».

Luis Pérez comenzó «una caza y captura de católicos a través de Internet, donde hizo caer a muchos que tenían una insuficiente formación», hasta que encontró a un católico que le dijo que «el baluarte de la Verdad era la Iglesia católica». «Me hizo ver que una Biblia infalible necesitaba una Iglesia infalible», añade.

Pérez vive ahora intensamente la unidad de la Iglesia y dice que al estudiar la historia de la Iglesia se dio cuenta que «la división era el mayor pecado desde los inicios». Este converso cree que ante las dificultades en la Iglesia, «Dios ha enviado santos y no cismáticos; la Iglesia no está hecha a nuestra imagen y semejanza, sino a la de Cristo».

El paso fundamental de su conversión se produjo cuando llevó a su madre enferma a Lourdes: «llegue con una madre y volví con dos», afirma.

«La Iglesia de Cristo está llena de tesoros, no sabemos lo que tenemos. En España hay más protestantes dentro de la Iglesia que fuera, no hay otra forma de ser fieles a la Iglesia que siendo fieles a su Magisterio», sostiene Pérez.

«Ser protestantes es juzgar las doctrinas de la Iglesia y no dejar que la Iglesia juzgue tus doctrinas», añade.

Más testimonios