«El mundo ya ha soportado suficiente comunismo para toda la
eternidad»
La Razón (España)
Ján Korec, cardenal de Nitra
(Eslovaquia), estuvo doce años en prisión por su fe
Me recibe en su señero
palacete episcopal, un entramado de estrechos y sinuosos pasillos, cámaras y
habitaciones que se adaptan al abrupto peñasco sobre el que está construido,
configurando «el edificio más antiguo de Eslovaquia», según me revela. Todo en
Nitra es antiguo y señorial, solemne y ceremonioso. «Ésta es la diócesis más
vieja de Europa central y del este, entre Munich y Siberia», continúa
relatando. El cardenal Korec habla desde la experiencia de sus años de cárcel:
«Dios nos libre del comunismo».
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Álex Navajas - Nitra
(Eslovaquia).-
Ordenado cabello níveo
corona la cabeza, y sus manos episcopales, que han conocido más el trabajo de
la fábrica que el de las cosas de Dios, se mueven con energía al compás de sus
palabras.
¬Usted ha escrito un libro que lleva un título significativo:
«La noche de los bárbaros», en el que se refiere a la época del comunismo en su
país, la antigua Checoslovaquia. Supongo que para una población
mayoritariamente católica no sería fácil vivir en esos años
¬No, ciertamente. Yo estuve doce años en prisión, hasta 1960,
por ser sacerdote. Pasé muchas noches encerrado en un sótano, completamente a
oscuras. Conocí a cerca de 200 curas y seis obispos en la cárcel. Dos de ellos
fueron condenados a cadena perpetua, acusados de ser «espías vaticanos», y
otro, monseñor Ján Vojtassák, a 24 años de prisión cuando ya tenía 72. Pero no
perdía el buen humor. Recuerdo que bromeaba: «Después de mi muerte dejarán mi
cadáver en la celda para acabar de cumplir la pena». Y, efectivamente, murió en
prisión. Yo le conocí cuando ya llevaba diez años encarcelado, y Juan Pablo II
le va a beatificar próximamente.
Iglesias demolidas
¬¿Qué ocurrió mientras
tanto con todas las iglesias y seminarios, y con sus fieles?
¬Casi todos los edificios fueron destruidos o abandonados, y
los seminaristas, dispersados. En 1989, cuando cayó el comunismo, nos los
devolvieron, pero a nosotros nos ha tocado reconstruir los edificios y la vida
espiritual de la gente. En este sentido ha sido fundamental el apoyo de
asociaciones como «Ayuda a la Iglesia Necesitada». Gracias a ella, sólo en mi
diócesis hemos podido reconstruir 85 iglesias y el seminario.
¬Cuando cumplió su condena, ¿pudo volver a su parroquia?
¬No. A partir de 1960 comencé a trabajar en una fábrica.
Durante los 40 años de opresión comunista, la policía espiaba a todos los
grupos cristianos sospechosos. Durante siete años tuve que hablar en voz baja
en mi propia casa.
¬¿Era ya obispo durante sus años de trabajos forzados?
¬Sí. El Papa me había nombrado obispo «in pectore» en 1951,
mientras estaba en la cárcel. Apenas tenía 27 años, y era el obispo más joven
del mundo. El año pasado, de hecho, cumplí mis cincuenta años como prelado,
algo a lo que llegan pocos obispos.
La Iglesia ha
sobrevivido
¬El comunismo cayó de
golpe a la vez que el muro de Berlín. Sin embargo, en Europa occidental aún
quedan quienes coquetean con la «ideología roja» o se convierten en «comunistas
reciclados», adoptando nuevas formas pero manteniendo las mismas ideas
¬Que Dios libre a cualquier país del comunismo. El mundo ya
ha soportado suficiente para toda la eternidad. Esta locura ha provocado cien
millones de muertos desde Moscú hasta Corea del Norte. Bastaba una firma de
Stalin, como de hecho ocurrió varias veces, para fusilar a 240.000 personas de
golpe. Pero fíjese: todo estaba en manos de los comunistas y ha caído. Sin
embargo, una vez más, la Iglesia ha sobrevivido. Aún así, los comunistas siguen
estando en todos lados ocultos bajo el disfraz de «demócratas».
¬Y que Dios libre también al mundo del capitalismo salvaje,
que no ha producido quizás muertos, pero sí esclavos y una erosión salvaje de
la fe, mucho mayor que la que se ha producido en los países ex comunistas
¬Es cierto. Los comunistas no veían al hombre, sino a un
trozo de materia. En ese sentido se parecen a los liberales ateos, que predican
la misma idea del hombre que los comunistas. Eso se ve, por ejemplo, en los
documentos de constitución de Europa: no hay una sola mención de Dios. Ésos son
los liberales: quieren hacer una Europa sin Dios, y eso es horrible.
¬Excelencia; el próximo Papa, ¿también vendrá del Este?
¬¿Eso sólo lo sabe el Señor!