Rogelio González Corso y los mártires
cubanos
La escritora norteamericana Ann Ball ha
lanzado un libro sobre figuras católicas contemporáneas ejemplares, en el cual
se incluye un emocionante capítulo sobre el joven mártir cubano Rogelio
González Corso, miembro de la Agrupación Católica Universitaria, fusilado por
los comunistas en la prisión de La Cabaña, La Habana, en 1961 ("Faces of
Holiness - Modern Saints in Photos and Words", Our Sunday Visitor, Inc.,
Huntington, Indiana. E-mail: AnnAlert@aol.com Tel.:
1-800-348-2440).
Rogelio hizo sus estudios secundarios en el
Colegio de Belén, de los Padres Jesuítas, y posteriormente se graduó de
ingeniero agrónomo en la Universidad de La Habana. Durante sus estudios
universitarios, ingresó a la Agrupación Católica Universitaria, donde fue un
miembro ejemplar, de comunión y rosario diarios, destacándose por su devoción a
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
En 1959, cuando Fidel Castro tomó el poder,
ocupó por breve lapso un cargo administrativo en el ministerio de Agricultura.
Lo abandonó en seguida que percibió el rumbo pro-comunista y anti-católico del
nuevo régimen, pasando a liderar, en la clandestinidad, la resistencia de un
grupo de jóvenes católicos. Sobre esta decisión, comenta la Sra. Ball:
"Rogelio decidió así ofrecer su vida para erradicar el comunismo y
recuperar para Dios a su querida Patria". El 18 de marzo de 1961 fue
arrestado por las fuerzas castristas. Después de un juicio sumario y secreto,
murió en el paredón de fusilamiento el 20 de abril del mismo año, gritando
"¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo! ¡Viva la Agr...", no pudiendo
terminar de decir "Agrupación Universitaria", pues la descarga de
fusilería segó su vida.
Rogelio González Corso dejó una carta a sus
familiares, escrita pocas horas antes de su muerte, que constituye un verdadero
legado espiritual, con valiosos principios que podrán iluminar la
reconstrucción cristiana de Cuba.
Después que en 1998 escribí un modesto
artículo, "Mártires cubanos: no los olvidemos" (DIARIO LAS AMÉRICAS,
ed. electrónica, Nov. 12, 1998), fuimos contactados por la Sra. Ball,
solicitando mayores antecedentes. Somos testigos de su paciente y tenaz
esfuerzo para obtener en el destierro cubano documentación inédita sobre
Rogelio González Corso y otros jóvenes mártires católicos de la isla. Un fruto
magnífico de ese empeño, digno de ser continuado, es este capítulo de su
reciente libro. Ann Ball supo así enfrentar los obstáculos del tiempo transcurrido
que, inclemente, intenta dejar atrás a insubstituibles testigos de esos hechos.
La escritora norteamericana se refiere
también a la histórica y filial carta "¡Santo Padre, rescatad del olvido a
lo mártires cubanos, víctimas del comunismo!", suscripta por 500 de las
más representativas personalidades del exilio cubano. Dicho documento, llevado
a Roma por el Sr. Sergio F. de Paz y el Dr. Enrique J. Cantón, fue entregado el
14 de octubre de 1999 en las manos de un alto dignatario de la Secretaría de
Estado del Vaticano, quien tuvo la deferencia de firmar un protocolo dejando
constancia del acto.