EL CATOLICISMO NO ES UN "SALAD BAR" DICE ARZOBISPO DE DENVER

WASHINGTON DC, 5 Abr. 02 (ACI).- En una aplaudida conferencia pronunciada ante delegados de diversas comunidades de vida consagrada en Chicago, Mons. Charles Chaput OFM Cap., Arzobispo de Denver (en el estado de Colorado), señaló que ser católico no significa estar frente a un "salad bar" en el que se puede escoger lo que a cada uno le place, y que la Iglesia no sólo debe ser asumida como "Madre", sino también como "Maestra".

Recordando la obra "El Gran Divorcio" del gran apologista cristiano C.S. Lewis, en la que los personajes traídos del infierno sufren en el cielo porque todo es "demasiado real", Mons. Chaput inició sus reflexiones señalando que para Lewis "Dios es real, mientras que todo lo que está divorciado de Dios no lo es. Dios es la luz del sol, y mientras vivimos en la sombra de nuestro egoísmo, la luz es dolorosa".

Precisamente, una de las características de la vida en el 2002, desgraciadamente, es que asumimos que podemos cambiar la realidad para acomodarla a nuestros gustos y conductas, en vez de cambiarlos de acuerdo a la realidad", dijo el Prelado, al recordar que "nos hemos convertido en una nación de escapistas" dominada por los videojuegos y los mundos simulados por los "narcotizantes tecnológicos".

"Existen dos maestros"

Según Mons. Chaput, para aprender los misterios que le dan sentido a la vida, existen dos maestros: la Iglesia y el mundo. "Cada uno de ellos tiene un plano de ruta para nuestras vidas, pero cada uno de ellos lleva a direcciones muy distintas", señaló.

"Durante 40 años, los católicos hemos escuchado un coro constante que señala cómo tenemos que estar abiertos al mundo, aprender del mundo, reconocer las cosas buenas del mundo y a ser más humildes en nuestra aproximación al mundo", dijo el Prelado; pero señaló que aunque esto es parcialmente cierto porque Dios creó al mundo y su Hijo lo reconcilió, "lo que Dios quiere es que el mundo sea convertido y santificado, no que sea venerado".

Lamentablemente, según el Arzobispo de Denver, los católicos "hemos sido demasiado cómodos y acomodaticios. Hemos escuchado al mundo con demasiada cortesía cuando miente sobre el aborto, la contracepción, el divorcio o la pena de muerte, nuestras obligaciones con los pobres, el derecho de los trabajadores indocumentados, o el verdadero sentido del pluralismo… porque en ningún momento hemos gritado la verdad".

La Iglesia, Madre y Maestra

"Sin la Iglesia, Jesucristo no puede ser conocido en el mundo", señaló luego Mons. Chaput, al indicar que "la obediencia a la Iglesia y la fidelidad a sus enseñanzas no son una suerte de esclavitud, son una opción por participar en el acto de dar vida al mundo. Sin la Iglesia, nos quedamos sólo con el mundo, y el mundo no basta para saciar el hambre de nuestros corazones".

Al respecto, el Prelado señaló su confusión e incomodidad por la frecuencia con que se dice que el Concilio Vaticano II pretendió cambiar la misión de la Iglesia en el mundo, y que el beato Papa Juan XXIII, si hubiera gobernado durante más tiempo, hubiera realzado profundos cambios en la naturaleza de la Iglesia.

"Todo esto no es más que fantasía", señaló Mons. Chaput, citando pasajes tanto del Concilio Vaticano II como de la Encíclica del Papa Juan XXIII "Mater et Magistra" (Madre y Maestra), demostrando la absoluta fidelidad de ambos a la identidad y misión de la Iglesia con la tradición cristiana.

"Cuando tratamos de ablandar el contenido del Concilio o reescribir el significado de la vida de Juan XXIII, o edulcorar la misión de la Iglesia en el mundo, lo que en realidad hacemos es construirnos una coartada para nuestra falta de coraje", explicó el Prelado.

Cuatro lecciones

Según Mons. Chaput, al contemplar la misión de la Iglesia ante la realidad del catolicismo en Estados Unidos, surgen cuatro lecciones importantes.

La primera, es que "hay que dejar de mirar a la Iglesia como una especie de corporación religiosa y hay que comenzar a tratarla como nuestra Madre y Maestra". "La Iglesia no es ‘eso’, la Iglesia es ‘Ella’", señaló.

La segunda lección es que "si somos católicos, tenemos que actuar como tales". "Muchas veces", dice Mons. Chaput, "tratamos a la Iglesia como hemos tratado a nuestra madre de carne y sangre: la queremos para que nos alimente, anime y conforte cuando las cosas está yendo mal. Pero no queremos sus lecciones cuando éstas interfieren con nuestros caprichos".

Al respecto, recordó la frase del pensador neoconservador William Buckley, quien al conocer la encíclica del Papa Juan XXIII, incomodado por la crítica al liberalismo económico escribió un artículo titulado "’Mater si, Magistra no!": "?Madre sí, Maestra no!". Aunque en un tema menos grave, señaló el Prelado, Buckley no es muy distinto de las autodenominadas "Católicas por el Derecho a Decidir", que usan el nombre de católicas para defender exactamente todo lo contrario de lo que enseña la Iglesia.

No recortar la enseñanza de la Iglesia

La tercera lección según el Arzobispo de Denver, es que al enseñar o hablar en nombre de la Iglesia, debe firmemente resistirse la tentación de "editar" o "recortar" las enseñanzas de la Iglesia con el fin de agradar a la audiencia. Relativizar o sacar las enseñanzas de la Iglesia que consideramos incómodas "es profundamente deshonesto" para con nuestra audiencia, dijo el Arzobispo.

Finalmente, la cuarta lección "debemos vivir de una manera digna de nuestra pertenencia a la Iglesia, porque en nosotros y a través de nuestras acciones, el mundo exterior juzgará el Evangelio que decimos creer", advierte Mons. Chaput.

Y refiriéndose a la ola de escándalos que afectan a la Iglesia en Estados Unidos, señaló que la lección de estos tristes acontecimientos es que "nada puede herir a la Iglesia más profundamente que los pecados de su misma gente, especialmente de aquellos que son los ministros".

El sitio de la arquidiócesis de Denver es: http://www.archden.org

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