La cuenta de los panes

 

BEY AL-SAYI DE MALAGA

 

Se cuenta de Zirr ben Hubays (Alah esté satisfecho de él) que refirió lo siguiente: Dos hombres se sentaron a comer, el uno tenía cinco panes y el otro tres; pero cuando colocaron ante ellos la comida pasó por allí un hombre y les saludó. Entonces ellos le dijeron: -Siéntate y come con nosotros. Se sentó y comió con ellos, y consumieron en la comida los ocho panes. Se levantó el hombre aquel y les dio ocho monedas de plata, diciéndoles: -Tomad esto en pago de la comida que me disteis -y se fúe. Los dos compañeros disputaron acerca de cómo habían de repartirse las monedas. El dueño de los cinco panes decía : -Para mí cinco monedas y para tí tres. Pero el dueño de los tres panes objetaba: -No me conformaré sino con que repartamos las monedas mitad y mitad.

 

Y elevaron su cuestión hasta el Emir de los creyentes, Ben Alí Talib, al que refirieron lo sucedido. Y el Emir de los Creyentes dijo al dueño de los tres panes: -Concede lo que te ofrece siendo su pan más abundante que el tuyo; confórmate on las tres monedas. Pero éste replicó: -¡Por Alah! No me conformaré sino con aquello que se me deba conforme a derecho. Y dijo Alí (esté Alah satisfecho de él): - Conforme a derecho no te corresponde más que una moneda solamente y las otras siete a tu compañero. Y dijo el hombre de los tres panes: - ¡Alabado sea Alah! Me ofreció él tres monedas y no me conformé, tú me aconsejaste y no me avine a ello, ¡y ahora me dices que conforme a derecho no se me debe sino una sola moneda! Hazme saber por qué resulta eso conforme a derecho, y sólo entonces lo aceptaré.

 

Dijo Alí (esté Alah satisfecho de él): -Comisteis ocho panes, que son veinticuatro tercios y vosotros erais tres personas. Como no puede saberse quién de vosotros comió más, hay que suponer que comisteis por igual. El hombre dijo: -Indudablemente. El Emir continuó: -Y tú comiste ocho tercios y eran tuyos nueve tercios. Tu compañero comió otros y tenía quince. Aquel hombre comió otros ocho siete de tu compañero y solamente uno tuyo. De donde resulta que a ti te corresponde una sola moneda y a él las otras. Y dijo el hombre de los tres panes. -Ahora estoy conforme. La historia se ha acabado.

 

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