Características
del Evangelio según San Lucas

El Evangelio según San Lucas (=Lc) muestra evidentes semejanzas con los otros dos evangelios sinópticos (Mt y Mc), y a la vez presenta de manera peculiar la persona y la obra de Jesucristo. Por otra parte, este evangelio forma una unidad literaria y teológica con los Hechos de los Apóstoles, como claramente se indica al comienzo de este último libro, donde el autor mismo resume el contenido de su evangelio con estas palabras: “En mi primer libro... escribí acerca de todo lo que Jesús había hecho y enseñado desde el principio y hasta el día en que subió al cielo” (Hch 1.1–2).

Lo mismo que Mt, aunque, sin duda, de manera independiente, el Evangelio según San Lucas comienza con los relatos sobre la concepción y el nacimiento de Jesús (caps. 1–2). Pero lo hace de una manera especial: estableciendo un paralelismo con la concepción y el nacimiento de Juan el Bautista. De este modo, desde el principio nos muestra claramente quién es Jesús y cuál es su misión. Jesús es el Mesías esperado por el pueblo de Israel, el Hijo de Dios, cuyo origen está en Dios mismo. El paralelismo entre las dos series de relatos sirve para resaltar más la superioridad de Jesús. En estos primeros capítulos predomina un marcado ambiente israelita, y solo ocasionalmente aflora el tema de la universalidad de la salvación (cf. 2.30–32), que expondrá en forma más clara en otros lugares.

A partir del cap. 3, este evangelio se refiere a la actividad pública de Jesús, y entonces se manifiesta más claramente la semejanza con Mt y Mc, a la vez que se revelan sus rasgos propios. Así, por ejemplo, Lc inicia esta parte de su narración con la mención de los gobernantes de ese tiempo (3.1–2), y la sitúa en el marco de la historia general. En este, como en otros detalles, el autor muestra un espíritu y una cultura característicos del mundo griego.

Mateo comienza su evangelio con la lista de los antepasados de Jesús. Lucas, por su parte, coloca esta lista después del relato del bautismo (3.23–38), y la hace remontar hasta Adán, con lo que también insinúa otro aspecto importante tanto de su evangelio como de Hechos: Jesús vino a traer la salvación no solo al pueblo de Israel sino a toda la humanidad. Este tema lo insinúa en otros lugares del evangelio, pero lo desarrollará principalmente en Hechos, al mostrar la difusión del mensaje cristiano desde Jerusalén hasta Roma.

Al narrar lo que Jesús hizo y enseñó después de su bautismo, Lc va siguiendo sustancialmente el mismo orden de Mc, del cual parece que depende en alguna manera. Sin embargo, Lc incluye otras tradiciones que no se encuentran en Mc. Su sección final, como en los otros evangelios, está dedicada a la última semana de la vida terrena de Jesús, a su actividad en Jerusalén, su pasión, muerte y resurrección. Pero Lc termina con la ascensión de Jesús al cielo, e incluye algunos relatos propios. De manera global, puede decirse que cerca de la mitad de este evangelio es materia que se encuentra también en los otros dos sinópticos o al menos en alguno de ellos. La otra mitad es propia de Lc.

Este evangelio, además de presentar a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios y Salvador de todos los hombres, hace resaltar especialmente la acción del Espíritu Santo en la historia de la salvación. Este último aspecto lo presentará el autor con especial relieve en los Hechos de los Apóstoles. El tercer evangelio destaca de manera particular la parte que tuvieron las mujeres en los acontecimientos que relata, y muestra un interés muy especial en señalar el amor de Dios por los pobres y los pecadores.

El Evangelio según San Lucas fue escrito, sin duda, por un autor cuya lengua materna era el griego. En el prólogo (1.1–4) muestra que puede escribir como los mejores literatos de su época. Sin embargo, en el resto del evangelio prefiere conservar el estilo sencillo y aun popular de las tradiciones anteriores y de los libros del Antiguo Testamento traducidos al griego, que él y sus lectores conocían bien. El evangelio parece estar destinado sobre todo a lectores cristianos de origen no judío.

Los autores cristianos del siglo II atribuyen la composición de este evangelio y de Hechos a Lucas, compañero de Pablo, mencionado en Col 4.14; 2 Ti 4.11 y Flm 24. En Col 4.14 se le llama “el médico amado”.[1]

 

 

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[1]La Bibla De Estudio Bible Text[Computer File] : Dios Habla Hoy. Exploracion Del Sistema De Búqueda De Logos.; Logos 2.0f Guía Para El Uruario. electronic ed., Lc 1.1. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998.