Mi hermano se volvió
"cristiano", ¿debo alegrarme?
Los Hechos
La pregunta debería sobrar. San Gregorio
Nacianceno cuenta que él y su amigo personal San Basilio Magno tenían como
consigna y como gozo no tener más títulos que el de cristiano. Hoy, sin
embargo, hay otros factores. Los llamados "cristianos" no rechazan,
pero tampoco aceptan (y menos predican) algunos elementos de nuestra fe. ¿Puede uno llamarse cristiano y no creer en la
presencia de Cristo en al Eucaristía? ¿Es
que esa presencia es tan adjetiva y secundaria que no debe importar? Para
muchas personas, ser "cristiano" es algo así como quedarse con el
"mínimo común denominador" de lo que dicen las distintas confesiones
cristianas. Si, por ejemplo, hay quienes afirman la intercesión de la Virgen María
y hay quienes la niegan, un "cristiano" dirá que no hay que discutir
sobre eso, sino reunirnos, cantar, bendecir a Dios sin mencionar nunca el tema
problemático. Pero, ¿es eso
leal con Cristo? ¿Es honesto con nuestra
condición de seres racionales y al mismo tiempo creyentes?
El Texto
Por eso, pongan el máximo empeño en
incrementar su fe con la firmeza, la firmeza con el conocimiento, el
conocimiento con el dominio de los instintos, el dominio de los instintos con
la constancia, la constancia con la piedad, la piedad con el amor fraterno y el
amor fraterno con la caridad. Pues si tienen todas estas virtudes en forma
eminente, no serán inútiles ni estériles, sino que más bien alcanzarán el
conocimiento de Cristo Jesús, nuestro Señor. (II Pedro 1:5-8)
La OP ción
No podemos engañar ni engañarnos. Hay dos
maneras de matar: con violencia o con negligencia. Si una madre enloquecida
asesina a su hijo es una calamidad; pero, si lo deja morir de una
infección, aunque no haga tanto ruido, es también una tragedia. Los
protestantes de antes destruían la fe con ruido: hablando fuerte en contra del
Papa, la Virgen, la Eucaristía y los Sacerdotes. Hoy ese protestantismo se ha
vuelto más discreto: mata la fe católica dejándola morir de hambre; no hablando
de ella; no entrando a discutir sino quitando simplemente importancia a lo que
no les conviene. Y muchos católicos pierden su fe sin darse cuenta de lo que
han perdido. No afirmar es también un modo de negar, porque "el que calla
otorga". ¡Más formación —no más intolerancia— y menos confusión!