En azul, comentarios de Luis F. Pérez. En rojo los de
un protestante.
Se puede leer también aquí.
Protestante:
La doctrina del purgatorio primero
fue establecida por el Papa Gregorio El Grande cerca al año 593 A.D.
Luis Fernando:
Eso no es cierto.
San Agustín enseñó lo que es el purgatorio doscientos años antes. Y en el
relato de la Pasión de Santa Tecla y Santa Felicidad (ANF,III:701-702), escrito
en el año 202, también se habla del purgatorio. Y el ese mismo año 202 Clemente
de Alejandría, uno de los teólogos más importantes de la escuela teológica de
dicha ciudad, explica en qué consiste el purgatorio (Stromata,6:14,in ANF,II:504).
E incluso antes de esa fecha, en el año 160 leemos en los Hechos de Pablo y
Tecla una petición de intercesión para que una cristiana fallecida fuera
trasladada el lugar de los justos (ANF,VIII:490)
Se podrá o no estar de acuerdo con
la doctrina del purgatorio pero desde luego no es un invento de finales del
siglo VI.
Protestante:
Lamentablemente en este momento no
tengo tiempo para contestar apropiadamente sus dos últimos mensajes
Luis Fernando:
Vaya por Dios. ¡Qué lástima!
Protestante:
pero se puede apreciar que esos argumentos para defender la idea del
"purgatorio" están elaborados por el raciocinio o filosofar de sus
autores, y no por revelación del propio Jesucristo o sus apóstoles
Luis Fernando:
Claro, y tú no usas ni tu raciocinio ni tu filosofar al interpretar la Biblia,
¿verdad?
Tú eres infalible y por tanto, sabes la verdadera interpretación de las
Escrituras
Protestante:
Ellos NUNCA mencionaron ni insinuaron ese imaginario lugar.
Luis Fernando:
Suponiendo que sea un lugar y no un estado.....
Protestante:
Y por supuesto, usted o sus admirados corresponsales, en esos mensajes no
pudieron darnos una cita explícita del Nuevo Testamento sobre el supuesto
"purgatorio"
Luis Fernando:
Nos basta con dar las evidencias bíblicas a favor de la doctrina del
purgatorio. No todo viene explícitamente explicado en la Biblia. Por ejemplo,
las reglas de interpretación de la Escritura no aparecen por ningún lado. Ni
tampoco una lista de los libros canónicos.
Protestante:
Solo pretenden encontrarle un torcido significado a frases donde se menciona la
palabra "fuego" o "purificación"
Luis Fernando:
¿Torcido? ¿quién juzga si es torcido o derecho? ¿tú? ¿quién te ha dado potestad
(exousia) para juzgar si tal o cual interpretación de unos versículos es
adecuada o errónea?
Protestante:
Sabido es que para el catolicismo en sus diferentes ramas, como los ortodoxos,
los romanos y otros, no es aceptable que los hombres sean justificados
"sin pagar" (es decir, por gracia).
Luis Fernando:
Sabido es que para el catolicismo los hombres somos salvos por gracia y
justificados por la fe y las obras, tal y como enseña la Escritura en Santiago
2,24
Protestante:
No entienden ni aceptan que Jesucristo haya pagado todo por nosotros, sin dejar
deuda pendiente.
Luis Fernando:
Lo entendemos y lo aceptamos mejor que tú.
Protestante:
Los católicos no aceptan que el sacrificio de la Cruz haya sido SUFICIENTE, por
eso piensan que después de muertos deben seguir los hombres salvados por fe,
"pagando" con una quemada adicional en el fuego de un supuesto
"purgatorio".
Luis Fernando:
No es un pago lo que se da en el purgatorio. Es una purificación. Y sin el
sacrificio de Cristo en la cruz, de nada valdría esa purificación.
Pero Pablo lo explica muy bien en 1ª Cor 3,15
Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será
salvo, aunque así como por fuego.
Es claro que habrá salvos que necesiten pasar por el fuego purificador de Dios.
El fuego de Dios devora a sus adversarios
El fuego de Dios purifica a sus hijos.
Por el sacrificio de Cristo nosotros podemos ser purificados por el fuego santo
de Dios para así poder entrar en su presencia. Sin el sacrificio de Cristo ese
mismo fuego nos destruiría. Por tanto, la idea del purgatorio no sólo no se opone
a la suficiencia del sacrificio de Cristo sino que muestra uno de sus frutos
más maravillosos: el de la acción en favor de los que han creído en Cristo del
divino fuego purificador en vez de destructor.
Protestante:
Aunque en la Escritura se nos muestre el caso del maleante crucificado al lado
de Jesús, al cual el Señor le prometió que estaría con él en el Paraíso ese
mismo día, sin pasar por algún "purgatorio".
Luis Fernando:
Sin duda su sufrimiento en la Cruz fue lo suficientemente grande como para no tener
que purgar nada más. Ahora bien, ¿realmente cargamos nosotros la cruz que
Cristo nos mandó llevar? ¿no sabemos que si padecemos con Cristo, con Él
seremos glorificados? ¿no sabes tú eso, amigo?
Deberías saberlo. Está en la Biblia.
Protestante:
La Escritura nos da abundantes citas de que somos limpiados o purificados con
la sangre de Jesucristo y no con algún fuego de un hipotético lugar que llaman
"purgatorio":
"Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y LA SANGRE de Jesucristo su Hijo NOS LIMPIA de todo pecado"
(1 Juan 1:7)
"y de Jesucristo el testigo
fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.
Al que nos amó, y NOS LAVÓ de nuestros pecados CON SU SANGRE"
(Apoc 1:5)
"Yo le dije: Señor, tú lo
sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han
lavado sus ropas, y LAS HAN EMBLANQUECIDO EN LA SANGRE del Cordero.
POR ESTO ESTÁN DELANTE DEL TRONO DE DIOS (no por algún "purgatorio"),
y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono
extenderá su tabernáculo sobre ellos"
(Apoc 7:14-15)
Luis Fernando:
Pongamos un ejemplo claro para entender lo que significa que Cristo nos limpie
de pecado y, sobre todo, lo que no significa.
Este es un hombre que ha creído en Cristo, se ha bautizado y sus pecados han
sido perdonados. Se casa con una mujer creyente y al cabo de unos años cae en
adulterio. Su mujer se divorcia de él y aunque llega a arrepentirse de forma
que Dios le perdona, lo cierto es que ha de pagar las consecuencias de su
pecado por el resto de su vida, ya que ha arruinado su familia. Dios le perdona
el pecado pero ha de sufrir las consecuencias de su acción.
Sin el perdón de Dios, ese hombre no sólo pagaría las consecuencias de sus
actos perdiendo su familia sino que además iría al infierno. Con el perdón de
Dios es salvo, pero sigue necesitando pagar con sufrimiento por su pecado.
Así ocurre con muchos de nuestros pecados. Dios nos perdona, pero sufrimos las
consecuencias de los más graves. Y una de esas consecuencias es que la santidad
de Dios requiere que seamos purificados por fuego antes de presentarnos delante
de su trono. Entonces seremos salvos "así como por fuego"
Protestante:
¿Porqué ni Jesucristo ni sus apóstoles mencionaron alguna vez ese supuesto
“purgatorio”?
Ni siquiera con otro nombre, ni tampoco lo insinuaron. Así sea “lugar” o
“estado”, etc.
Luis Fernando:
Ya te he dicho que Pablo lo menciona. Si tú no lo ves, no es problema nuestro
Protestante:
Si no “todo” (lo referente a la salvación) viene explicado en la Biblia,
entonces Jesucristo nos dejó un Evangelio incompleto que no salva.
Luis Fernando:
¿Y quién ha dicho que no todo lo referente a la salvación viene explicado en la
Biblia?
”Cristo viene” en la Biblia y la fe y la obediencia a Cristo es todo lo que
necesitamos para ser salvos
Protestante:
Y lo convierte usted en un Evangelio mentiroso o engañoso, pues dice la Biblia:
Porque no me averguenzo del Evangelio, porque ES PODER DE DIOS PARA SALVACIÓN A
TODO AQUEL QUE CREE; al judío primeramente, y también al griego
Luis Fernando:
Ese evangelio dice precisamente que si queremos ser discípulos de Cristo
debemos llevar nuestra propia cruz. Dice también que si padecemos juntamente
con Cristo, juntamente con Él seremos glorificados. Y dice que hay pecados que
son de muerte y otros que no lo son. Y dice que hay pecados que pueden ser
perdonados en el siglo venidero mientras que al menos hay uno que no.
¿Tú crees eso o no?
Protestante:
Dije que según usted el Evangelio es mentiroso o engañoso, porque no dice NADA
sobre el sufrimiento que supuestamente tendrán los salvados por Jesucristo
después de la muerte en ese lugar o estado que ustedes llaman “purgatorio”.
Luis Fernando:
Si Pablo habla de que algunos serán salvados así como por fuego, ¿quiénes somos
nosotros para negarlo?
Protestante:
Si los hombres debieran purificarse con sufrimiento en fuego, después de ser
salvos por Jesucristo, quiere decir que la sangre de Cristo es insuficiente
para limpiar o purificar, contrario a lo que dice el mismo Evangelio.
Luis Fernando:
La purificación es para presentarse en santidad a Dios. El que está en el
purgatorio YA es salvo. Del purgatorio sólo se sale en dirección al cielo.
Protestante:
El único versículo que pretenden ustedes los católicos aplicar a la supuesta
existencia de ese lugar que llaman “purgatorio”, es el que usted menciona de (1
Cor 3:15), pero sucede que lo que se quema en fuego es la obra de la persona y
no lo sufre la persona.
El fuego que habla el apóstol Pablo es para probar obras, el fuego del
“puegatorio” supuestamente sería para purificar personas.
El fuego del apóstol Pablo causa “pérdida” a los que lo sufren, mas el
“purgatorio” de Roma, supuestamente “ganancia”.
”El día la declarará” (1: Cor 3:13), “el día del Señor” en su segunda venida y
Juicio final. Va a ser un juicio o una prueba y no una purificación. “El día
del Juicio” se probará con fuego la obra de cada uno, es decir su autenticidad
a la luz del Evangelio.
Luis Fernando:
Su interpretación es errónea porque ignora que Pablo habla no sólo de las obras
que se queman sino del sujeto que es salvo por fuego. Si Pablo hubiera querido
enseñar que sólo las obras son quemadas, entonces no habría añadido “si bien él
mismo será salvo, aunque así como por fuego”
¿Cómo será salvo?
Por fuego.
La Biblia es clara.
Protestante:
INCREÍBLE. Usted declara que lo salvó su sufrimiento propio y no la oferta por
gracia de Jesucristo. Es la misma filosofía del “purgatorio”, se ganó la
entrada al Cielo con su propio sufrimiento y no con el sufrimiento y muerte de
Jesús en la Cruz !!!
Luis Fernando:
Lo que digo es que Cristo no le libró de seguir sufriendo en su propia cruz.
Desde luego fue salvo por la gracia de Cristo en cuanto reconoció su justicia y
le pidó que se acordara de él. Ahora bien, Cristo no hizo que se bajara de la
cruz y dejara de sufrir. Siguió sufriendo como consecuencia de sus delitos.
Padeció juntamente con Cristo y juntamente con Él fue glorificado. La
diferencia con el otro ladrón es obvia. Aquel sufrió para entrar en la muerte
eterna. Este siguió sufriendo pero entró en la vida eterna.
Protestante:
Creo que allí lo ha expresado usted todo, lo referente a esa herejía añadida al
Evangelio.
Luis Fernando:
El hereje eres tú por rechazar la enseñanza bíblica que enseña que algunos son
salvos así como por fuego
Protestante:
Si así fuera, que nos crucifiquen a los queramos salvarnos y no necesitaríamos
a Cristo.
Luis Fernando:
Más te vale llevar tu propia cruz si quieres ser discípulo de Cristo. Sin
Cristo, el sufrimiento no vale para nada. Con Cristo, el sufrimiento es
redentor. Si padecemos con Él, con Él somos glorificados. Y fíjate lo que llegó
a decir el apóstol Pablo:
Col 1,24
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta
de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
¿qué? ¿era un hereje Pablo por decir que cumplía en su carne LO QUE FALTA de
las aflicciones de Cristo por su Iglesia?
Protestante:
ESO ES FALSO, POR SUPUESTO.
Si Cristo nos salva, no necesitamos “pagar con sufrimiento” por los pecados
perdonados, limpiados y redimidos.
Luis Fernando:
Te olvidas de que después de ser salvos seguimos pecando ocasionalmente aunque
desde luego no debemos vivir practicando el pecado porque entonces no somos de
Dios. Te olvidas de que Cristo nos limpia del pecado pero no siempre nos libra
de las consecuencias del pecado. Si tú mAtas a alguien y luego te arrepientes y
Dios te perdona eso no significa que no te tengas que pasar el resto de tus
días en la cárcel.
Protestante:
Si así fuera, aunque fuéramos salvos, muchos debiéramos ser torturados y
matados, porque eso es lo que merecen muchos de nuestros pecados. Sin embargo,
Jesucristo tomó nuestro lugar en la Cruz. Fue una muerte sustitutoria de Cristo
por todos y cada uno de los hombres.
Luis Fernando:
La muerte de Cristo fue propiciatoria. Su muerte nos garantiza el perdón de
nuestros pecados pero no siempre el que nos veamos libres de algunas de las
consecuencias de dichos pecados.
Protestante:
Usted no ha entendido lo que es llegar a ser “nueva criatura”, pues dice la
Escritura: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y
CUBIERTO SU PECADO.
Bienaventurado el hombre a quien Jehová NO CULPA de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño”
(Sal 32:1-2)
Luis Fernando:
Precisamente fue David el que escribió esas palabras inspirado por el Espíritu
Santo. Ahora bien, analicemos bien lo que le ocurrió a David. Él cometió un
doble pecado. El adulterio y el asesinato. Se acostó con la mujer de Urías y
encima ordenó que le pusieran a éste en primera línea de combate para que
muriera. Cuando el profeta Natán le reprendió por su pecado, David se
arrepintió. ¿Le perdonó Dios? Sí, sin duda pero....
Mejor leamos la historia:
Sam 12,7-15
Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de
Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di
la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa
de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por
qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de
sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a
él lo mAtaste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se
apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la
mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré
levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus
ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del
sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y
a pleno sol. Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a
David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con
este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha
nacido ciertamente morirá. Y Natán se volvió a su casa.
¿Remitió Jehová el pecado de David?
Sí. Jehová le salvó de la muerte
¿catigó Jehová el pecado de David a pesar de que le había perdonado?
Sí, le privó de su hijo. Le dijo que la espada no se apartaría jamás de su casa
(como de hecho así fue).
Es decir, David fue salvo pero bien que tuvo que pagar las consecuencias de sus
pecados.
Si cometemos pecados gravísimos y
nos arrepentimos Dios nos salva pero al mismo tiempo nos impone una penitencia
que hemos de sufrir.
Eso enseña la Biblia. Eso creemos
los católicos y ortodoxos. Eso rechazan los herejes
Protestante:
¿DÓNDE DICE ESO EN EL NUEVO TESTAMENTO?
Usted insiste en que tengamos que pagar algo los salvados por gracia.
Es falso que hay que “pagar” una “penitencia”, eso es raciocinio católico, no
lo dice el Evangelio.
Luis Fernando:
En varios lugares se hace referencia a obras de arrepentimiento o a penitencias
muy duras:
Mateo 3,7
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento
Hechos 16,19-20
Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, 20sino que
anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la
tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a
Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
1ª Cor 5,4-5
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con
el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a SAtanás para
destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor
Jesús.
¿Lo has leído, Amigo?
Entregado a SAtanás para destrucción de la carne a fin de que el espíritu sea
salvo en el día del Señor
¿Qué más pruebas bíblicas necesitas?
Protestante:
La mujer adúltera, sorprendida en el acto sexual, ¿Cristo la hizo pagar por
ello? ¿No merecía la muerte ese pecado?
Cristo la perdonó, la limpió y la dejó ir libre sin pagar NADA. Tal como hace
con todo pecador que cree y se arrepiente.
Luis Fernando:
Sí, su pecado merecía la muerte según la ley mosaica pero Cristo la liberó de
la muerte. Ahora bien, Cristo no se conformó con dejarla ir libremente. Le dijo
ALGO: NO PEQUES MÁS. ¿Porqué te fijas sólo en el perdón y no ves la
amonestación?. El perdón siempre trae como consecuencia una acción posterior
por parte del que es perdonado. A veces el Señor pide evidencias externas
(obras) de lo que es un hecho interno (arrepentimiento)
Protestante:
Ustedes los católicos no creen ni aceptan que Jesucristo nos pueda perdonar,
limpiar, salvar y glorificar SIN PAGAR NADA POR ELLO. SOLO POR CREER EN ÉL Y
RECIBIRLO COMO SALVADOR Y SEÑOR.
Luis Fernando:
Por supuesto que creemos eso. Pero también creemos que una vez salvos, si
cometemos determinados pecados que son muy graves por su naturaleza, a veces el
Señor nos purifica castigándonos con severidad:
Hebreos 12,3-11:
Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo,
para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis
resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado
la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es
aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la
cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por
otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y
viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a
ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que
participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente
parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de
justicia a los que en ella han sido ejercitados.
¿Has resistido tú hasta la sangre
para no pecar, Amigo? ¿No has sido azotado por Dios todavía? Si no has recibido
el azote de Dios es que no has sido recibido por Él como hijo.
Más si tenemos esperanza en que
somos hijos de Dios y que seremos semejantes a Él, entonces haremos caso a la
Escritura que se nos da en 1ª Juan 3,3
Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como
Él es puro.
Protestante:
Piensan erróneamente que debemos de alguna manera pagar con sufrimiento. No
conciben que algo tan grande sea gratuito.
Luis Fernando:
Nos resulta relativamente fácil comprender el amor de Dios por nosotros cuando
somos sus hijos. Pero para entender bien la profundidad y la naturaleza última
del amor de Dios, a veces el Señor nos pone delante de lo más miserable de la
naturaleza humana y nos dice “ámalo, porque así eras tú antes de convertirte a
mí y a pesar de ello yo te amé”. Es entonces cuando podemos comprender bien lo
que ocurrió en la cruz. Es entonces cuando entendemos que si el Señor nos manda
-es un mandato, no una opción- llevar nuestra propia cruz, eso significa que
hemos de aprender a amar como Él amó en la cruz. Es decir, como Él amó a los
que le hacían daño. Se entregó por ellos y por nosotros. Es el amor redentor
que CAMBIA esa miserable naturaleza humana para santificarla y transformarla a
imagen suya. Un amor en medio del dolor insoportable de los clavos que
atravesaban sus manos y pies.
Si la gracia de Dios nos concede que aprendemos a amar así, experimentaremos el
amor de Dios como nunca antes en nuestras vidas. Y probablemente entonces
podremos ser usados poderosamente por Él para transformar el mundo que nos
rodea. ¿Estamos muy lejos de ese amor? Por supuesto. Pero esa es nuestra meta
ya que en ella está Cristo. No llegamos al Cristo resucitado si antes no nos
encontramos con el Cristo crucificado. Con el Cristo que sufre y ama en medio
del dolor.
Subamos a nuestra cruz. Y si ya estamos clavados a ella, no nos bajemos.
Quedémonos allá arriba y aprendamos a vencer como Cristo venció. Sólo tengamos
en cuenta una cosa. De la misma forma que con Cristo estaba su madre, su
discípulo amado y otras cuantas mujeres, nosotros tampoco estaremos solos.
También estará nuestra Madre María, nuestros santos hermanos que ya tomaron su
cruz y vencieron y, sobre todo, lo más importante, estará Cristo.
Protestante:
Además, ¿cuánto podría un hombre pagar por entrar al Cielo? Ni siquiera todo el
sufrimiento o bienes pueden pagar la entrada allí.
Nada de lo que haga o sufra el hombre (sus obras) pueden comprarle o adquirirle
los méritos para entrar en la gloria de Dios.
SOLO JESUCRISTO TIENE EL BOLETO DE ENTRADA...¡Y GRATIS!
Luis Fernando:
El sufrimiento del cristiano que es salvo por fuego no es un pago para entrar
al Cielo. Nada se puede pagar para alcanzar la salvación pues esta no es dada
por Cristo. Ahora bien, Cristo no nos da la salvación de forma que nosotros no
tengamos que hacer NADA. Si Cristo nos manda coger nuestra cruz. Si Cristo nos
avisa de que como él sufre, nosotros sufriremos, ¿acaso pretenderemos huir de
los padecimientos que nos son necesarios para ser glorificados como Él fue
glorificado? Y si hemos de sufrir aun siendo fieles a Él, ¿qué no habremos de
sufrir si le somos infieles aunque no lleguemos a la apostasía total?
Protestante:
Si dice el Evangelio (la Escritura) que la sangre de Cristo NOS LIMPIA DE TODO
PECADO, créalo.
Es una limpieza total. No necesita mas fuego adicional para terminar de
limpiarnos.
Luis Fernando:
Toda purificación se basa en el poder de la sangre de Cristo. El agua del
bautismo que ahora nos salva (1ª P 3,21) y nos limpia de pecado (Hch 22,16) lo
hace porque Cristo derramó su sangre en la cruz. Sin el sacrificio en la cruz,
aquel que iba a ser entregado a Satanás para destrucción de la carne no hubiera
podido ser salvo en el día del Señor. Cristo nos limpia pero no nos libera de
sufrir:
2ª Tim 2,12
Si sufrimos, también reinaremos con él;
Si le negáremos, él también nos negará.
Y hay sufrimiento que sirve para la
redención de otros:
2ªTim 2,8-13
Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos
conforme a mi evangelio, en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo
de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. Por tanto, todo lo soporto
por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es
en Cristo Jesús con gloria eterna.
Palabra fiel es esta:
Si somos muertos con él, también viviremos con él;
Si sufrimos, también reinaremos con él;
Si le negáremos, él también nos negará.
Si fuéremos infieles, él permanece fiel;
El no puede negarse a sí mismo.
Col 1,24
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta
de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia
Protestante:
Ustedes no han entendido o aceptado el texto que dice:
”Porque POR GRACIA (Gratis o gratuitamente) sois salvos por medio de la fe; y
esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe”
(Efesios 2:8-9)
GRACIA significa: Don inmerecido, regalo inesperado, indulto total, abolición
de un pago o deuda, etc.
Y en términos populares latinoamericanos: “ganarse la lotería”....pero la de
Cristo.
Los orgullosos no aceptan regalos, siempre quieren pagar por ellos para no
deberle a nadie favores.
Acuérdese que en la parábola de los jornaleros, los que fueron contrAtados en
la última hora, ganaron lo mismo que los que trabajaron o sufrieron todo el
día. Ganaron su sueldo de gracia.
¿Quieren hacer ustedes injusto a Dios, por darnos la salvación en Cristo sin
pagar nada?
Si dice (Juan 1:12) que Cristo nos ha hecho ser HIJOS DE DIOS al creer, ¿tienen
los hijos que ser torturados antes de recibir una herencia?
¿Se pagan las herencias?
La herencias no se reciben por la cantidad de trabajo o sufrimiento que hayan
tenido, ni tampoco deben hacer “penitencia” los herederos antes de recibirla.
SOLO POR SER HIJOS SE RECIBE LA HERENCIA.
Luis Fernando:
No, los hijos no tienen que ser torturados. PERO SÍ QUE SON AZOTADOS porque el
Señor ama al que disciplina y azota al que recibe por hijo.
¿Acaso no lo vemos en nuestras propias vidas si somos padres?
Cuando un hijo nuestro ha cometido una grave falta, ¿no le aplicamos un castigo
justo para que purifique su comportamiento? ¿o simplemente le perdonamos y le
dejamos que se vaya sin más?
Si es la primera vez que comete esa falta, quizás le dejemos ir advirtiéndole
simplemente de que no lo vuelva a hacer. Mas si vuelve a caer en lo mismo, ¿le
dejaremos volver a irse sin azotarlo con nuestras propias manos y/o un con
castigo adecuado?
Mal Padre sería Dios si no nos purificara con su fuego consumidor, con ese
fuego que consume nuestra concupiscencia, refinándonos como oro reluciente para
poder brillar eternamente en su presencia. La sangre de Cristo es fruto de su
sufrimiento. Es fruto del dolor y de la entrega total. El sacrificio de Cristo
nos salva, mas, como dice la Palabra de Dios “si padecemos juntamente con Él,
con Él seremos glorificados”
Tú niegas esa palabra, Amigo. Nosotros la afirmamos
Protestante:
Claro, es posible que alguno por incredulidad, deje de ser hijo. Pero ese es
otro tema.
Luis Fernando:
Lo que es seguro es que aquel que no es azotado por Dios, no es hijo suyo. Así
que examina bien tu realidad no vaya a ser que te encuentres entre aquellos que
creen ser hijos de Dios pero huyen del sufrimiento y de su propia cruz como
alma que lleva el Diablo
Protestante:
Pero esa “destrucción de la carne” sería en esta vida terrenal, no en algún
supuesto “purgatorio”.
Por supuesto que “la carne” no se refiere a la epidermis corporal, sino al estilo
de vida gobernado por las pasiones humanas sin el gobierno de Dios.
Además dice la cita bíblica que “el tal sea entregado a Satanás” y según la
teoría del “purgatorio” de ustedes los católicos, en ese lugar no se
encontraría Satanás.
Luis Fernando:
No te enteras. Estoy planteando lo que es un método de actuación de Dios para
con sus hijos. Y me baso en la Biblia para ello. Dios usa de la disciplina para
purificar a aquellos que ama. Tiene que hacerlo así porque de lo contrario
estos no podrían entrar en su presencia ya que sin santidad, nadie verá a Dios.
Ahora bien, ¿qué ocurre con aquellos que salen de este mundo sin que Dios les
haya purificado completamente con su disciplina? ¿dejan de ser hijos de Dios de
forma que el Señor no les sigue disciplinando y azotando para purificarlos del
todo?
La diferencia entre la teología católica y parte de la protestante es que
nosotros creemos que el proceso de santificación no acaba con la muerte del
creyente en caso de que no haya sido lo suficientemente santificado en su vida.
Y cuando hablo de santificar no me refiero a un término legal por el que uno es
declarado santo sin serlo en su comportamiento y acción, sino a la
santificación por la cual el que antes era enemigo de Dios ahora actúa como
hijo suyo en obediencia perfecta. Dios nos dice “sed santos porque yo soy
santo”. Y su santidad es tal que sufrió en la cruz para darnos la salvación. Y
no nos prometió un camino de rosas hacia la salvación. El que quiere vivir
piadosamente en Cristo Jesús padecerá persecución. Tendrá que llevar su cruz.
El que no es purificado al llevar en obediencia su cruz en la tierra tendrá que
ser purificado por el fuego. No puede ser de otra forma ya que es salvo y como
hijo de Dios será santificado en el fuego de Dios.
Protestante:
También cita usted, en apoyo de la supuesta existencia del “purgatorio” el
siguiente texto bíblico:
Col 1,24
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta
de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia
Pero esas aflicciones no pueden ser para salvación de personas,
Luis Fernando:
Pues es que el purgatorio no es para la salvación de nadie, sino para la
purificación de los que ya son salvos
Así de simple y así de sencillo
Protestante:
Pues en (Heb 10:12-14) dice
Pero Cristo, habiendo ofrecido UNA VEZ PARA SIEMPRE UN SOLO SACRIFICIO POR LOS
PECADOS, se ha sentado a la diestra de Dios,
de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de
sus pies; porque CON UNA SOLA OFRENDA A
LOS SANTIFICADOS
Y SI LOS HIZO “PERFECTOS PARA
SIEMPRE”, NO NECESITAN MAS SACRIFICIOS, LIMPIEZAS O PURIFICACIONES ADICIONALES
EN FUEGO.
Luis Fernando:
Bien, es interesante ver que a quienes se hace perfectos es a los santificados.
Ahora bien, la santificación es un proceso, no un acto único sin continuidad.
La santificación produce fruto en el creyente. Y si no hay frutos, el creyente
muere y es arrojado al fuego destructor (Jn 15,2-6). Por tanto, cuando se dice
que la ofrenda de Cristo hace perfectos a los santificados está haciendo
referencia a los que verdaderamente son santificados de forma que son santos
porque Dios es santo:
Rom 6,22
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna
Protestante:
Esas aflicciones que menciona el apóstol Pablo, son por el crecimiento de la
Iglesia como organismo o grupo, pues todo crecimiento produce sufrimiento. Son
las aflicciones por las persecuciones, las divisiones, las herejías o falsas
doctrinas introducidas por falsos maestros, la evangelización en lugares y
condiciones adversas, etc.
Luis Fernando:
Y lo que no crece sino que se estanca antes de madura, acaba muriendo. En eso
estamos de acuerdo, ¿no?
Protestante:
No es el sufrimiento nuestro el que nos salva, sino el sufrimiento de Cristo
con su muerte en la Cruz.
Hay muchos incrédulos que a pesar de haber sufrido mucho en la Tierra, se
condenarán por no haber creído y aceptado el Evangelio.
Luis Fernando:
El sufrimiento humano, por sí mismo, no salva a nadie. El sufrimiento del
creyente le purifica. El padecimiento junto con Cristo, nos hace aptos para ser
glorificados junto con Él, tal y como enseña la Palabra.
Podemos decir que hay diferentes tipos de sufrimientos:
1- El provocado por el pecado en el que no cree. Será un sufrimiento eterno si
no se arrepiente. Será un sufrimiento destructor
2- El sufrimiento del que cree. No es un sufrimiento para su castigo sino para
su perfeccionamiento.
3- El sufrimiento provocado por la disciplina de Dios hacia el que ha creído
pero cae en pecado. Es un sufrimiento purificador por el que el Señor les
santifica. Sin el sacrificio de Cristo no sería posible esa purificación y
santificación, ya que Él es el mediador entre Dios y los hombres de forma que
Dios trAta a estos como a hijos y no como a enemigos.
Para comprender la doctrina
católica sobre el purgatorio ha de entenderse que el sufrimiento de los que
pasan por este estado es el descrito en el punto 3. Pero siempre se aplica a
los que YA SON SALVOS. Así lo enseña el Catecismo de la Iglesia Católica:
Art 1030. “Los que mueren en la
gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están
seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a
fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.”
1031. “La Iglesia llama Purgatorio
a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del
castigo de los condenados
Protestante:
De nada sirve exhibirle a Dios flagelaciones corporales, encierros de por vida
en “conventos”, “penitencias” espectaculares viajando kilómetros de rodillas,
repeticiones infinitas de formulas rezadas, etc.
A Dios nadie lo impresiona con esos actos. No hay nada por espectacular que
sea, que pueda hacer el hombre para ganarse la entrada al Cielo. Solo creer en
Jesucristo.
Luis Fernando:
A Dios no le impresionan las penitencias de los que no creen en Él. Ahora bien,
yo no diría que Él ignora las penitencias de aquellos que sí creen en Él. Al
fin y al cabo la Biblia nos enseña que debemos producir obras dignas de
arrepentimiento (Hch 26,20). Los sacrificios no tienen valor si no están
acompañados de un corazón arrepentido. Pero no se puede decir lo mismo de los sacrificios
que acompañan a un verdadero arrepentimiento. De hecho, todo arrepentimiento
implica el sacrificio de abandonar el pecado que cometimos en respuesta a
nuestra concupiscencia.
Protestante:
El otrora injusto y politeísta Abraham creyó y le fue contado como justicia.
En el momento que le creyó a Dios, no había hecho aún nada para merecer las
promesas.
Luis Fernando:
Santiago 2,21-22
¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su
hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y
que la fe se perfeccionó por las obras?
Responde a esas preguntas, Amigo
Pero analicemos expresamente lo
ocurrido con Abraham desde el texto del Antiguo Testamento:
Génesis 12,1-4
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la
casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande,
y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los
que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue
con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Vemos la promesa de Dios a Abram.
Promesa que empieza con una orden: vete de tu tierra y de tu parentela.
Evidentemente si Abram se hubiera quedado en casa, nada hubiera sucedido.
Sigamos
Gen 14,5-6
Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si
las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le
fue contado por justicia.
La fe de Abram le justifica. Él
cree en Dios, cree A Dios y cree lo que Dios le dice
¿Qué ocurre después?
Abram, que había creído en Dios, busca “ayudar a Dios” a cumplir su promesa
acostándose con su sierva Agar, la cual le da un hijo. Hijo que no es fruto de
la promesa de Dios sino de la fe que ha flaqueado y que no entiende cómo se
puede tener una descendencia como las estrellas del seno estéril de Sarai.
Mas Dios no rompe su promesa sino que la vuelve a afirmar:
Gen 17,1-7
Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo:
Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi
pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró
sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y
serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino
que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de
gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes
saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después
de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu
descendencia después de ti.
Ojo, la promesa, de nuevo, viene
precedida de un mandato: anda delante de mí y sé perfecto. De nuevo Dios apela
a la obediencia antes de confirmar la promesa que un día hizo a Abram, que ya
es llamado Abraham.
Pasa el tiempo, nace Isaac, que es el hijo de la promesa, y Dios somete a una
prueba durísima la obediencia de Abraham. Le pide ni más ni menos que
sacrifique a su hijo. Al hijo de la promesa. Dios había cumplido su parte.
Ahora tocaba ver si Abraham cumplía la suya de forma que obedeciera a Dios
hasta el extremo de ofrecer a su hijo en holocausto. Abraham obedeció y sabemos
que Dios salvó a Isaac. Ahora veamos las consecuencias de aquello en boca del
propio Señor:
Gen 22,16:
Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has
rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla
del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente
serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Ahora la promesa no va precedida de
un mandato. No. Ahora la promesa es fruto de la obediencia de Abraham. La
promesa se confirma eternamente cuando Abraham obedece. Por eso las obras de
Abraham perfeccionaron la fe por la que había sido justificado. Por eso la
Biblia nos dice en el libro de Santiago:
¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue
justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac
sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe
se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó
a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros
veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la
fe.
En lo tocante a lo que estamos
debatiendo, la pregunta sería: ¿sufrió o no sufrió Abraham desde el momento en
que Dios le pidió que sacrificara a su hijo hasta que el ángel del Señor paró
el sacrificio?
Sin duda sí. Sin duda el sufrimiento de Abraham en obediencia a Dios debió ser
insoportable. Seguro que hubiera preferido ser él y no su hijo la víctima en
ese holocausto pedido por Dios.
Obedecer a Dios a veces implica sacrificio, implica dolor, implica cruz. La
desobediencia siempre implica castigo de Dios para que seamos purificados. En
el purgatorio somos purificados por fuego por ese amor de Dios que disciplina y
castiga a aquellos a los que ama.
Protestante:
Ustedes, los católicos, le añaden a la gracia de la fe en Jesucristo, el
?purgatorio?, como en épocas del apóstol Pablo los judaizantes añadían la
circuncisión como requisito para entrar al Cielo.
Luis Fernando:
El purgatorio no se añade a la gracia. De hecho es fruto de la gracia porque
sin esa gracia, el fuego sería destructor y no purificador. Sin el sacrificio
de Cristo en el Calvario el purgatorio sería lugar de destrucción, no lugar de
santificación.
Protestante:
En la Edad Media, antes de Lutero, hasta llegaron a decir el número de años que
debían pasar la almas en el “purgatorio” y la cantidad de dinero o misas que se
necesitaban para sacarlas de allí.
Luis Fernando:
La doctrina del purgatorio ha pasado por el purgatorio, :-)
Han sido eliminados aspectos que no servían para explicar bien esa verdad
revelada por Dios a través de su Palabra viva en medio de su Iglesia. Lo
esencial queda. Lo accesorio fue eliminado. El dogma es el mismo. Lo que
rodeaba al dogma va quedando en su justo sitio. Y como con esta doctrina, igual
con muchas otras. Ese es un de los mayores tesoros del catolicismo.
Protestante:
¿Está acaso Dios sometido o limitado a “métodos”? ¿No es soberano para actuar
como le plazca?
Luis Fernando:
No, por supuesto. Él puede actuar como le plazca. Me alegra que hayas aportado
ese argumento. Lo voy a usar en esta respuesta
Protestante:
Esa idea del “Purgatorio” es fruto del pensamiento o raciocinio humano, no ha
sido revelada por Dios.
Pero dice la sagrada Escritura bíblica:
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis
caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
(Is 55:8-9)
Luis Fernando:
Perfecto. Precisamente he demostrado con la Biblia que Dios disciplina azotando
a sus hijos. También he demostrado con la Biblia que algunos serán salvos por
fuego. También de demuestra con la Biblia que hay pecados que pueden ser
perdonados en el siglo venidero. Como sabemos que los pensamientos de Dios
están reflejados en la Biblia, entonces hemos de convenir en que la doctrina
del purgatorio está plenamente arraigada en el texto bíblico.
Protestante:
¿Habrá alguien que haya salido de este mundo “purificado completamente” según
su criterio, o peor, según el criterio o vista de Dios?
Luis Fernando:
Sólo Dios lo sabe
Protestante:
¿Cuál es la medida de “purificación” para ser librados de ese supuesto
“purgatorio”?
Luis Fernando:
Dios la establece. Es Él quien decide si alguien ha de ser disciplinado a
través del fuego del purgatorio o, por el contrario, no hace falta que pase por
él.
Protestante:
¿Puede alguien por muy santo o puro que se esfuerce ser, alcanzar los méritos
suficientes para reclamar la entrada al Cielo, por derecho propio?
Luis Fernando:
¿Quién habla de reclamar la entrada al Cielo? ¿Quién habla de tener ese
derecho? ¿De dónde te sacas que tan peregrinas ideas tienen algo que ver con lo
que estamos debatiendo?
El que está en el purgatorio no tiene que reclamar la entrada al cielo. Ya
tiene concedido ese privilegio por la gracia de Dios al haber aceptado a Cristo
como Señor y Salvador. No es un derecho suyo. Es un don de Dios. Y del mismo
purgatorio podemos decir que es un don de Dios en cuanto que la disciplina del
Señor es fruto de su generoso amor por sus hijos
Protestante:
¿No ha entendido que toda la salvación es POR GRACIA? ¿Qué sin merecerlo,
Cristo nos abrió el camino al Padre con su muerte en la Cruz?
Luis Fernando:
¿Y no has entendido tú que la disciplina y el azote de Dios a sus hijos es por
su gracia?
¡Cuánto te falta por entender la verdad de la Palabra de Dios!
Protestante:
Dice mas adelante usted:
nosotros [los católicos) creemos que el proceso de santificación no acaba con
la muerte del creyente en caso de que no haya sido lo suficientemente
santificado en su vida
Pero eso también es pensamiento o raciocinio católico suyo, pues al contrario
dice la sagrada Escritura:
“Y esto erais algunos; mas YA HABÉIS SIDO LAVADOS, YA HABÉIS SIDO SANTIFICADOS,
ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios”
(1 Cor 6:11)
¡ CREÁLO !
Luis Fernando:
Por supuesto que ya fuimos lavados, ya fuimos santificados y justificados en el
nombre de Cristo. ¿Quién pone en duda tal cosa?
Cuando nos pusimos en manos de Dios y aceptamos a Cristo, todo eso ocurrió en
nuestras vidas. Ahora bien, nosotros VOLVEMOS a pecar después de haber aceptado
a Cristo. ¿O acaso negará usted eso? ¿Qué ocurre entonces? ¿ya no necesitamos
ser santificados?. ¿Acaso no somos justificados también por nuestras obras como
enseña la Palabra de Dios en STg 2,24? ¿Acaso no se nos llama a hacer obras de
arrepentimiento? ¿Acaso Cristo no nos advierte de lo que ocurrirá si no
permanecemos en Él? ¿vas tú a decir que el que ha sido lavado y santificado
queda sin necesidad de esa santificación por la que su anterior forma de vida
es transformada por completo?
¡Créelo! ¡¡La salvación es un proceso!! ¡¡La santificación también!! Somos
salvos al creer, pero no seremos salvos si no perseveramos. Fuimos santificados
al creer pero somos santificados durante el resto de nuestra vida y hasta el
regreso de Cristo.
Protestante:
“En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre”
(Heb 10:10)
No dice que somos santificados mediante una quemada en el fuego de algún
purgatorio después de muertos.
Luis Fernando:
Ahí dice quién es la causa de nuestra santificación. Es la ofrenda de Cristo
como sacrificio propiciatorio la causa de que podamos ser santificados. Ahora
bien, ¿no fue el propio Cristo el que dijo que tomáramos nuestra propia cruz?
¿no es la Palabra de Dios la que afirma que algunos serán salvos por fuego?
¿quién es el que se atreve a afirmar que el fuego por el que algunos son salvos
no manifiesta su eficacia precisamente gracias al sacrificio de Cristo?
Protestante:
Usted y los católicos no han entedido o creído en la promesa de nuestra
transformación en un instante, de corruptos o corruptibles en gloriosos, por la
gracia y el poder de Dios:
“He aquí, os digo un misterio: No
todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
EN UN MOMENTO, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se
tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y NOSOTROS
seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad”
(1 Cor 15:51-53)
Como usted o cualquiera puede ver,
esa transformación gloriosa no pasa por ningún “pugatorio”, no lo menciona y
además dice que suecederá esa glorificación “EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS” sin
un tiempo de quemada previo.
Luis Fernando:
Vaya, ¿dónde dice que esa transformación será sin fuego para todos los que son
transformados en el regreso de Cristo?
Mira lo que dice el Señor
Mt 9,49
Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.
Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened
sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.
¡¡Créelo Amigo!! ¡¡Todos serán
salados con fuego!!
Y cree algo más. Mira
Luc 12,41-48
Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a
todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor
pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel
siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo
que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón:
Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y
a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste
no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con
los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se
preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin
conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a
quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya
confiado, más se le pedirá.
¿Lo has visto, Amigo?
Cuando el Señor regrese, habrá tres tipos de siervos. El que permanece fiel a
su señor. El que es puesto con los infieles porque se ha entregado al pecado.
El que recibirá muchos azotes por no haber hecho la voluntad del Señor a pesar
de conocerla. Y el que recibirá pocos azotes porque, aun sin conocer la
voluntad del Señor, ha hecho cosas dignas de azotes
¡Créelo!
Protestante:
Usted no dijo nada sobre esto:
"Así que, hermanos, TENIENDO LIBERTAD PARA ENTRAR EN EL LUGAR SANTÍSIMO
por la sangre de Jesucristo,
por el camino nuevo y vivo que ÉL NOS ABRIÓ a través del velo, esto es, de su
carne"
¿TENEMOS LIBERTAD PARA ENTRAR O HAY QUE PAGAR CON UNA QUEMADA?
¿CRISTO NOS ABRIÓ EL CAMINO O ES EL PURGATORIO EL QUE ABRE ESE CAMINO?
Luis Fernando:
Debe de ser como la decimoquinta vez que te digo que el purgatorio no vale para
nada sin el sacrificio de Cristo. Tú insistes en que la doctrina católica pone
a un lado la expiación de Cristo y a otro el purgatorio como si fueran dos vías
distintas de llegar al cielo. Pero no, como ya te he explicado, esa no es la
doctrina católica. Sin el sacrificio de Cristo el fuego sería para condenación
eterna, no para purificación. El fuego del purgatorio es ese amor de Dios que
disciplina y castiga al que ama.
Por supuesto es la sangre de Cristo la que nos abre el camino al Lugar
Santísimo. Pero eso no cambia en nada el hecho de que la Biblia enseña que
algunos son salvos por fuego, que Dios disciplina y azota a los que ama, que
todos serán salados con fuego y no dejamos de ser hijos de Dios tras nuestra
muerte de forma que la disciplina de Dios deje de aplicársenos entonces.
Protestante:
Cuando regrese el Señor solo habrá dos tipos de siervos, los fieles y los
infieles, ¿acaso no lo leyó?, los fieles son los bienaventurados, mientras los
otros tendrán su parte con los infieles, ¿no sabe que cuando Cristo se siente
en su trono para juzgar, pondrá unos a su derecha y otros a su izquierda? No
dice que pondrá algunos en el medio para enviarlos a un
"purgatorio"....
Luis Fernando:
Je, por supuesto que habrá sólo dos tipos de siervos en cuanto a su salvación.
Pero, ¿acaso no lo leíste? ¿no leíste que el Señor azotará a esa parte de
siervos que no actuó correctamente? ¿no leíste que unos serán azotados mucho
mientras que otros poco?
¿No viste en Lucas 12,41-48 que el Señor pone a algunos con los infieles, a
otros les azota mucho y a otros les azota menos?
Venga, hombre. No te escapes de la realidad de esos versículos.
El purgatorio es un estado de purificación por fuego para salvos, no para
condenados.
Protestante:
La disciplina del creyente es mientras vive aquí en la Tierra. Después de
muertos, ya no habrá otra oportunidad. Donde cae el arbol allí quedará su
tronco.
Luis Fernando:
Para empezar, el purgatorio no es "otra" oportunidad. Como ya he
dicho, quien está en el purgatorio ya es salvo para toda la eternidad. Tal
persona ya aprovechó su oportunidad para ser salvo en vida aceptando a Cristo.
Ahora bien, yo no estaría tan seguro de que tras la muerte física no pueden
ocurrir cosas "interesantes". Si no, explícame bien el versículo 19
de 1ªP 3:
1ª P 3,17-20
Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo
quiere, que haciendo el mal. Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad
muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y
predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron,
cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se
preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas
por agua
A ver, ¿cómo es que Cristo fue a predicar a los espíritus encarcelados? ¿acaso
les dio una segunda oportunidad?
Protestante:
Le he pedido que mencione alguna cita de la Escritura donde se nombre o se
refieran a ese lugar que ustedes llaman "Purgatorio".
Es muy raro que mientras se menciona muchas veces el Hades, el infierno, el
Lago de Fuego, el Cielo y el Paraiso, NUNCA SE MENCIONA EN LA ESCRITURA ESE
LUGAR CON EL NOMBRE DE "PURGATORIO" O CON OTRO NOMBRE!!
Luis Fernando:
Y yo te he respondido que Pablo habla de los que son salvos por fuego. Dado que
en el Hades estaban también los justos antes de la venida de Cristo, lo más
probable es que sea en el Hades donde el purgatorio tiene lugar.
Protestante:
Es más, en (Apoc 7:14), cuando menciona a la gran muchedumbre que alaba delante
del trono de Dios y el anciano pregunta quienes son, él mismo contesta que son
LOS QUE HAN LAVADO SUS ROPAS Y LAS HAN EMBLANQUECIDO EN LA SANGRE DEL CORDERO.
No dice que las emblanquecieron en el fuego del "purgatorio".
Luis Fernando:
Decimosexta vez que afirmo que es la sangre de Cristo la que nos lava, y que el
purgatorio no tienen capacidad de purificar sin el derramamiento de la sangre
de Cristo en la cruz
Protestante:
Si usted lee (Mat 25:31-46), verá como Jesucristo en su segunda venida, se
sentará a juzgar a toda la humanidad.
Luis Fernando:
Sí, y si tú lees verás que ese juicio, que es por obras, se celebrará
precisamente en su segunda venida. Hasta entonces Dios tiene tiempo de
perfeccionar la obra que ha empezado en nosotros. Así lo enseña la Palabra:
Fil 1,6
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Nótese que no dice que la
perfeccionará hasta el día en que te mueras sino hasta el día de Jesucristo. Es
decir, nada hay que impida el que Dios siga perfeccionando a sus hijos después
de la muerte física si es que antes no han sido hechos santos como Él es santo.
Protestante:
En ese momento, le dice a los de su derecha: "Venid benditos de mi Padre,
heredad el Reino preparado para vosotros"
Luis Fernando:
Amén.
Protestante:
Ellos, se sorprenden y le preguntan: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y
te sustentamos?"
Note que el Señor les dice "Venid" al Reino preparado, no les dice
que vayan antes a quemarse y sufrir tormentos en un "purgatorio" para
poder heredar ese Reino preparado.
Note que tampoco han estado esos justos en ese supuesto "purgatorio"
quemándose para que Cristo los llamara, pues se sorprendieron y se supone que
si alguien entrara en el supuesto "purgatorio", sabría que después de
ese tormento en llamas, entraría al Reino, lo cual, de paso, sería ABSURDO.
Luis Fernando:
No, la sorpresa viene dada por el hecho de que Cristo alega como causa de
juicio el que ellos la han dado de comer y de beber a Él cuando han dado de
comer al hambriento y de beber al sediento. Esa y no otra es la razón de su
sorpresa.
Tu argumento, pues, es futil
Protestante:
El Señor debió decir, según ustedes los católicos romanos, "Venid benditos
de mi Padre, a recibir tormentos en llamas, para que después "puedan"
entrar al Reino preparado para los torturados en el purgatorio"
Luis Fernando:
Bien, eso se encarga de aclararlo San Pablo al decir:
1ª Cor 3,14-15
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego.
Por cierto, el purgatorio no es
tanto un lugar de tortura como de purificación. Dios no tortura a sus hijos.
Les disciplina y azota, que no es lo mismo.
Protestante:
En (Mat 18:8) dice que es preferible cortarse el pie EN ESTA VIDA para entrar
en el Cielo cojo, que ser echado entero en el fuego eterno.
Luis Fernando:
Cierto. Pero el purgatorio no es el fuego eterno
Protestante:
Es decir, la disciplina del Señor al que ama, es en esta vida, no después,
cuando ya no tiene objeto. Las manos y los pies no se cortan después de muertos
en algún "purgatorio" poder entrar al Cielo.
Luis Fernando:
Como ya te he demostrado antes con la Biblia, Dios perfecciona la obra que
empezó en nosotros hasta el día de Jesucristo. Y dada la corta vida del hombre
eso implica necesariamente que él continua perfeccionándonos antes de esa
Segunda Venida. El objeto de la disciplina de Dios es el mismo antes y después
de nuestra muerte. Somos tan hijos de Dios antes de morir como después. Y si
Dios nos ha disciplinado en vida para perfeccionarnos, ¿porqué no iba a seguir
haciéndolo después de nuestra muerte física en caso de ser necesario?
Protestante:
Pero su actitud es lamentable Kiridian, se parece usted a Bart Simpson, por eso
dijo el Señor Jesucristo: "El que quiera oir que oiga"
Luis Fernando:
No acostumbro a ver a los Simpson pero si quieres te digo a qué personaje de la
serie me recuerdas, :-)
Y después de todas las evidencias bíblicas que te he mostrado en apoyo del
purgatorio, ciertamente no podrás alegar ignorancia invencible para rechazar
tal doctrina
Protestante:
Es decir, si usted decide no aceptar o creer, nadie puede obligarlo, ni
siquiera Dios, que respeta su libre albedrío.
Luis Fernando:
Yo creo en Dios, ¿tú?
Ahora, ya sabes que los demonios también creen y tiemblan.
Protestante:
Por eso habrá un juicio divino final y una condenación eterna, porque Dios da
oportunidad a todo ser viviente en esta vida, pero muchos hombres prefieren las
tinieblas a la Luz y serán arrojados al Lago de fuego eterno.
Luis Fernando:
Sí, cierto, pero ".. en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos
de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. Porque
Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis
mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin,
para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino
imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas"
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