Esta es tu casa!

Respuestas a tus Preguntas

Pregunta publicada en 20130307:
La infalibilidad y la renuncia

Una pregunta que me ha rondado estos días con toda la cobertura mediática de lo del Papa: ¿cómo funciona lo de la infalibilidad en este caso, ambos tendrían el mismo peso en su presentación doctrinal? La pregunta surge por que entiendo que así como un sacerdote, obispo etc un papa es consagrado... O ungido de manera especial y esa consagración siempre estará o sea no deja de ser así renuncie o se retire... Disculpas de antemano si estoy diciendo una "barbaridad." -J.P.

* * *

No dices barbaridad alguna!

El punto clave es que el Papa es el Obispo de Roma, y como tal, no recibe ninguna consagración o sacramento adicional al que ya tiene, es decir, el sacramento del orden, en el grado episcopal.

Por consiguiente, al asumir el papado está asumiendo un oficio--un oficio de altísima dignidad e importancia, pero que es básicamente un oficio sin consagración ni sacramento alguno.

Al estudiar la importancia que tiene ese oficio para el ser de la Iglesia se ve cuál es el lugar del don de la infalibilidad: se trata de la certeza de que el Espíritu Santo no puede abandonar al Cuerpo de Cristo en aquello en que su fe o sus costumbres han de responder al querer de Dios, y a lo que ha sido revelado y trasmitido por los apóstoles. Dado que hay miles y miles de obispos, debe haber alguna referencia última en casos disputados; y dado que ha habido casos en que la mayoría ha errado, como sucedió cuando la multitud pidió la crucifixión de Cristo, o como sucedió cuando una mayoría de los cristianos eran arrianos, entonces se ve que la preservación de la verdad de la fe no puede depender de la marea de las opiniones y ni siquiera del parecer de una mayoría.

Es ahí donde cobra su relieve permanente la frase que Cristo dijo a Pedro, y sólo a Pedro: "Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez vuelto a mí, confirma a tus hermanos" (Lucas 22,32). La Iglesia entiende en ese texto que es parte del ministerio de Pedro, y de los sucesores de Pedro, ese confirmar o fortalecer en la fe a los demás. Y por eso la Iglesia ha llegado a discernir que la permanente necesidad de permanecer en la fe verdadera y la promesa permanente de confirmar en la fe van unidas, de modo que no cabe pensar que aquel que tiene que confirmar a los demás falle en aquello que debe ser creído y aceptado por todos. Si tal cosa sucediera, la Iglesia sencillamente no tendría adónde mirar con certeza, y estaríamos, como dice san Pablo: "sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error" (Efesios 4,14).

Pero, una vez más, este don singular de infalibilidad está unido a un oficio que alguien debe hacer, no unido a ningún sacramento permanente. El don está unido al oficio no a la persona que lo realiza. Al cesar el oficio, no hay por qué creer que el don permanece de modo permanente. Así que Joseph Ratzinger, que sin embargo podrá usar el título de Papa Emérito, será como siempre ha sido un teólogo muy valioso pero no alguien de quien pueda esperarse una declaración oficial de fe, es decir, "ex-cathedra," como se requiere para que propiamente estemos en el campo de la infalibilidad.

A su vez, cuando aquel que sea elegido Papa acepte, tendrá sobre sí el mismo encargo de los anteriores Sucesores de Pedro, y por eso sabemos que la palabra de Cristo se cumplirá también en él, y en los que le sucedan, hasta el fin de los tiempos.


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

Link permanente:
http://fraynelson.com/respuestas.php?fechapub=20130307