Respuestas a tus Preguntas

Buenos días Fray Nelson

Acabo de terminar de escuchar sus charlas de Apocalipsis, los últimos días he realizado un maratón de tres episodios seguidos porque la verdad es que ha estado muy interesante su predica. Me he propuesto volver a escucharlas, esta vez con un poco más libre para que con biblia en mano, poder tomar notas, hacer cuadros y esquemas porque es que hay muchos datos que se deben tener a mano ya sea para futuras consultas o transmitir a otros.

Una cosa que me gustaría me aclarará es una palabra que repitió en varias ocasiones que es los "escogidos" ¿A quienes se refieren? los pregunto para obtener una respuesta apologética ya que, en varias oportunidades he intercambiado palabras con hermanos separados (Bautistas Reformados) que les fascina emplear este termino. La primera vez que escuche sus argumento sobre la predestinación me causó risa por considerarlas absurdas, pero más adelante oyendo sus "argumentos" podían ser no precisamente motivo de burla, si no por el contrario motivo de preocupación, no precisamente por mi, que he acogido la fe y el amor de Cristo, si no al pasar por mi mente la confusa idea de que, por mas que intentara mostrar el evangelio a quienes me rodean tal vez nunca lo entenderían porque ellos no estaban en club de los "escogidos o predestinados".

Debo confesar que aunque el argumento nunca me pudo convencer ya esta doctrina no concordaba con lo que Dios me ha dado a experimentar en mi corazón, mi mente si quedo bloqueada y tal vez lesionadas con estas palabras que cada vez que escucho o veo retumban en mi queriendo sembrar la duda.

Agradecería que por favor pudiera guiarme al respecto. Saludos en Cristo.

Su amigo en Caracas. - Armando Villalba

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Incluso más que los bautistas reformados, han sido los calvinistas los que más han insistido en la idea de la predestinación. La llamada "Confesión de Westminster" asegura en la sección 10,3-4:

"Los niños elegidos que mueren en la infancia, son regenerados y salvados por Cristo por medio del Espíritu, quien obra cuando, donde y como quiere. En la misma condición están todas las personas elegidas que sean incapaces de ser llamadas externamente por el ministerio de la palabra... Los otros no elegidos, aunque sean llamados por el ministerio de la palabra y tengan algunas de las operaciones comunes del Espíritu, sin embargo nunca vienen verdaderamente a Cristo, y por lo tanto no pueden ser salvos; mucho menos pueden los hombres que no profesan la religión cristiana ser salvos de otra manera, aun cuando sean diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión que profesan; y el afirmar y sostener que lo pueden lograr así, es muy pernicioso y detestable".

Ese texto, sin embargo, poco puede delante de una serie impresionante de textos bíblicos. Basándome en la recopilación que hace José Miguel Arráiz, creo que es importante recordar los siguientes pasajes:

“Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.” 1 Timoteo 2,3

“El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.” 1 Juan 2,2

“No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.” 2 Pedro 3,9

“Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos todos por tanto murieron, Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5,14-15

“Y a aquel que fue hecho inferior a los ángeles por un poco, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gustó la muerte para bien de todos.” Hebreos 2,9

“¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado - oráculo del Señor Yahveh - y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?” Ezequiel 18,23

“Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Yahveh. Convertíos y vivid.” Ezequiel 18,32

“Diles: «Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra mala conducta. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?»” Ezequiel 33,11

Lo que se ve en esos textos son tres cosas:

1. La oferta de salvación es amplia, y puede bien llamársele "universal" : Dios quiere que todos se salven. Hablar de "elegidos" en el sentido de que los "no-elegidos" fueron creados por Dios simplemente para luego condenarlos, es blasfemo.

2. Queda abierta la espantosa posibilidad de que alguien rechace esa oferta. Obrando así, es la persona la que se excluye, la que se des-elige, si pudiéramos usar esa palabra.

3. El llamado fuerte, entonces, es a la conversión. De lo que se trata es de escuchar con fe y obedecer con docilidad a la Palabra y al Espíritu. Y por supuesto, eso explica el valor de la predicación y de la misión.

¿Y entonces quiénes son o serán finalmente "los elegidos"? Lo sabremos el último día. No nos corresponde a nosotros determinarlo ni anticiparlo; lo que a nosotros nos toca es velar por nuestro propio proceso de conversión y anunciar con amor y la mayor eficacia posible el mensaje, para que muchos más sepan de Jesús y de su amor.