Respuestas a tus Preguntas

A razón de no saber si la pregunta le llegó, quiero formulársela nuevamente, Padre Nelson. ¿Cómo hablarle a los jovenes de la justificación, de la gracia y del perdón, cuando ellos no se creen pecadores, en un mundo tan laxo como el nuestro? - Preguntado en formspring.me/fraynelson

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Pienso que la situación que mencionas no afecta sólo a los jóvenes, sino a personas de todas las edades y condiciones actuales. Bien dijo Juan Pablo II, llamado El Grande, que cuando se pierde la noción de pecado se pierde la capacidad de experimentar la gracia.

Por otra parte, aunque hoy sentimos tan agudamente esta situación de "blindaje" de la conciencia, bajo capa de laxitud moral y relativismo, la Biblia misma nos cuenta del caso de aquellas personas que llaman mal al bien y bien al mal (Isaías 5, 20). Cristo, en su tiempo, advirtió a los fariseos que, precisamente porque creían que todo lo veían bien, seguían en su ceguera (Juan 9). La tendencia humana a auto-justificarse, por ejemplo echando la culpa de todo a los demás, es en realidad tan antigua como la Humanidad.

De aquí concluimos que lo extraño no es que la gente se justifique y se haga impermeable al mensaje de la conversión; lo extraño y maravilloso es que alguien llegue a reconocer su pecado y pueda decir lo que dijo el hijo pródigo: "Me levantaré, e iré a casa de mi padre" (Lucas 15).

Por eso, en cuanto misioneros, hemos de orar mucho, y con este adverbio "mucho" quiero decir: bastante más de lo que lo hacemos actualmente. Santo Domingo de Guzmán pasaba noches orando por aquellas personas que lo iban a escuchar al día siguiente. Sólo el Espíritu es quien hace las conversiones.

Lo otro que hay que entender es que Dios tiene sus caminos y sus tiempos, y no necesariamente veremos fruto de todo lo que sembremos. A través de nuestras exhortaciones pero también a ravés de nuestro testimonio de la misericordia, estamos sembrando. No seamos impacientes. Llegará la hora en que se vea la cosecha, y la gloria será toda y sola para Dios.