Pregunta publicada en 20100415: |
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Hola Fray Nelson, Me encantan sus predicas, me llegan todas al ITunes, y lo sigo en twitter ademas de recibir su alimento del alma en otra direccion electronica. Padre, soy catolica y me encanta serlo pero tengo una duda que ya le he preguntado a varios sacerdotes y no han sabido contestarme, y le digo no han sabido porque les he preguntado a los sacerdotes amigos mios y ellos con toda confianza me han dicho no se. Mi pregunta es: Si los Catolicos no creemos en la reencarnacion, porque es que tenemos que pagar las culpas de otros? Por ejemplo: porque decimos que Jesus murio en la cruz por nosotros, si no estabamos presentes en ese momento, los que lo crucificaron fueron la gente de su tiempo, nosotros todavia no naciamos, a nosotros nos recibe en el mundo un Jesus VIVO pues ya habia resucitado. ¿Por que tenemos que tomar esa culpa de su martirio? Que Dios le siga bendiciendo. Grace Maier - Austin, TX * * * Bueno, al recibir el beneficio de la redención no estamos pagando culpas de otros. Al respecto hay que recordar que en el pecado hay dos cosas, pena y culpa. La pena es la consecuencia objetiva del pecado, y sí es hereditaria, como es hereditario el sida que un bebé recibe de su madre, o la pobreza extrema de un niño nacido en Eritrea. Cada ser humano no es un "adán" que empieza de cero: recibimos muchas cosas buenas y unas cuantas malas como herencia de una Humanidad que cuenta ya muchos siglos. Puede sonar injusto pero el hecho es que los papás no pueden dar más de lo que tienen. Pero atención: la pena es distinta de la culpa; esta se refiere al torcimiento o deformidad propia de la acción errada que es pecar. Cristo no perdonó, en cuanto a nosotros, lo que no habíamos hecho, es decir, culpas de otros, sino que perdonó y perdona la pena debida al pecado de nuestros primeros padres (pecado llamado "original") y también multitud de "penas" que son consecuencia de pecados anteriores de otras generaciones, y también los pecados personales, es decir, las culpas propias, las que uno ha cometido por sí mismo. Nosotros pues, no tomamos la "culpa" del martirio de Cristo, pero, en la medida en que sabemos que el propósito de su sacrificio fue poner a disposición de todos los hombres un manantial de misericordia que pudiera también cubrir NUESTRAS culpas personales, entendemos que su intención amorosa ya tiene como causa el hecho de que en verdad somos pecadores. En ese sentido nuestro pecado es causa final, no causa eficiente y directa, de su sacrificio. Por lo mismo, no puede uno estar agradecido de haber recibido esa redención sin sentir dolor por el pecado que motivó ese sacrificio. Y tal dolor nos hace bien, porque nos hace humildes, agradecidos con Dios, compasivos con el prójimo, precavidos con nuestras propias fragilidades. |
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-Fr. Nelson Medina, OP
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