Respuestas a tus Preguntas

LA VERDAD YO NO CREO QUE DEBIERA DE DARSE ESO, YA QUE CUANDO UNO HACE EL RITO DEL MATRIMONIO CLARAMENTE DICE QUE LO QUE DIOS UNIO EL HOMBRE NO LO DEBE DE DASATAR. LA VERDAD ES COMO ES NO COMO QUERAMOS QUE SEA. QUE CREEN USTEDES DE LA ANULACION DEL MATRIMONIO DENTRO DE LA IGLESIA CATOLICA? - Enrique Quezada.

***

La pregunta está planteada de una manera ambigua porque usualmente se entiende una cosa por "anulación" y otra por "declaración de nulidad." Creo que cuando Enrique dice que "eso no debería darse" está pensando en términos de una especie de divorcio, o de anulación en este sentido: que sí hubo matrimonio pero que, por un decreto especial de la Iglesia deja de haber matrimonio, o sea, se "anula." Pues eso no es lo que la Iglesia entiende por "anulación," o mejor dicho, por lo que se llama técnicamente Declaración de Nulidad.

Una Declaración de Nulidad hace exactamente lo que dicen las palabras: declara que el matrimonio es nulo, o sea, que nunca hubo matrimonio. Un ejemplo típico es cuando se da un "matrimonio" bajo amenaza. Lo pongo entre comillas porque precisamente eso no puede ser un verdadero matrimonio. De hecho, si después de unos años se instaura un proceso canónico, el tribunal llegará a una lógica conclusión: nunca hubo matrimonio. Hay, por supuesto, otros casos de declaración de nulidad, incluyendo casos de engaño, deficiencia psicológica, y otros más.

Cambiemos entonces la pregunta inicial de Enrique por esta otra: ¿Es bueno que haya Declaraciones de Nulidad? Y la respuesta es obvia: si los procesos en los tribunales eclesiásticos se hacen con responsabilidad, sí es bueno; es muy bueno, porque supone un avance enorme en términos de la justicia, y por tanto del bien de los implicados.

Si al pregunta en cambio es: ¿Es bueno que haya divorcios (de matrimonios que si fueron y por tanto son válidos)? La respuesta es: no es bueno, y la Iglesia no lo ha admitido ni lo va a admitir. Por supuesto, para afirmarlo así nuestra Iglesia se apoya en las palabras de su Divino Fundador, a quien sea toda gloria.