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Respuestas a tus Preguntas

Pregunta publicada en 20090514:
Escondiendo la culpa -- desde tiempos de Adán

Apreciado Fr. Nelson

Quisiera hacerle una pregunta ¿que podría haber pasado en el Paraíso si después de pecar Adán y Eva no se hubieran escondido de Dios, que dice la Iglesia a cerca de esto?

Yo creo que al autoculparse ellos mismos, y por eso avergonzarse y esconderse, fue cuando verdaderamente se salieron del Paraíso antes de que Dios los hubiera sacado.

La pregunta viene a que he estado trabajando en mi misma sobre la culpa, como ella es la raíz de la barrera que pone uno para recibir el Amor de Dios y como muchas veces así se haya confesado y tenga propósitos de no volver a cometer la falta, el hecho de uno no perdonarse y autoculparse hace que vuelva a caer por el mismo lado una y otra vez.

Muy agradecida, que Dios lo bendiga. -M.C.

Tu postura es bien interesante, y pienso que en parte estás en lo correcto. Al esconderse salieron de la mirada, o por lo menos pretendieron salirse de la mirada y la presencia de Dios, y eso es exactamente perder el verdadero paraíso, que no es otra cosa que la situación de amistad y cercanía con Dios.

Pero la manera como planteas las cosas es un poco ambigua. Pareces sugerir que si ellos no hubieran sentido culpa entonces todo hubiera seguido más o menos normal. Según esta manera de ver las cosas, uno debería simplemente cultivar un modo de ser que nos e avergüenza de nada. Pero ahí hay una trampa: uno puede no avergonzarse porque es inocente, o también porque es cínico.

La Iglesia no quiere que vivamos agobiados por la culpa pero tampoco quiere que nos olvidemos de ella para actuar como si nada hubiera pasado. Pecar no es un juego; desobedecer trae consecuencias. Pero esas consecuencias las conoce Dios y quiere que nosotros pasemos por ellas, pero no que nos quedemos en ellas. La mejor manera de comprender esto es cuando miramos a los papás con sus hijos. Todo papá responsable quiere que el niño aprenda de los errores que cometa. El papá no quiere que el hijo esconda los errores; tampoco quiere que se deprima para siempre porque haber cometido un error; pero tampoco quiere que diga que no fue un error lo que cometió.

Jesús dice en el capítulo tercero de San Juan que el que ama la verdad va a la luz. En ese proceso salen cosas duras, pero esa dureza no es el final del camino sino solo una parte del proceso. La palabra final la tiene el poder de Dios que es tan grande como su misericordia.

Claro que está también la dimensión psicológica: cómo lidiar con el sentimiento de culpa. Pero la clave está en que nuestros sentimientos son respuestas a realidades que vivimos. Si bien la culpa es real, el perdón no es menos real. Detrás de los sentimientos eternos de autoculpabilización suele haber una especie de soberbia sutil, algo que nos impide admitir que no éramos como pensábamos que éramos. Tan pronto como uno empieza a decirse: "Soy uno más, uno entre muchos que ha fallado. Igual que todos necesito amor, cuidado, misericordia. Y hay un Cristo bendito que así ha querido amarnos a todos." Tan pronto como uno dice eso, el complejo de culpa empieza a ceder, y una nueva luz llega al alma.


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

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