Pregunta publicada en 20081127: |
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Querido Fray Nelson. Mi nombre es Priscila soy amiga de Alvaro Zerpa. Yo guío grupos de oración, y encuentro problemas como estos: Parejas de esposos unidos por la iglesia católica, con fuertes problemas, el esposo maltrata, fisica, psicológica y verbal a su esposa, hacen varios pactos de reconciliación, hasta en oración, asesoria espiritual psicológica, pero nunca cambian su conducta. Yo, pienso que deben separarse y no buscar nueva pareja, unirse más a Dios que los llene de su amor, para vivír en páz; que nadie está obligado por Dios a seguír una batalla de guerra como esta. Si mi punto de vista no es correcto le pido padre su orientacion para no informar mal a las personas. Estaré pendiente de su respuesta. Gracias, Dios lo bendiga. Priscila: la Iglesia admite como posibilidad extrema exactamente lo que tú has venido diciendo, o sea, que si no hay más posibilidad de conviviencia lo que han de hacer las parejas es lo que se llama "separación de cuerpos," lo cual, como tú bien explicas, no es para iniciar nuevas relaciones (lo que la gente llama eufemísticamente "rehacer su vida") sino que consiste en evitar daños más graves mientras se preserva la santidad esencial del sacramento. En parte me apoyo en la página web lafamilia.info para lo que sigue: En la legislación de la Iglesia no existe la figura del divorcio en el matrimonio. Sería una ficción en la que se supondría que el matrimonio existente no existe y no tiene efectos, cuando realmente no ha dejado de existir. En otras palabras, sería un absurdo, una suposición. La separación de cuerpos de los esposos consiste en que, siguiendo vigente el matrimonio y el vínculo matrimonial, los esposos, por ciertas causas, pueden separarse físicamente y cesar entre ellos algunos de los derechos y deberes que tenían, en concreto, lo que tiene que ver con el compartir de los bienes y la obligación propia del débito conyugal, o sea, el hecho de que el cuerpo de cada uno hasta cierto punto le pertenece al otro, en lo que respecta a tener intimidad entre ellos. Una vez separados, la obligación de acceder de modo usual al deseo del otro disminuye al punto de quedar enteramente al criterio y las circunstancias. Esto no es una autorización para buscar esa intimidad con otras personas. El ritual del matrimonio es clarísimo en este punto. ¿Qué causas acepta la Iglesia para que un matrimonio se separe? El adulterio, sobre todo si es repetido y si no hay seña de cambio con arrepentimiento, puede verse como causa de separación de cuerpos, si el cónyuge inocente lo desea así. Otras causales: Un grave peligro corporal o espiritual para el cónyuge o los hijos. Hechos o circunstancias que hagan excesivamente dura la vida en común, sin posibilidad de mejora a la vista. |
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-Fr. Nelson Medina, OP
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