Pregunta publicada en 20081106: |
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Creo padre que podría orientarme en esta pregunta : ¿cómo afecta el divorcio a los hijos, la familia y la sociedad? -Una madre y una hija. El divorcio se ha extendido tanto en nuestra sociedad que ha llegado a considerarse como normal, y con esta palabra quiero decir, "la norma." Nuestros jóvenes terminan por acostumbrarse a que sus puntos de referencia son inestables, frágiles, caprichosos, individualistas. El mundo de las "celebridades," o sea, actores, cantantes, líderes públicos, se ha convertido en el reino de la frivolidad, la búsqueda del placer rápido, intenso y egoísta. Esa es la imagen que queda grabada en muchas jovencitas: que para ganar atención y amor deben ofrecer toneladas de placer, y que para conservar el amor no hay fórmula posible, porque al final todo se derrumba, y lo único que queda es el carrusel de los intereses propios. Lo que aprende la mujer es que hay que pagar con la misma moneda, o sea, coleccionar hombres, así como ellos coleccionan mujeres, y buscar en cada relación sólo físico, así como suelen hacerlo ellos. La ley del talión. Ya es bastante tragedia que los seres humanos se hundan así en una soledad que parece un abismo, en la que los relámpagos del placer fugaz sólo sirven para adivinar lo hondo de la caída. Pero a eso hay que añadir una dimensión más grave aún: en ese terreno movedizo y engañoso se pretende que crezcan y se formen nuevas vidas humanas, a saber, las vidas de los hijos. Sin la referencia estable de un amor generoso y sólido, estos seres humanos aprenden pronto y de la peor manera que la ley de este mundo es pelear sólo por lo propio y aplastar al que se interponga. Para los que somos creyentes, sin embargo, este no es el fin de la historia. Al fin y al cabo, cuando empezó la predicación del Evangelio, ¿qué clase de mundo encontraron los apóstoles sino este, el de las infidelidades, el del libertinaje y el egoísmo crudo? La predicación de la fe, y la práctica de la virtud cristiana pueden hacer y hacen maravillas. Lo importante en esta materia es que comprendamos dos cosas: primera, que la conversión y el perdón SÍ son posibles; segunda, que la mejor estrategia es siempre la prevención. Yo invito con afecto a todos, pero especialmente a los jóvenes, a que descubran el maravilloso amor de Jesús; y los invito también a hacerse solamente esta pregunta cada vez que van a iniciar una relación: ¿adónde quiero ir realmente con esta persona? Si la respuesta no incluye "formar un verdadero hogar" ya sabes que lo que debes cultivar es amistad, y que cualquier otra cosa solo producirá dolor y desengaño. Si en cambio la palabra "hogar" recupera el lugar que le corresponde, ya desde ahora estarán nuestros jóvenes preparando un mañana distinto y mejor para la sociedad. |
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-Fr. Nelson Medina, OP
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