Respuestas a tus Preguntas

Fray Nelson,

Me llamo Angela y vivo hace unos años en Canadá. Vengo de uan familia católica pero debo reconocer que cuando llegamos aqui lo primeor que hice fue dar mi "grito de independencia," o sea liberarme de las costumbres religiosas que mi familia, y en especial mi mamá, traía de Colombia. Hoy pienso que mi actitud fue infantil y que de pronto yo no hubiera tenido que vivir una cantidad de cosas terribles que viví i hubiera estado más pegada de mi Dios. Pero por lo que veo y leo por ejemplo en su página web, como que esa es la historia de todo el mundo: uno se aparta de Dios y luego se estrella contra el mundo, y luego sí empieza a pensar que hubiera sido mejor no irse. Aunque luego digo que si no me hubiera ido tampoco estaría regresando...

Pero no es fácil "regresar," padre. Uno se siente mal, de entrada, porque tiene que volver con la cabeza abajo. Y lo grave no es eso, sino que no todo el mundo ayuda. Yo miro a veces a los padres aquí, o no sé si son así en todas partes, y siempre están de afán, siempre parece que tienen cosas más importantes que hacer. Yo a veces me pregunto: ¿Qué será eso tan importante que tienen que hacer, eso que es más importante que cuidar y atender a las ovejas del rebaño de Cristo? ¿No se supone que para eso se hacen curas? Aunque también soy consciente que atender ovejas debe ser muy aburrido a veces porque es oír historias de fracasos, vacíos y dolores.

En todo caso, y vuelvo a mi historia, me convencí que sólo Dios puede hacer al hombre feliz, como dice una canción, aunque aquí tengo que decir: sólo Dios hace a una mujer realmente feliz. Mis amigas me oyen ese dicho y dicen que me enloquecí y que eso es por falta de pareja, pero la verdad es que desde que tomé en serio eso de que uno puede de veras contar con Cristo mi vida ha mejorado un montón. SIn embrago, me canso; sé en mi cabeza que Dios es importante pero mi corazón no lo siente a todas horas, sino como por relámpagos. Hay días en que siento ue me gustaría ser monja y perderme del mundo, y meterme a un monasterio donde sólo exista Dios, pero luego pienso que eso es cobardía, o por lo menos, sería cobardía si yo lo hiciera--se supone que no debo juzgar a las monjas que se van a sus monasterios por allá lejos...

Resumiendo, mi pregunta es: ¿cómo hago para enamorarme más de Dios? Estoy ya convencida de la Eucaristía pero me aburre a veces, o me pongo es a juzgar al padre que la celebra, porque me parece que no lo veo amor ni devoción, sino que es como otra cosa más que tiene que hacer en el día, y que procura despacharla más bien pronto. Una vez vi un padre que celebró una misa como de 15 o 20 minutos, y luego fui a la casa cural para habalr con él, y salió con un periódico y el crucigrama que estaba haciendo. ¿Para eso corría? ¿Para irse a hacer el crucigrama o el sudoku? Esas cosas me desilusionan mucho, y yo siento que soy como muy chiquita y que si la Iglesia no me ayuda de pronto me hundo otra vez. Eso le importa a alguien???

Yo ya me cansé de preguntárselo a los hombres y ahora se lo pregunto es a Dios. Le pregunto si yo le importo, si a Él le importa que yo me pierda y me condene. Y entonces vuelvo a la misa, y veo que Jesús dice que se da a sí mismo por los pecadores. Y eso me hace llorar mucho, porque entonces digo: "Por lo menos a Él sí le importa algo lo que a mí me pasa. Se nota que le importo, porque dice que murió por mí y por los que somos como yo."

Bueno, padre, si ha leído todo esto hasta aquí, ahora deje de hacer sus crucigramas (je je je) y más bien cuénteme cómo hago para amar más a Jesús. Como pago, yo rezaré por usted, si veo que sus consejos me sirven, si no me sirven, no prometo mucho.

No se ponga bravo, padre, es que también me gusta tomar del pelo un poco. Chao, Jesús lo bendiga.

Angela, ya quisiera yo que todas las preguntas que recibi fueran como la tuya. No hay deber más bello ni más necesario que amar, porque del amor nace todo. Te cuento que precisamente en Canadá se celebra estos días el Congreso Eucarística Internacional. Los consejos que da el P. Nicolás Buttet, predicador en el Congreso, me parecen oportunísimos. Los puedes encontrar aquí y aquí. Te transcribo una parte que me gustó mucho:

P. Nicolas Buttet : El cardenal Ouellet me ha pedido aportar sobre todo un testimonio personal sobre la Eucaristía. Por tanto voy a hablar de mi encuentro con Jesús-Hostia, pero también de la manera conmovedora con la que mis experiencias en el mundo me han conducido a llevar a Jesús a tantas personas.

Me acuerdo de una misa en China, celebrada en el fondo de un establo, detrás de las vacas, para que la policía no viniera a buscarnos... Pero también he pedido a varios jóvenes que acogemos en nuestra comunidad, jóvenes que vienen de la calle, del medio de la droga o habiendo vivido una depresión, que me describan en algunas palabras su relación con Jesús presente en el Santo Sacramento y lo que la misa y la adoración les aporta. Por tanto compartiré esto.

Mi conclusión será muy clara : ¡es la hora de la Eucaristía ! Es el Kairós, pues es la hora de Cristo y en la Eucaristía tenemos a Jesús y todo el misterio de salvación. Juan Pablo II dijo que no hay ningún riesgo de exageración en el culto dado a este misterio pues es a Jesús mismo a quien se dirige. Pienso que podemos emprender la "revolución profunda", la de los corazones y de la sociedad.

Benedicto XVI tomó como un signo y una misión el hecho de haber subido a la sede de Pedro en pleno año eucarístico. Era para él una ocasión de hacer del desarrollo del culto eucarístico el centro de su ministerio petrino. Y se sabe cómo se lo ha tomado. Es él quien ha pedido a los obispos introducir en todas las diócesis al menos un lugar de adoración perpetua del Santo Sacramento. Ha dado ejemplo instituyendo cinco en Roma. La Eucaristía es una escuela de libertad y una escuela de caridad. Pero es sobre todo la fuente de la vida sobrenatural del bautizado.