Esta es tu casa!

Respuestas a tus Preguntas

Pregunta publicada en 20080327:
¿Le importa a Dios si voy o no misa?

Con el tiempo he ido aprendiendo que a Dios no le importa cuanto tiempo ores, cuantos dias vayas o no a misa, cuantos dias ayunes... a Dios le importa lo que hay en nuestro corazon... (aparte de una conversación en Facebook)

Creo que uno puede engañarse de más de una manera. El fanatismo es un engaño pero también sucede que a veces uno viste la comodidad, la tibieza o la pereza de criterio sobre lo que Dios quiere o a Dios le importa.

Yo hago esta comparación: hay papás y mamás que dicen: "no es la cantidad de tiempo que le des a tu niño, es la calidad." Pero hay un límite para cada cosa: ¿Puede un papá dar en 4 minutos toda la atención y cariño que su hija adolescente necesita? ¿Puede un hijo sostenerse afectivamente con 30 minutos del tiempo del papá *a la semana*?

Pasemos al caso de los novios y esposos, que es ilustrativo. ¿Cuánto tiempo está un novio con su novia? ¿Le dice acaso: "Voy a darte 3 minutos intensísimos de mi poesías y de mi amor y eso debe bastarte por hoy. Además, no esperes mucho más de los próximos meses ni en este año... eso sí, los 3 minutos serán de muchísima CALIDAD..."? Seamos sinceros, ¿quedaría ella feliz con ese arreglo... o empezaría a pensar: "en dónde gasta él lo mejor de su tiempo; será que después de todo no soy TAN importante para él..."?

Tenemos además el testimonio de la Escritura. Muchas veces la Biblia nos habla del deseo de la casa de Dios, de estar con él, de GASTARLE TIEMPO a él, lo mejor de nuestro tiempo, el tiempo de mayor calidad. Mira por ejemplo esto del salmo 83:

¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo...
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.

Y también la Carta a los Hebreos nos advierte, porque ya pasaba en esa época, que no abandonemos nuestras asambleas. Así leemos en el capítulo 10:

Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa. Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras, sin abandonar vuestra propia asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos: tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el Día.

En resumen: hay que estar atentos al fanatismo, pero ese no es el único peligro. Hay también el riesgo de dejar que el amor se entibie y luego enfríe, de modo que terminamos dando a Dios menos que briznas de amor... a ÉL, que nos dio como primer mandamiento: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas..." (Deuteronomio 6).


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

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