Esta es tu casa!

Respuestas a tus Preguntas

Pregunta publicada en 20070904:
Las preguntas de Rodolfo Llinás

Revista Cambio 16: ¿Alguna vez ha sospechado la existencia de un más allá?

Rodolfo Llinás: Ya de niño no me sonaban esas cosas. No entendía la religión y tenía unas peleas tan fuertes con un cura, que escandalizaban a la gente del bus. Yo preguntaba: ¿Por qué Dios es tan desgraciado que deja que nazca gente a sabiendas de que se irá al infierno? ¿Si Dios sabe todo lo que yo necesito, por qué me pide que le rece? ¿No debería decirme: "Yo sé lo que necesita, no moleste más"? ¿O por qué me obliga a decirle todos los días que él es el mejor, el más bonito, y si no lo hago se calienta? Dios es muy humano, vengativo, nuestra imagen y semejanza. No comprendí nada de religión y no me explico cómo la gente entiende esas vainas.

Rodolfo LlinásCreo que las preguntas de Llinás, cuando niño, merecen respuesta. "¿Por qué Dios es tan desgraciado que deja que nazca gente a sabiendas de que se irá al infierno?" Propuesta de respuesta: Lo que Dios conoce no significa que lo cause. Precisamente, en cuanto Creador, Él mismo ha querido que haya en nosotros una voluntad que no corresponde por fuerza con la de Él pero que sí puede acoger la suya por rendición de amor, a través de la escucha, la fe y la gratitud. Si la escogencia humana es opuesta, hay que decir que Dios conoce pero no causa el mal que el hombre se inflige. Dios podría haber creado un universo sin esa libertad de elección pero muchos bienes, incluido el bien de elegirlo a El, se perderían. Al final uno descubre que hay una hermosura inmensa y una sabiduría insondable en todo lo que Dios hace.

Otra pregunta de Llinás: "¿Si Dios sabe todo lo que yo necesito, por qué me pide que le rece? ¿No debería decirme: Yo sé lo que necesita, no moleste más?" Propuesta de respuesta: Nuestra oración no tiene por finalidad darle conocimientos a Dios, eso es claro. Al descubrir nuestras necesidades pasan varias cosas muy buenas en nosotros: aprendemos de nuestra limitación a rechazar la autosuficiencia y amar la humildad, y sobre todo nos disponemos para recibir bienes que después tendremos que administrar con sabiduría y pensando no sólo en nosotros mismos. La oración de petición es así el camino que nos conduce a unir nuestro querer con el de Dios nuestro Padre, que seguramente piensa mejor que Llinás sobre nuestros balbuceos orantes, y los ve no sólo como "molestias." Yo pido al Señor que se revele como Padre amoroso a Llinás y a todos los que consideran que orar es contrario a pensar.

Y la última pregunta de Llinás: "¿Por qué [Dios] me obliga a decirle todos los días que él es el mejor, el más bonito, y si no lo hago se calienta? Dios es muy humano, vengativo, nuestra imagen y semejanza." Propuesta de respuesta: Descubrir a Dios es lo mejor que puede suceder al corazón humano, por aquello que bien dijo san Agustín: "Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti." Siendo así las cosas, alabar al Señor es un deber, claro, un deber de justicia, pero también es el deber más hermoso y saludable; es el deber que nos devuelve todos los derechos, porque nos muestra el rostro de nuestra verdadera vocación como seres humanos. Más que pensar que lo peor de nuestro ser (vengativo) es Dios, como afirma Llinás, la revelación bíblica y la enseñanza de la Iglesia muestran que lo mejor de Dios ha sido compartido en Cristo a los hombres. No permita Dios que Llinás muera sin haberlo conocido.


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

Link permanente:
http://fraynelson.com/respuestas.php?fechapub=20070904