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Respuestas a tus Preguntas

Pregunta publicada en 20070726:
La Oración y la Liberación

Hola, buenas tardes. Reciban un saludo Fraterno en Cristo Jesús.

Respecto a Marcos 9,14-29, no entiendo la parte final, cuando Jesús les dice a los discípulos que esa clase de demonio sólo sale con oración. ¿Quiso decir que a los discípulos les hizo falta orar? ¿Deberiamos pensar que entonces Jesús oró, en ese preciso instante, para que el muchacho fuera liberado? ¿No siempre se ora cuando de liberación se trata? ¿Se referia Jesús a que ellos no oraron con fe?

Esa parte del Evangelio me ha inquietado mucho desde hace algún tiempo. Les agradezco mucho una luz al respecto. Que el Señor los siga bendiciendo y los guarde siempre bajo su Divina protección.

Cordialmente,

Daniel Klepp, Bogotá, Colombia.

Lo esencial de la respuesta creo que está en lo que sugieren tus mismas preguntas. La liberación significa el avance del reinado de Dios y el retroceso de la presencia activa y visible de los demonios. Existe siempre la tentación de convertir las acciones divinas en puros rituales humanos, por aquello que ya denunciaron los profetas: "este pueblo se me acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón" (Isaías 29,13).

Así pues, el llamado a orar es el imperativo de implicar nuestro corazón creyente de modo que todo lo que digamos, incluyendo una orden al demonio para que se aleje, venga siempre de una fe viva y vivificante.

Jesús oró muchas veces pero incluso podemos decir que su vida entera fue una constante oración, porque su alma no se separaba del querer del Padre y porque en todo buscaba que el Padre saliera glorificado, reconocido, amado y obedecido. Seguramente, Nuestro Señor hizo alguna invocación al Padre Celestial antes de ordenarle al demonio que se apartara. Los evangelistas no registran este hecho, y por ello debemos suponer dos cosas: que Cristo era constante en su plegaria (porque toda esta escena sucedió de modo imprevisto para el Señor y sus discípulos) y que él era usualmente discreto en su modo de orar: lo esencial de su conexión con el Padre no estaba en la mucha ostentación.

Otra cosa que cabe destacar con respecto a este pasaje es que en el texto paralelo de san Mateo a la oración se añade el ayuno (véase Mateo 17,21). Basándose en ello, la Iglesia siempre ha recomendado que la preparación para ritos de exorcismo incluya el ayuno y la plegaria ferviente. Aunque no toda liberación es un exorcismo, haremos bien todos si llevamos vidas sobrias, cercanas a la penitencia, y sobre todo, inmersas en la oración de Jesús. Todo ello dará nuevas victorias a la causa de Dios.


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

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