Pregunta publicada en 20070109: |
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¿Qué dice la Iglesia sobre recibir la Santa Comunión en la mano? Sé que hay dos corrientes dentro de nuestra Iglesia,que muchos lo aprueban, y otros no. Pero he escuchado ya varias veces que la Ssma.Virgen en algunas de sus apariciones ha dicho a sus videntes que recibir a Jesus en la mano ofende mucho a su Hijo JESUS y que solamente los sacerdotes pueden tocar con las manos al Ssmo.Sacramento. - ALICIA, de Córdoba Capital * * * Yo no prefiero que se reciba la comunión en la mano pero tampoco puedo decir lo que no es cierto, es decir, que está prohibido porque no lo está. Ni tampoco puedo enseñar lo que tampoco es cierto: que implica profanación. Lo que yo prefiero es que se comulgue en la boca, y de rodillas, pero no soy autoridad para imponerlo, ni tampoco estoy seguro de que esas cosas funcionen mejor impuestas. Si se piensa bien, la razón para comulgar de rodillas y en la boca es por la manifestación exterior de una actitud interior, que finalmente es la más importante. Porque en lo que atañe a nuestro cuerpo, no sólo nuestras manos sino también nuestra boca, nuestra lengua, y todo nuestro ser son indignos de Cristo, el Santo de Dios. ¿O es que son indignas las manos y son en cambio dignos los dientes o la lengua? Nadie recibe la comunión por ser digno con dignidad de igualdad. La dignidad que nos permite comulgar es el acto consecuente de rechazar el pecado y el acto resuelto de arrojarnos en la infinita misericordia de Jesús. El rechazo consecuente del pecado implica lo que nos enseña la Iglesia sobre estar en estado de gracia, lo cual implica una buena confesión si la conciencia nos indica que estamos en pecado mortal. La confianza en la misericordia implica apoyarnos en la grandeza de su amor que suple una multitud de nuestras deficiencias e ignorancias. Debe aclararse que el Papa Benedicto XVI no ha dicho que hay que recibir la Comunión en la boca y de rodillas; ni tampoco el muy querido Cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, ha dicho eso. Ellos han mostrado de obra y de palabra muy claramente su preferencia y por qué es mejor hacerlo así, dando razones que muchos, y entre ellos yo mismo, tenemos como válidas en la mente y el corazón. Una buena síntesis puede leerse (en inglés) aquí. Pero pido que no pretendamos volver todo obligación porque no es esa la ley de la Iglesia. Más que causar confusión equiparando sacrilegios y blasfemias con el acto de recibir la sagrada comunión en la mano, lo verdaderamente útil es mostrar de palabra y de obra el infinito valor del sacramento eucarístico, de modo que sea en primer lugar nuestro corazón el que esté postrado y rendido ante la majestad de Jesús en la Divina Eucaristía. Por otra parte, yo no creo que deba decirse que hay "dos" posiciones sobre este tema. Somos una Iglesia, que tiene como cabeza visible al Papa, en cuyo gobierno es ayudado por la Curia Vaticana. Lo prohibido por el Papa hemos de considerarlo prohibido y lo autorizado por el Papa, autorizado. En este caso, hay autorización expresa y escrita de dar la comunión en la mano, como consta en el documento que sigue, de la Congregación para el Culto Divino: Carta "En respuesta a la petición", para aquellos presidentes de las Conferencias de Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano 29 de mayo de 1969: AAS 61 (1969) 546-547; Not 5 (1969) 351-353. En respuesta a la solicitud realizada por su conferencia de obispos, en referencia al permiso solicitado de dar la comunión poniéndola en la mano de los feligreses, yo deseo comunicarle lo siguiente : El Papa Pablo VI llama la atención, al propósito establecido en la " Instruction Memoriale Domini " del día 29 de mayo de 1969, de mantener la práctica tradicional en uso. Al mismo tiempo, ha tomado en consideración, las razones dadas para apoyar su solicitud y el resultado de la votación obtenida en esta materia. El Papa otorga, que en todo el territorio, correspondiente a su Conferencia, cada obispo pueda de acuerdo a su juicio prudente y a su conciencia, autorizar en su diócesis, la iniciación del nuevo rito para dar la comunión. La condición es, que se evite completamente, cualquier causa que pueda escandalizar a los fieles, y cualquier peligro que pueda generar, irreverencia hacia la Eucaristía. Las siguientes normas deben ser por lo tanto respetadas. 1. La nueva forma de entregar la comunión, no debe ser impuesta de manera que sea excluída la práctica tradicional. Es una materia muy seria, y por lo tanto, en los lugares donde se permita esta nueva práctica, todos los fieles deben tener la opción de recibir la comunión en la lengua, aunque otras personas la estén recibiendo en la mano. Las dos maneras de recibir la comunión, pueden sin duda alguna, llevarse a cabo, en el mismo acto litúrgico. Hay un doble propósito en esto : que nadie encuentre en este nuevo rito, algo que altere su devoción personal a la Eucaristía, y que este Sacramento, que es fuente y causa de unidad, no se transforme en ocasión de discordia entre los fieles. 2. El rito de recibir la comunión en la mano, no debe ponerse en práctica de una manera discriminada. Dado que la cuestión involucra actitudes humanas, este modo de comunión está ligado, a la percepción y la preparación del que la recibe. Es recomendable por lo tanto, que el nuevo rito se introduzca gradualmente, y que se haga al principio, en grupos pequeños y bien preparados, así como en un ambiente favorable. Sobre todo, deberá ser precedido por una catequesis efectiva, para que las personas entiendan el sentido de recibir la comunión en la mano, y que lo practiquen con la reverencia debida al Sacramento. Esta catequesis, debe lograr, excluir cualquier indicación, de que haya en la mente de la Iglesia, una disminución en la fé de la presencia Eucarística y excluir también cualquier posibilidad de peligro o amenaza de peligro de que se profane la Eucaristía. 3. La opción ofrecida a los fieles, de recibir el pan Eucarístico en la mano, para llevarselo después a la boca, no debe dar ocasión para creer, que es pan ordinario u otro artículo religioso más. Al contrario esta opción debe incrementar en ellos y hacerlos conscientes de la dignidad de los miembros del cuerpo místico de Cristo, al cual han sido incorporados por el bautismo y por la gracia de la Eucaristía. Debe también aumentar su fé en la sublime realidad del cuerpo y la sangre de Cristo, la cual tocan con sus manos. Su actitud de reverencia debe estar conforme a lo que están haciendo. 4. Al respecto de la manera de implementar el nuevo rito: Un posible modelo, es el usado tradicionalmente, el cual expresa las funciones ministeriales y es que el sacerdote o diácono pone la hostia en las manos de los fieles. Alternativamente, es permisible adoptar un procedimiento más sencillo, permitiendo a los comulgantes tomar la hostia del ciborio o la patena. La hostia debe ser consumida antes de regresar a sus asientos; el ministro usará el formulario de costumbre diciendo " Cuerpo de Cristo ", a lo cual replicará el comulgante con la palabra " Amén ". ( Nota : Roma prohibió después que los comulgantes tomaran la hostia del ciborio o patena). 5. Cualquiera que sea el procedimiento adoptado, se debe poner especial cuidado, en no permitir que partículas del pan Eucarístico, caigan al suelo o sean desparramadas. Los comulgantes deben tener las manos limpias y su comportamiento debe ser conforme a las costumbres. 6. En el caso de comunión en las dos especies, por la vía de la intinción, nunca se permite poner en las manos del fiel la hostia que ha sido sumergida en la sangre de nuestro Señor. 7. Los obispos que autoricen la introducción de esta nueva forma de recibir la comunión, deberán enviar, después de 6 meses, un reporte a esta Congregación, informando sobre los resultados de esta concesión. |
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-Fr. Nelson Medina, OP
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