Respuestas a tus Preguntas

Fray Nelson, siempre me llamó la atención cuando dicen que hay dos Iglesias: la del Oriente y la del Occidente y que en una de ellas los sacerdotes pueden casarse. ¿Acaso la Iglesia no es una sola y las leyes que la rigen las mismas? Gracias por su respuesta. Saludos. -Fatima Lea Plaza Cottier.

La unidad de la Iglesia es a la vez un dato de nuestra fe y un ideal hacia el que debemos tender con oración y esfuerzo. La realidad es que desde los comienzos mismos del Cristianismo se han presentado divisiones más o menos serias, a veces relacionadas con la acción de grupos relativamente pequeños, a los que se suele llamar "sectas," y otras veces por desmembramientos de mayor consideración, por ejemplo cuando comunidades enteras, con sus pastores a la cabeza, se han apartado de la plena comunión con el Papa. A estas situaciones, que siempre son dolorosas para el Cuerpo de Cristo las llamamos "cismas."

Sin duda, el cisma más notable de la historia de la Iglesia es el que sucedió en el año 1054, cuando el Papa, Obispo de Roma y el Patriarca de Constantinopla, declararon rota la comunión entre sus rebaños, y de hecho se excomulgaron mutuamente, con el lamentable resultado de tenerun cristianismo oriental, organizado en torno a "Patriarcados" y un cristianismo occidental, unificado en torno al Sucesor de Pedro en Roma.

En general lo que esto ha traído es que los Orientales han conservado o que el Cristianismo era durante el primer milenio. Para ellos no han existido los Concilios del siglo XIII (los famosos "Lateranenses," así llamados por la Catedral de San Juan de Letrán), ni tampoco el Concilio de Trento, en el siglo XVI, ni el Vaticano I (siglo XIX) ni tampoco el Vaticano II (siglo XX). Aunque en la inmensa mayoría de todo lo esenciaI estamos de acuerdo Occidentales y Orientales, somos como dos ramas de una familia que han dejado de hablarse con la frecuencia y el amor que debieran tenerse. Esto explica el hecho de que somos una y la misma Iglesia pero a la vez debemos caminar hacia una reconciliación y unidad plenas.

Ya se han dado algunos pasos notables hacia esa unidad. El 7 de diciembre de 1965 el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I de Constantinopla levantaron las excomuniones mutuas que aún pesaban sobre Oriente y Occidente. Esta clase de contacto, lo mismo que el estudio de las diversas tradiciones teológicas, no ha cesado, y cabe esperar que algún día se restaure la plena unidad con Oriente.

En cuanto a los sacerdotes, los Orientales siguieron los que había hasta ese momento, es decir, que los Obispos deben ser célibes pero que los presbíteros, o sea, los que solemos llamar "sacerdotes," pueden ser hombres casados. No es que los cristianos Orientales permitan a los sacerdotes casarse, como erróneamente se dice a veces, sino que permiten que hombres casados sean ordenados sacerdotes. En Occidente, en cambio, ese mismo siglo de la separación, el siglo XI, se instauró la norma que conocemos, que los sacerdotes han de ser célibes.