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Pregunta publicada en 20060914:
Bautismo en el Espíritu Santo

El padre de la parroquia nos dijo que cuando nos bautizan de niños es por el Espíritu Santo. En un folleto Calrismatico escrito por un sacerdote dice que hay que bautizarse por el Espíritu Santo. ¿Quién de los dos sacerdotes está en lo correcto? -GCSP

De MERCABA.ORG tomamos esta explicación apropiada:

En Europa, la Renovación Carismática Católica suele usar la expresión "Efusión del Espíritu Santo", tomada de los Hechos de los Apóstoles(2,17-18 y 10.45), más bien que la de "bautismo en el Espíritu", para evitar cualquier confusión con los sacramentos de la iniciación cristiana, bautismo y confirmación.

Es una actuación del Espíritu que despierta la conciencia del creyente, y da una mayor apertura a su acción, a sus dones, a sus gracias. No viene de fuera, sino de dentro, y actualiza las virtualidades de los dos sacramentos mencionados, los cuales no pueden llegar a su plena madurez sin que el Espíritu penetre toda la dimensión del ser y del actuar del fiel. la efusión del Espíritu es el don gratuito del Señor resucitado, el cual puede otorgarlo en cualquier lugar y momento.

La Renovación Carismática, sin embargo sabe por experiencia la eficacia de la oración comunitaria. Por eso, se organiza lo que se llama " las siete semanas", como preparación conveniente. Durante este período de tiempo se proclaman, en un clima de oración, los grandes temas de la fe: Jesús es el Salvador y mi Salvador, Jesús es Señor y mi Señor, la conversión, el Espíritu Santo, la Iglesia, los carismas, la vida en el espíritu. los que piden entonces la oración que implora la efusión del Espíritu renuncian al mal y a Satanás y aceptan a Jesús como Señor y Salvador. Suele hacerse durante la misa y los presbíteros y los asistentes, o una parte de ellos, les imponen las manos y oran.

El efecto de esta oración cambia vidas. La efusión del espíritu centra la personalidad del fiel en Jesucristo como Señor Resucitado y cabeza de la Iglesia, que vive en su corazón y le muestra el amor del Padre. Efectos de la efusión del espíritu Solamente apuntaremos los principales para no alargarnos:

1º. Un encuentro personal con Jesús. La persona se siente invadida por su amor y su señorío, en un nuevo nivel de relación con El. De ahí que en los grupos se oiga con frecuencia las expresión bíblica: "Jesús es el Señor".

2º. Una conciencia más viva del sentido trinitario de la vida del creyente.

3º. Dios habla a la persona, la cual recibe una sensibilidad especial para conocer la "voz del Buen Pastor" y sentir las mociones del Espíritu.

4º. Un don de oración personal que brota del centro de nuestro ser con predominio de la alabanza.

5º. Un amor por la sagrada escritura como palabra de Dios, la cual recobra actualidad, llega hasta el fondo y alimenta el corazón y la mente.

6º. Una nueva fuerza para proclamar la salvación en Jesucristo, sin complejos, con convicción y sencillez.

7º. Una liberación del pecado. Desaparecen Hábitos inveterados, dependencias y miedos.

8º. Dones y carismas, como los que nombra Pablo en 1 Corintios 12,8-10.

9º. El deseo del Reino, con una nueva manera de mirar las postrimerias del hombre. Se encuentra gozo en decir "Maranatha", "ven, Señor Jesús", (1Co 16,22;Ap22,20).

No todos reciben con la misma fuerza estos efectos, por los que, no tratándose de un sacramento, se puede volver a pedir oración, con la certeza de que el espíritu de la promesa desea darnos más de lo que nosotros deseamos recibir.


Reproducción permitida, citando la fuente.
-Fr. Nelson Medina, OP

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