Respuestas a tus Preguntas

¿Qué hacer con los amigos ateos? -Gloria Dávila

Creo que la primera pregunta que debemos hacernos es cuánta influencia tienen esos amigos ateos en nosotros. Así como una persona codiciosa nos obliga a preguntarnos si estamos demasiado apegados al dinero, una persona atea, o que se dice atea, nos hace un favor en cuanto nos lleva a preguntarnos cuánto valoramos el tesoro de la fe. Antes de diseñar una "estrategia" para enfrentar ateos, examinemos nuestro corazón y, si en él hallamos fe viva, empecemos por agradecer a Dios, pues la fe en sí misma es un regalo.

Esta actitud de agradecimiento conduce con toda naturalidad a otra actitud espiritual: intercesión. No sabemos qué culpa tiene la persona, o si tiene culpa, en haber debilitado, mal alimentado o deteriorado su fe, hasta el punto de perderla. En todo caso, juzgar no ayuda mucho. Es mucho más útil orar por la persona: pedirle a Dios que le conceda una fe, y no cualquier fe, sino aquella que se convierte en una gran señal para todos los que un día conozcan esa historia. Bien sabemos que muchos de los grandes testigos de Cristo han sido antes enemigos de Cristo, o por lo menos, indiferentes ante Cristo. San Pablo, San Agustín de Hipona y San Francisco de Asís son tres ejemplos notables. Si Dios lo hizo en otra época puede hacerlo ahora también, así que en nuestra oración no pidamos simplemnete que "recuperen su fe," sino que sean testigos magníficos del poder y el amor de Dios.

De otra parte, yo no recomiendo mucho las discusiones de tipo teórico cuando se trata de gente opuesta a la fe en general o a la Iglesia Católica en particular. Creo que es suficiente conocer de esos temas lo suficiente para hacerle ver a la persona que NO nos va a convencer. Por ejemplo, si la persona sale con el consabido tema de que la fe es "enemiga" de la ciencia se le puede decir algo como: "He conocido personas muy intelectuales y muy racionales que son también muy grandes creyentes. Yo no estoy de acuerdo con lo que dices..." Lo fundamental es que la persona sepa que sí tomamos en serio sus palabras y sus búsqueda pero que cono nosotros no va a lograr en realidad nada, pues nos hemos sentido AMADOS por un Dios que ha marcado nuestras vidas de una manera maravillosa.

Si la persona se siente muy orgullosa de su ateísmo no conviene hacer controversia de eso, sino si acaso comentar algo como: "Bueno, yo he visto que el ateísmo es también una etapa por la que ha pasado mucha gente. Yo te he respetado y te respetaré siempre como persona, y te pido que guardes ese mismo respeto hacia mí y hacia mis creencias."

En todo esto, sin embargo, debemos ser realistas, pacientes, persevrantes y humildes, y no esperar que en el curso de unas pocas semanas la gente dé grandes pasos: ¡Se dice que Santa Mónica rezó por su hijo, a quien hoy llamamos San Agustín, por cerca de 30 años!