Respuestas a tus Preguntas

¡Tienes razón! Efectivamente, nuestro boletín se puede leer online, y es muy sencillo hacerlo. Y la verdad es que muchos de los que dejan de recibir estos correos nos dicen expresamente: "Lo seguiré consultando en Internet."

Sin embargo, humanos somos, y la experiencia ha mostrado que todos necesitamos recordatorios. Se parece al caso cuando una persona dice: "¿Para qué voy a la iglesia? Igual puedo rezar en mi casa..." La historia sabemos cómo sigue: uno se va enfriando, enfriando; cada vez reza menos, con menos atención, por menos tiempo, con menor interés.

El contacto vivo con otras personas, el recibir diariamente un estímulo y una noticia hacen que uno despierte más y más la propia fe. Saber que hay más de 3.300 personas que abren el mismo boletín que tú estás leyendo te da un sentido de pertenencia, y a todos nos da un sentido de equipo.

En efecto, ¿crees que es lo mismo preparar estos boletines para ver si alguien los lee, que prepararlos sabiendo que estamos caminando a paso firme hacia las 4.000 lecturas DIARIAS? Todos necesitamos estímulo, y cada nueva suscripción es un gran estímulo. ¡Es la razón de ser de este servicio!

Sé que hay personas que todavía nos dicen: "No quiero que se me llene el buzón." Con todo respeto: busca otra excusa si quieres dejarnos. Nuestros boletines pesan MENOS DE 20k cada uno. Incluso con las cuentas ridículamente pequeñas de Hotmail se necesitan literalmenbte decenas y decenas de nuestros boletines para llenar un buzón. Por eso mi sugerencia, incluso si no puedes leernos todos los días, es que permanezcos suscrito, y que dejes que nuestros titulares te animen (o cuestionen!). Además, volviendo a lo del espacio, bien puedes adquirir las gigantescas cuentas de correo gratuitas de Yahoo o de Gmail: con 1 Gb a tu disposición, ya tienes para todos los boletines de tu vida entera.

En resumen: no sólo te invito a que mantengas viva y activa tu suscripción sino que a que nos regales más suscriptores. En inglés dicen: "The more , the merrier!" Entre más, mejor; mucho mejor. ¡Gloria a Dios!