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Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios
El Señor habló a Moisés: "Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: "El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz". Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré."
Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré (Números 6,22-27)
Salmo
El Señor tenga piedad y nos bendiga, / ilumine su rostro sobre nosotros; / conozca la tierra tus caminos, / todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia, / riges los pueblos con rectitud / y gobiernas las naciones de la tierra. R.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, / que todos los pueblos te alaben. / Que Dios nos bendiga; que le teman / hasta los confines del orbe. R.
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: "¡Abbá! (Padre)." Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Encontraron a María y a José, y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús (Lucas 2,16-21)
Algunas personas conocen a Cristo o han conocido a Cristo como una especie de fulgor pasajero. Han quedado deslumbrados, fascinados por Cristo o por un aspecto de la vida de Cristo, pero después esa luz se ha perdido de sus vidas y lo único que queda es de nuevo la oscuridad. Para que Cristo se quede en nuestras vidas, tenemos que dejarlo llegar hasta nuestro corazón y preguntarnos qué significa lo que El nos da. 14 min. 32 seg.
En el primer día del año la Iglesia quiere que aprendamos a bendecir, y por eso nos ofrece el texto del lirbo de los Números. Este es el día de la Solemnidad de María, Madre de Dios, y la Carta a los Gálatas nos recuerda cómo naciendo Dios de la carne de María hizo posible que nosotros renaciéramos del Espíritu Santo de Dios. 4 min. 15 seg.
San Pablo nos habla del "tiempo cumplido" que dio paso al nacimiento de Cristo. Ese tiempo es también el nuestro, cuando nos abrimos a la conversión. 27 min. 22 seg.
El tiempo es, en cierto modo, el don que contiene todos los demás dones, durante la vida presente. Ponemos, por eso, nuestro nuevo año en manos de Dios. 10 min. 14 seg.
Del misterio de la maternidad divina de María brota todo cuanto puede decirse de su lugar en la vida de Cristo y en la vida del cristiano. 4 min. 15 seg.
Hemos sido llamados a vivir en la bendición de Dios. He aquí algunas indicaciones sobre cómo conservar y cultivar las bendiciones del Señor. 58 min. 2 seg.
La solemnidad de María, Virgen y Madre de Dios, apunta al corazón del misterio bendito de la presencia de María en la Historia de la Salvación. 16 min. 10 seg.
La fiesta mariana más importante es la de María Madre de Dios porque implica reconocerla como verdadera formadora de Cristo en su naturaleza humana. 6 min. 50 seg.
Estamos en combate y por eso es necesario que volvamos de todo corazón a la Santísima Virgen, guiados por ella, con un espíritu de profunda paz, oración, conversión y penitencia. 7 min. 23 seg.
Todos hemos sido llamados a ser bendición para nuestros hermanos; especial cuidado han de tener los padres y educadores, de modo que los que están a su cuidado avancen al encuentro del Rostro radiante del Señor. 21 min. 15 seg.
No sólo es verdad que Cristo comparte nuestra naturaleza humana sino que nos ha dado a participar de la misma unción que a Él lo hizo Cristo, y así nos concedió ser hijos de Dios. 11 min. 19 seg.
Por nosotros y por nuestra salvación la Virgen María recibe de Dios Padre la misión de ser madre de Jesús, siendo habitada por Dios Espíritu para entregarnos a Dios Hijo. 5 min. 15 seg.
María Santísima nos muestra su amor, nos trata como madre y custodia nuestra vida cristiana porque Jesús que salió de sus entrañas está y crece en nosotros. 4 min. 34 seg.
El parto virginal de María Santísima marcó un antes y un después en la historia de la Humanidad. En Ella y con Ella la novedad de Cristo y de su gracia que regenera quiere llegar a nuestras vidas. 7 min. 47 seg.
La Virgen María es la imagen de la alegría limpia porque es la alegría de Dios. Pidámosle a ella que este nuevo año sea nuestra maestra en la alegría y en lo esencial. 5 min. 32 seg.
Al llegar Santa María a nuestras vidas muchas puertas sucias abiertas las ayuda a cerrar, ella cierra las puertas a las tinieblas y abre las puertas a la luz para que podamos vivir como hijos de Dios. 5 min. 19 seg.
María es madre nuestra en el orden de la gracia porque ella nos pone en el camino del discipulado, en el de formarnos en Cristo y en el que Él se forme y crezca en nosotros. 7 min. 39 seg.
1.1 La primera lectura de hoy nos trae una bendición, pero sobre todo nos enseña a bendecir. No es un acto trivial ni una simple costumbre social; es nuestro modo de acoger en cada aspecto de la vida al Dios de la alianza. Nuestras bendiciones mutuas son prenda de la bendición del Señor.
1.2 Podemos sintetizar los buenos deseos de esta hermosa bendición del libro de los Números en tres aspectos, que son también los mejores deseos para el año que empieza: protección, amistad con Dios y paz. Defendidos del mal y fortalecidos en el bien: este es rostro de la raza bendecida.
1.3 La bendición bíblica, que han popularizado especialmente los frailes franciscanos, no habla directamente de la amistad con Dios, sino del resplandor de su rostro, la cercanía de su favor y benevolencia. Una vida bendecida va acompañada del brillo del rostro de Dios y de una cálida proximidad a su amor y su bondad. Corresponde, pues, a lo que solemos llamar "permanecer en la gracia de Dios". El gran anhelo al bendecir es en realidad la vida de la gracia.
2. Nacido de mujer
2.1 La segunda lectura abre un tema distinto, relacionado con la solemnidad litúrgica de este día. Jesús el hijo de María; María es la madre de Jesús. La humildad del "nacido de mujer" se convierte en exaltación de la "madre de Dios".
2.2 Jesús es el nacido en la "plenitud de los tiempos". El tiempo de Jesús es el tiempo cumplido, o mejor: Jesús es el que da su cumplimiento, su plenitud al tiempo; no hay tiempos plenos sin Jesús; sin el, la vida queda sin plenitud; queda vacía.
2.3 Nació de mujer; nació bajo la ley. Las dos cosas van paralelas, en la mente del apóstol Pablo. Y es lógico: nacer de mujer es entrar a participar de las leyes y condiciones fundamentales de la vida humana. Nacido de mujer significa: sometido a las leyes de nuestra existencia. En el otro sentido también hay una semejanza. Nacer "bajo la ley" es también "al amparo, en el seno de la ley". A su modo la ley era una madre, y alguna vida quería propagar, o por lo menos, no dejar perder.
2.4 El paralelo continúa. El que nació de mujer trasciende esa condición a favor nuestro, pues nos hace hijos de Dios. El que nació bajo la ley trasciende esa condición liberándonos del dominio de la ley de Moisés, al concedernos "el Espíritu de su hijo". Así pues, la condición humillada de Jesús, por la que se hace "nuestro", es el punto de partida de un movimiento trascendente que nos hace "suyos". En el corazón de esa maravillosa transformación cósmica está María.
3. El Nombre de Jesús
3.1 El evangelio de hoy nos ofrece el tercer tema: el Nombre de Jesús. Antiguamente la Iglesia celebraba el 1° de enero la fiesta de la Circuncisión del Señor. El tema como tal queda hoy en un segundo o tercer plano, pero no deberíamos dejarlo sepultado: por su circuncisión Jesús pertenece a la alianza que Dios selló con Abraham, y así como interesa ver que en Cristo se cumple lo prometido a David, así también interesa ver que la alianza con Abraham alcanza su plenitud en la plenitud de Cristo.
3.2 En otro sentido, este es un día precioso para meditar en el significado del nombre de nuestro Salvador. Este es el nombre que fue revelado a José (Mt 1,21) y a María (Lc 1,31). Quiere decir: "Yahvé salva". ¡El hijo de María lleva la salvación ya en su nombre!
3.3 Invocar a menudo el nombre de Jesús es un modo místico de acercarnos al Nombre sobre todo nombre. No son las letras, no es magia; es la gloria de Dios hecha próxima, es la bondad de Dios entre nosotros, es verdaderamente el Dios-con-nosotros.
3.4 Con el nombre de Jesús sucede como con la Hostia Consagrada. Puede ser tan grande o tan pequeña como nuestra fe o como nuestro amor. "Jesús" puede ser el título de un recuerdo o el nombre que nos revela la más preciosa historia de gracia y de amor de todos los tiempos.