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Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.
La esencia del Mesías es su unción: Dios lo elige y lo capacita de modo incomparable. Con esa fuerza divina, Cristo transforma, libera y vence, y por eso en Adviento esperamos al Ungido.
Homilía v012019a, predicada en 20251202, con 7 min. y 22 seg. 
Transcripción:
Las lecturas de hoy, mis hermanos, tanto la primera como el Evangelio, nos enseñan cuál es la característica fundamental del Mesías. Y como el Adviento tiene que ver con la esperanza y tiene que ver con el camino que recorremos para encontrarnos con el Mesías, pues realmente nos conviene tener bien, bien claro, cuál es esa característica fundamental, ¿Qué es lo más importante del Mesías?, pues lo más importante del Mesías está en la misma palabra Mesías, porque es que la palabra Mesías que viene del hebreo significa el ungido y ungido quiere decir el que ha sido escogido por Dios y ha recibido la unción de Dios. Y recibir la unción de Dios es recibir el encargo y la fuerza, la capacidad para una misión. O sea que lo más importante del Mesías es precisamente que es ungido, lo más importante del Mesías, es que en él está la unción de Dios. La palabra Mesías, esto seguramente ya lo conoces, viene del hebreo y significa ungido. Y la palabra Mesías fue traducida al griego diciendo, Christós. Christós en griego quiere decir también ungido. De manera que cada vez que dices la palabra Cristo, estás diciendo ungido. Cuando decimos Jesucristo, estamos diciendo que Jesús, Jesús de Nazaret, es el ungido de Dios. Decir Jesucristo es como decir Jesús el Ungido, el ungido por el Padre, el ungido por el Padre con el Espíritu. Porque la unción que recibió Jesucristo fue la unción del Espíritu. Bueno, y qué significa esa unción, es decir, qué trae esa unción y cuál es la diferencia con otros que pueden hablar de sus propias capacidades, bueno vamos a expresarlo de esta manera. Supongamos una persona que es muy astuta, a una persona que es muy astuta se le pueden dar las cosas, o sea, puede tener éxito en muchas cosas. El problema está en que a un astuto le puede salir otro más astuto. Así, por ejemplo, un criminal puede ser muy inteligente, pero con mucha frecuencia vemos que las fuerzas del orden, la policía, por ejemplo, qué se yo, el FBI, un investigador, es más astuto que toda la astucia de ese criminal. A un bravucón como Goliat le puede salir alguien que es más fuerte, de otra manera, David era más fuerte que Goliat, aunque era un tipo distinto de fuerza. A todo petulante le sale otro petulante peor. Y eso, ese es el punto que tenemos que entender para descubrir lo que significa Mesías. Que Dios me ayude para poder expresarme. La unción de Dios está por encima de, por encima de, entonces si tú eres, por ejemplo, un gran líder y tienes un gran carisma, dice la gente, y convences a mucha gente, bien, felicitaciones. Pero tu encanto como líder, pues tal vez alguien lo tiene más que tú. Tú eres encantador, pero aún encantador, les sale otro que es más encantador y que tal vez puede embaucar a la gente. Y ya dijimos, a un fortachón le sale otro más fuerte, a un astuto le sale otro más astuto. ¿Será siempre así? No, no, ¿Por qué?, porque hay uno que es más sabio que todos los sabios, hay uno que es más fuerte que todos los fuertes, hay uno que es más santo que todos los santos, hay uno que es más puro que toda la pureza, ese es Dios. Entonces, la unción lo que está diciendo es que Dios mismo elige y capacita. Entonces la unción rompe ese círculo de que a un inteligente le sale otro más inteligente, a un fuerte le sale otro más fuerte, a un ricachón le sale otro más rico. La unción rompe ese círculo porque Dios es incomparable, porque Dios no entra en competencia con nadie, porque Dios es infinito, es inagotable, está por encima de todos. Entonces, cuando se habla de la unción de Dios, la unción de Dios llegando a un corazón, la unción de Dios transformando una vida, lo que estamos diciendo es que esa unción tiene la capacidad, óyeme esto, tiene la capacidad de estar por encima. Entonces a un líder le puede salir otro líder y a un astuto le puede salir otro astuto. Pero por encima de Dios no hay nadie. Entonces el que recibe la unción de Dios, ese es, ese es el que tiene la unción, ese es el Mesías, ese es el Ungido de Dios y ese es el que puede hacer lo que nadie puede hacer. Ese es el que puede vencer donde nadie podía vencer. Ese es el que puede cambiar las cosas, ese es el que puede romper las cadenas, ese es el que puede doblegar al enemigo y puede plantar la victoria en tu corazón, ese es el Mesías, eso es lo que estamos esperando. No estamos esperando a otro filósofo más. Cristo es incomparable, óyeme esa frase, no estamos esperando otro filósofo más, no estamos esperando a otro líder social más. A un líder social le sale otro líder social, a un guerrero le sale otro guerrero. Y ya me oíste esa frase muchas veces al Mesías nadie lo vence porque tiene la unción de Dios. Esa es la grandeza del Mesías. Esa es la grandeza de aquel al que estamos anhelando, al que estamos esperando, al que estamos deseando en el Adviento, a uno, a uno, que tiene la unción de Dios, uno que es invencible, uno que está por encima de todos, uno que es Rey victorioso, se llama "Jesucristo". Jesús, el Mesías, Jesús el Ungido, a Él lo estamos esperando. Y todo el Adviento, todo el propósito del Adviento, todo el camino del Adviento es para eso, para aprender a desear, para aprender a anhelar, para aprender, a suplicar la presencia de ese que está por encima de todos porque ha recibido la unción del Padre. La gloria para Él. Amén.

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