Esta es tu casa!

Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.

Ten cuidado de todo aquello en lo que te sientes más fuerte porque puede ser un obstáculo que te lleva a perder los tesoros de Dios por conservar los tuyos.

Homilía v012014a, predicada en 20181204, con 4 min. y 39 seg.

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Transcripción:

El Evangelio de hoy está tomado del capítulo décimo de San Lucas, es un momento de alegría en el corazón de Jesucristo, las palabras que Él dice, indican el motivo de esa alegría, te alabo Padre, dice Jesucristo, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Buena ocasión para que nos preguntemos qué les sucedió a aquellos sabios y entendidos que hizo que ellos no pudieran entender la sabiduría de Dios.

Algo parecido encontramos al comienzo de la primera carta de San Pablo a los Corintios, nos dice el apóstol San Pablo; como el mundo no conoció a Dios a través del camino de la sabiduría, entonces Dios, en su sabiduría, quiso salvar al mundo por la necedad de la Cruz, y por eso San Pablo descarta lo que él llama la sabiduría de este mundo.

Es un tema que aparece también en el apóstol Santiago, Santiago hace una comparación entre la sabiduría de este mundo y la sabiduría de Dios, y creo que especialmente este apóstol Santiago nos ayuda a comprender en dónde está el problema. Efectivamente, aquella persona que tiene lo que Santiago llama la sabiduría del mundo, fácilmente cae en la arrogancia, no, el problema no está en el conocimiento, el problema no está en lo que tú has estudiado, ni debemos leer el Evangelio de hoy como una invitación a desprendernos del estudio.

Olvidarnos del conocimiento y creer que cuanta menos instrucción tenga uno y por decirlo con algo de burla, cuanto más bruto sea mejor, ese no es el pensamiento, esa no es la enseñanza que debemos captar de las lecturas de hoy. Más bien lo que debemos captar es que hay un peligro, un peligro en el que se cae muy fácilmente cuando nos llenamos de conocimiento y ese peligro es la arrogancia.

El hecho de que la persona tenga conocimiento fácilmente hace que esa persona se considere superior a los que no han podido, o no han querido, o no han tenido la ocasión de estudiar. Y esa arrogancia es la que se convierte en un obstáculo para recibir el mensaje de Dios.

Porque cuando una persona se vuelve vanidosa por algo que tiene, por algo que ha adquirido, por algo que la hace fuerte, entonces al escuchar un mensaje que viene de fuera, lo primero que intenta la persona es defender aquello en lo que se siente superior y mientras estás ocupado aferrándote a aquello que consideras que te hace bueno, que te hace mejor, que te hace santo. Cuando tú te aferras a esa clase de cosas, entonces estás desechando el llamado de Dios, estás perdiendo la oportunidad que Él te da, estás olvidándote del amor grande que visita tu puerta, Dios toca a tu puerta. Pero si tú estás demasiado ocupado cuidando lo que tú consideras tus tesoros, entonces no abres la puerta para recibir los tesoros de Dios. Ese es el gran obstáculo, parece que suelen tener las personas que Cristo llama aquí sabias y entendidas.

Y ya que entendemos nosotros que el problema no es simplemente el conocimiento, también entendemos que lo mismo puede suceder con otras personas que incluso no tienen nada de instrucción, pero que se sienten igualmente orgullosas o arrogantes por otras cosas que tienen porque han tenido mucho éxito en la vida, porque tienen mucho dinero, porque tienen muchos amigos. O sea que la enseñanza es todo aquello en lo que tú crees que te sientes muy fuerte, ten cuidado porque puede ser un obstáculo aferrado a tus tesoros, podrías estar perdiendo los tesoros de Dios.

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