Esta es tu casa!

Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.

Jesucristo es quien tiene la plenitud de la unción de Dios trayendo el Reino de justicia y paz sobre todos nosotros.

Homilía v012013a, predicada en 20171205, con 4 min. y 35 seg.

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Transcripción:

La primera lectura de hoy está tomada del capítulo número once de Isaías, es una descripción preciosa, poética, inmortal, del reinado del Mesías. Recordemos que la palabra Mesías viene del hebreo, y esa palabra significa el Ungido, el Ungido de Dios, y ese es Jesucristo. Jesucristo, que ha sido ungido con el don del Espíritu Santo, como nos lo recuerda precisamente el evangelio de hoy.

Esta unción del Espíritu, nos hace recordar lo que significaba la unción en el Antiguo Testamento, ¿Qué quiere decir ser ungido?, quiere decir que hay una señal particular de bendición y de fuerza en una persona, es decir, la unción está diciendo que la victoria no depende simplemente de nuestra astucia, de nuestros recursos, de nuestros amigos, o de nuestras fuerzas, la victoria es del Señor.

Tomemos el caso del rey David, recordamos muy bien aquella escena en la que un filisteo, un gigante filisteo llamado Goliat, desafía a las huestes de Israel, se burla del Dios Yahvé y dice, mire para qué morir tanta gente, envíen uno de sus soldados para que pelee conmigo, y el que resulte victorioso en esa batalla determinará, qué pueblo tiene que dominar, sobre qué otro pueblo. Si gano yo, el filisteo era un gigante, entonces ustedes tienen que servirnos a nosotros, y si alguien me logra ganar a mí, entonces nosotros los filisteos, vamos a servirlos a ustedes, esa es la propuesta de Goliat.

Y el hombre más fuerte, más alto, más experimentado en la guerra, en aquel tiempo, quien era, Saúl el rey. Dice la Escritura que Saúl sobresalía por encima de todos los soldados, era el más alto, era el más fuerte, y sin embargo, Saúl no se atrevía a pelear con éste, que era realmente un gigante, entonces Saúl queda avergonzado y acobardado, todos sus recursos humanos son insuficientes.

Pero hay uno que tiene la unción de Dios, hay uno que ha sido escogido por el Señor, hay uno que ha sido elegido, eso es lo que quiere decir la palabra Mesías, que ha sido elegido, que ha sido ungido, es decir, que no actúa solamente con sus fuerzas, con su pericia, con su experiencia, sino que actúa con la fuerza y la bendición de Dios. Y ese que actúa con la fuerza y bendición de Dios, es ahí David, y este David es el que de una manera inteligente y audaz logra vencer a ese gigante, logra vencer a Goliat.

Ahí es donde está la enseñanza sobre lo que significa la unción, significa que allí donde Dios hace reposar su bendición, ahí hay victoria y que nosotros no tenemos que fiarnos demasiado de las estructuras humanas y de nuestros planes y proyectos y de nuestra propia inteligencia y sagacidad, solamente Dios es el que conoce dónde está la victoria y solamente Dios es el que puede lograrlo, eso es lo que significa la unción.

Y por eso en el texto del capítulo once de Isaías se habla de esa unción que reposa en un nuevo David, por eso dice brotará un renuevo del tronco de Jesé, ¿Quién era Jesé?, Jesé era el papá de David. Es decir, vendrá un nuevo David y ese es Cristo, ese es el nuevo David, ese es el verdadero David que tiene la plenitud de la unción de Dios y que por eso puede traer ese reino de justicia y de paz. La justicia y la paz de las que habla la Escritura no son simples acuerdos humanos, no son propósitos o planes de gobierno, es la fuerza de la unción de Dios que se derrama abundantemente en el Ungido, en Jesucristo y que desde Él pasa a sus miembros, que somos nosotros.

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