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Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.

Hacer justicia, según el Antiguo Testamento, es ajustar la realidad humana al plan de Dios.

Homilía v012007a, predicada en 20131203, con 4 min. y 56 seg.

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Transcripción:

La primera lectura de hoy está tomada del profeta Isaías, esto no nos extraña tratándose del tiempo de Adviento. El profeta Isaías es uno de nuestros grandes maestros. Son tres en realidad las figuras que nos ayudan a prepararnos para la llegada de Cristo. El primero es Isaías, el segundo que va a aparecer después, Juan Bautista y ya hacia el final del Adviento, la amable, hermosa, e inspiradora figura de María, la Virgen embarazada, nos va a ayudar a culminar nuestro propio proceso de espera de Cristo, Isaías, Juan Bautista y María Santísima.

La primera lectura, repito, está tomada del capítulo once de este profeta Isaías, y quiero subrayar hoy la palabra justicia. Quizás a nuestros oídos occidentales puede parecer un poco extraña aquella expresión, hará justicia a los pobres, ¿Qué quiere decir esa expresión?. Y luego también nos habla de cómo la justicia será como el cinturón, como el ceñidor de su cintura. Y al final, este texto tan poético del mismo profeta nos presenta un cuadro que parece completamente salido de la realidad de este mundo, habitará el lobo con el cordero, ¿Cómo va a ser posible eso?.

Qué relación hay entonces entre la justicia y los pobres por una parte, y luego esa descripción como idílica, esa descripción que parece de ciencia ficción o de fantasía, en donde desaparece toda forma de violencia, ¿Cómo debemos entender un cuadro tan hermoso que llega a parecer irreal?. Yo creo que hoy es una buena ocasión para recordar que la justicia en la Sagrada Escritura, y particularmente en el Antiguo Testamento, tiene un sentido conectado pero distinto con lo que nosotros solemos entender por justicia. Porque resulta que en el Antiguo Testamento todo lo que se diga de la justicia parte de un piso muy sólido, de un cimiento sólido, que es la siguiente afirmación, "Dios es justo, Dios es el único justo".

De manera que, hacer justicia, es acercar estas realidades de nuestro mundo, de nuestra sociedad, de nuestra historia, acercar esto que nosotros somos al plan de Dios, al querer de Dios. Me gusta decir que, justificar, que es la palabra que utiliza mucho San Pablo en el Nuevo Testamento, o hacer justicia como aparece hoy en este texto del Antiguo Testamento, equivale a ajustar.

Podemos decir que la historia humana, la realidad humana, está desajustada y hay que ajustar eso que está desgonzado, desvencijado, ajustarlo al plan de Dios. Y por eso el cuadro idílico que se nos presenta donde no hay violencia, sencillamente nos está recordando que no podemos perder la capacidad de extrañarnos frente a la violencia. Nunca debemos acostumbrarnos a que es normal, a que eso tiene que ser así. El creyente y particularmente el cristiano, necesita desajustarse a eso que parece normal para empezar a ajustarse al plan de Dios. He aquí una hermosa tarea para nuestro Adviento.

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