Esta es tu casa!

Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.

Si has visto a Dios como un "ladrón" que te va a quitar tu juventud, tu libertad o tu manera de gozar la vida, te propongo una alternativa: vence a la noche y la modorra que te disminuye y acércate a conocer cómo es en realidad su propuesta y su amor.

Homilía co19008a, predicada en 20190811, con 4 min. y 26 seg.

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Transcripción:

¡Feliz domingo para todos!

Te has preguntado, ¿por qué algunas personas sienten a Dios como un estorbo o un enemigo en su vida? Tal vez tienes alguien en tu familia, que tiene esa clase de lenguaje, o por lo menos esa clase de sensación. Se dice, que es una etapa por la que están pasando muchos jóvenes hoy en día. Sienten que la religión es como... una especie de montaña de prohibiciones y sienten que la Iglesia, aparte de decirles no hagas, no hagas y ¡no hagas!, los deja incapaces de encontrar una verdadera felicidad.

Parece que esta es una sensación que tienen algunos, en nuestro tiempo, especialmente algunos jóvenes. Y resulta que Cristo es tan buen predicador; Cristo es tan buen maestro, que es capaz de ponerse, en la mente, en el corazón de esas personas. Eso es lo que encontramos en el Evangelio de hoy.

Cristo, por decirlo de alguna manera, se traslada a lo que la persona está sintiendo. En el lenguaje de Cristo, -Dios para esas personas es algo así, como un ladrón-, como un ladrón que me va a quitar, el deleite de la juventud, un ladrón que me va a quitar, el placer al que tengo derecho, un ladrón que me va a quitar la libertad para abortar, un ladrón que me va a quitar aquellas cosas, que simplemente -quiero hacer y me gustan-. Es decir, Dios viene a ser un estorbo, porque Dios es un ladrón.

Pues es tan grande la pedagogía del Señor, que es capaz de presentar a Dios de esa manera, lo cual vamos a decirlo de este modo: -es como una apuesta muy riesgosa-, pero Dios es capaz de hacerla. Cristo es capaz de hacerla. Es como si..., es como si Cristo nos dijera si, -si tú estás mirando, a tu Dios como un ladrón, ¿por qué no, pruebas más bien, a recibirlo y abrirle la puerta?

Porque por una parte nos dice, que cuidemos nuestra casa de los ladrones y dice que -el Señor vendrá, que Dios vendrá como un ladrón-; pero por otra parte nos dice: que seamos, criados atentos, -que abren la puerta-.

O sea que la propuesta completa de Cristo es: -Si tú eres de los que mira, a Dios como un ladrón-, te hago una propuesta: recíbelo, -recíbelo-, pero que no tenga que abrir un boquete en tu casa; ¡Conócelo!. Conoce lo que tiene, para darte. Conoce a ese Dios al que rechazas sin conocer. Conoce ese Dios al que tú consideras simplemente un ladrón de tu alegría o de tu juventud. -Conócelo, Recíbelo-. Estate despierto, no te dejes adormilar, no te dejes atontar por el ruido del mundo, no te dejes atontar por la intensidad de los placeres, no te dejes atontar por la droga, por el alcohol, por el juego, por la pornografía.

No te dejes atontar, mantente despierto y te darás cuenta, que aquel que tú, creías que era un ladrón, en realidad es tu mejor amigo, es tu salvador. Es el que puede ayudar a preservar y a levantar, lo mejor de tu vida, de tu salud y de tu alegría. No es un ladrón, es tu amigo. Está a la puerta y está llamando.

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