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Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.
Tengamos esperanza porque un gran Tesoro viene a nuestra vida y estemos vigilantes porque hay muchos intereses que quieren que estemos dormidos, robándonos nuestro gran Tesoro.
Homilía aa01015a, predicada en 20221127, con 6 min. y 3 seg. 
Transcripción:
¡Feliz domingo para todos! Este es el primer domingo de Adviento. Esto significa que como Iglesia Católica, estamos iniciando el año litúrgico y la palabra más importante en este día y en los días que vienen es la palabra esperanza. Pero mucha atención, porque la palabra esperanza va unida, en la liturgia de la Iglesia, va unida con otra palabra que es la palabra vigilancia. Así que quédate con esas dos palabras para esta ocasión, la esperanza y la vigilancia. Y están muy relacionadas porque ambas tienen que ver con el futuro de algún modo, la esperanza es porque queremos aguardar algo mejor. Y la vigilancia es porque tenemos que estar advertidos de que puede llegar algo malo o algo peor. O sea que estamos vigilantes porque no queremos perder el tesoro y estamos expectantes y estamos esperanzados porque sabemos que viene ese tesoro y ese tesoro no es una cosa, ese tesoro no es una idea, ese tesoro no es una emoción, ese tesoro es una persona, es la persona misma de nuestro Señor Jesucristo. Es decir, lo fundamental del Adviento es recordar que como Iglesia estamos esperando a Jesucristo, estamos esperando que Él venga a nuestras vidas. Pero más que eso, estamos esperando que Él complete su obra en el universo entero. Recuerdas que el domingo pasado estábamos celebrando la fiesta de Cristo Rey y de hecho, la fiesta de Cristo Rey tiene una conexión muy profunda con el Adviento. Porque cuando celebramos a Cristo como Rey del universo, estamos haciendo una celebración en la esperanza. Todavía nosotros no vemos a Cristo, el triunfo de Cristo en todas las cosas, en todos los lugares, en todas las naciones. Nosotros todavía no vemos eso, pero nos damos cuenta que Cristo nuestro Señor llegará a ese punto y nosotros, por su misericordia, contemplaremos esa plenitud de victoria. Pero quien dice "contemplaremos" está hablando de tiempo futuro. Es algo que va a suceder después, es algo que va a llegar después. Y eso es lo que significa la esperanza. La esperanza no es una simple ilusión, no es un simple deseo, no es el anhelo de nuestro corazón, es la certeza que ya tenemos de algo que todavía no vemos, pero que sabemos que es así y que va a suceder por el poder de Dios. Esa es la parte de la esperanza; pero una vez que sabemos que ese gran tesoro, que esa victoria de Cristo, que ese triunfo de Cristo vendrá a nuestra vida en plenitud y vendrá para el universo entero, pues mucha atención, porque se puede perder, se puede perder. Por eso el evangelio de hoy, tomado de San Mateo, nos dice: "Tengan cuidado, tengan cuidado" porque ese tesoro se puede perder y por eso nosotros tenemos que estar despiertos y tenemos que estar, dice Cristo en vela. Y por eso conviene que advirtamos qué es lo que nos trata de dormir. Porque si Cristo nos dice que estemos vigilantes, que estemos en vela, quiere decir que hay gente que intenta que nosotros estemos dormidos. ¿Y qué significa estar dormidos? Significa, por ejemplo, estar perpetuamente distraídos o significa estar perpetuamente agobiados, o significa estar perpetuamente enviciados. La distracción, el entretenimiento permanente, el vivir de la última novedad, la última moda, la última moda, el último producto, el último placer. Estar perpetuamente distraídos nos hace estar dormidos para las realidades más profundas y las más importantes de nuestra vida. O lo otro es estar agobiados, es decir, estar tan completamente doblegados por las preocupaciones del día y lo que toca hacer y la plata que no alcanza y el tiempo que no alcanza y la salud que se agota. Y estar completamente agobiados hace que no podamos levantar la mirada. Yo me acuerdo que en el Evangelio hay un pasaje en el que se habla de una mujer que estaba siendo atacada por un demonio durante muchos años y este demonio la mantenía encorvada, mirando siempre hacia la tierra. Eso es lo que hacen los agobios. Nos encorvan para, para que nosotros estemos continuamente mirando, mirando solo lo, lo, lo inmediato, el día a día, la preocupación de hoy, la plata, la salud y todo eso es importante. Pero que te quedes solamente en eso, no es justo, no es justo, no es correcto. Entonces los agobios nos mantienen también así como dopados. Nos mantienen como atontados. Y luego no se te olvide. El otro problema que tenemos, y es que también están las adicciones y están los placeres, y por eso la gente se entrega al placer como para olvidarse, como para olvidarse de todo, como para olvidarse de lo que está sufriendo. Pero el problema está en que te olvidas de lo que estás sufriendo y te olvidas también de los bienes que podrían llegar a tu vida. Así que mucha atención con eso. En resumen, esperanza y vigilancia. Esperanza porque un gran tesoro viene a nuestra vida y vigilancia porque hay muchos intereses que quieren que estemos dormidos, atontados, aturdidos. Y ese es un gran daño porque nos roba el gran tesoro. Así que feliz Adviento. Estamos empezando año litúrgico. Que Dios nuestro Padre, haga su obra en cada uno de nosotros.

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