Un monje que dejo huella en el siglo XX

“Uno de los autores más populares y sólidos de espiritualidad del siglo XX fue, sin duda, el abad benedictino Columba Marmión. Joseph Aloysius, pues ese era su nombre de nacimiento, nació el 1 de abril de 1858 en Dublín, Inglaterra, en el seno de una familia numerosa y muy devota. Nadie podía imaginar que el recién nacido sería uno de los autores católicos sobre espiritualidad más famosos de los tiempos modernos. En el ambiente irlandés del s. XIX, no era extraño que alguno de los miembros de la familia fuera sacerdote o religioso. Columba, que tendría además tres hermanas monjas, entró en el seminario con dieciséis años, después de estudiar en un colegio jesuita…”

Dom Columba Marmion

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Conclusión del Curso de Historia de la Salvación

Conclusión

«El Señor es mi pastor»

Hemos terminado nuestro recorrido por las principales etapas de la Historia de la Salvación, tal como nos las presenta la Sagrada Escritura. Pero la Historia de la Salvación continúa. Había que seguir recorriendo paso a paso la Historia de la Iglesia para descubrir la permanente acción maravillosa de la mano invisible de Dios…

La Historia de la Salvación continúa. También hoy. Dios tiene un plan maravilloso para nuestro tiempo. Y está actuando para llevarlo a cumplimiento. Pero cuenta con nosotros. Pues normalmente no quiere hacer nada sin nosotros. Estamos embarcados -lo queramos o no- en la fascinante aventura de nuestra salvación y de la salvación de los demás, de nuestros hermanos de comienzo del tercer milenio del cristianismo.

Cristo Buen Pastor, resucitado y glorioso, sigue rigiendo eficazmente los destinos de la Iglesia y de la humanidad.

Por eso, ante todo hemos de confiar en su guía poderosa. Como en otras épocas, también hoy la frágil barca de Pedro sufre los embates de las olas, de las dificultades que parecen hundirla (Mc. 5, 37); pero Jesús permanece en esa barca, y una y otra vez nos repite como a los apóstoles: «Animo, soy yo, no temáis» (Mc. 6, 50)

Pero esta confianza no nos exime de nuestra responsabilidad, personal y colectiva. Para que se realicen los planes de Dios en esta etapa de la historia es necesaria ante todo nuestra docilidad al Espíritu. Y es necesaria nuestra entrega incondicional -con todas nuestras energías y capacidades- para secundar la acción de Dios. Sólo así podrá continuar la Historia de la Salvación, es decir, la salvación de Dios en la Historia…

Julio Alonso Ampuero es el autor de esta Historia de la Salvación. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Entrevista al arzobispo de San Francisco sobre el matrimonio gay

“Entrevista que el Arzobispo de San Francisco Salvatore Cordileone ofreció al periódico estadounidense USA Today, con motivo de que la Corte Suprema de los EUA, próximamente revisará el fallo que dejó sin efecto la Proposición 8 de California, donde los votantes de ese Estado decidieron mantener el matrimonio como una relación sólo entre un hombre y una mujer…”

Entrevista matrimonio gay

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Hoy estaras conmigo en el paraiso

Padre, perdón por lo corto: en el episodio de los ladrones y Jesús en la cruz, se marca un “hoy mismo”, mas los protestantes dicen un “hoy mismo te digo.” Veo que el griego antiguo no tenía signos; semánticamente sería “hoy mismo,” pero Jesús no fue al cielo sino tres días después. R. Cuéllar.

* * *

Sobre la negación de adventistas y testigos de Jehová de la doctrina del alma inmortal. Tomado de un escrito de José Miguel Arráiz.

Introducción

Narran las Escrituras que cuando el buen ladrón crucificado al lado de Cristo le pidió misericordia al Señor diciendo:

Y dijo á Jesús: Acuérdate de mí cuando vinieres á tu reino. ” Lucas 42

Jesús le contesto:

“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso.” Lucas 23,43

Debido a que esta es una evidencia clara de que el alma es inmortal nada menos que evidenciado por el testimonio de Cristo al buen ladrón de que ESE DIA estaría con él en el paraíso, tanto adventistas como testigos de Jehová se han visto obligados a torcer el versículo para cambiarle el significado. Y eso es así porque si efectivamente el buen ladrón estuvo a partir de ese día en el paraíso, entonces su doctrina de que el alma deja de existir al morir la persona se cae por si sola ¿Cómo explicar que el alma del buen ladrón estaría a partir de ese día en el paraíso esperando la resurrección que sería el último día? (Juan 6,40.44.54).

Alegan entonces que como los signos de puntuación griegos son relativamente posteriores a la redacción de los Evangelios, el pasaje puede ser trascrito como:

“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso.” Lucas 23,43

Si comparamos la primera forma de transcribir Lucas 23,43 que colocamos con la segunda, veremos que la coma está en diferente sitio, cosa que cambia completamente el sentido del texto, ya que en el primer caso el buen ladrón estaría ese día en el paraíso, en el segundo, Cristo le estaría asegurando ese día que estaría en el paraíso (pero no especifica cuando).

Para apoyar su argumento afirman que Cristo estaba utilizando un modismo hebreo de establecer palabra firme diciendo “HOY”, palabra misma que Dios en el Antiguo Testamento utilizó denotando certeza de algo que ocurrirá en el fuguro, como por ejemplo puede verse en Deuteronomio 8,19

“Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.” Deuteronomio 8:19

Analizando el argumento

¿Es este argumento válido?. ¡No!, este argumento no es válido, a todas luces se ve que está forzando el pasaje con una puntuación subjetiva y arbitraria.

Primero porque si Cristo efectivamente hubiera querido decir lo que hoy entendemos (que ese día estaría con él en el paraíso) lo hubiera dicho de la misma manera, no habría otra forma de decirlo.

Segundo porque esa no era la forma de hablar Jesús cuando prometía o enseñaba algo a sus discípulos. Jesús NUNCA utilizó esa forma de prometer o enseñar, sino por el contrario las que ya conocemos “Mas yo os digo”, “Mas en verdad os digo”, “De cierto te digo” y JAMAS la acompañó de la palabra “hoy” para remarcar la promesa o enseñanza.

Comparemos nuevamente:

“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso.” Lucas 23,43

Con:

“De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más mozo, te ceñías, é ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará á donde no quieras.” Juan 21,18

“De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.” Mateo 5,26

“Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3,3

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Juan 3,5

“De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.” Juan 3,11

“Respondióle Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.” Juan13,38

En todas estas ocasiones Jesús JAMAS dijo “De cierto de digo HOY”, sino solamente y de manera muy solemne “de cierto te digo”. Sorprendente que ahora testigos y adventistas nos quieran hacer creer que esa fue la única vez que Cristo dijo así, en vez de lo más lógico y consecuente con la manera de hablar de Señor

“…De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso” Lucas 23,43

Es más, cuando Cristo utilizó “hoy” en ese tipo de expresiones fue para afirmar que ese suceso sucedería ESE MISMO DIA.

“Y le dice Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces.” Marcos 14,30

Aquí a ningún adventista ni testigo de Jehová se le ocurriría decir que Cristo estaba diciendo que Cristo estaba diciendo “HOY” que algún día Pedro le negaría, pues sabemos que Cristo se refería a que Pedro le negaría ESE DIA (“Hoy” para ese entonces)

“Jesús le dice: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.” Mateo 26,34

Otro ejemplo lo tenemos en Lucas 4,20

“Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó á decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos” Lucas 4,20-21

Aquí a nadie se le ocurriría transcribir: “Y comenzó a decirles hoy, se he cumplido…” sino “Yo comenzó a decirles: HOY se ha cumplido…”

Lo mismo en Lucas 5,26:

“El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles.»” Lucas 5,26

Nadie se le ocurriría transcribir: “Y llenos de temor decían hoy, hemos visto cosas increíbles” sino “Y llenos de temor decían: “HOY hemos visto cosas increíbles”

Otros ejemplos donde Jesús utilizó este tipo de formas de expresarse sin jamás utilizar “HOY” para reafirmar su promesa o enseñanza los podemos encontrar a lo largo de todo el evangelio.

“Y no penséis decir dentro de vosotros: á Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos á Abraham aun de estas piedras.” Mateo 3,9

“Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego.” Mateo 5,22

“Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” Mateo 5,28

“Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.” Mateo 5,32

“Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios;” Mateo 5,34

“Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;” Mateo 5,39

“Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;” Mateo 5,44

“Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;” Mateo 12,36

“Y yo os digo que cualquiera que repudiare á su mujer, si no fuere por causa de fornicación, y se casare con otra, adultera: y el que se casare con la repudiada, adultera.” Mateo 19,9

“Y respondiendo á Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago esto.” Mateo 21,27

“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto.” Lucas 11,9

“Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas.” Lucas 16,9

“Pues yo os digo que á cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado.” Lucas 19,26

“Empero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo vaya: porque si yo no fuese, el Consolador no vendría á vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré.” Juan 16,7

“Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo una grande hambre en toda la tierra;” Lucas 4,25

“Y os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean el reino de Dios.” Lucas 9,27

“En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes.” Lucas 12,44

Conclusión

Seamos sinceros, si Jesús jamás utilizó esta forma de expresarse, creer dicha hipótesis a la luz de la evidencia es torcer la Escritura para apoyar una doctrina humana sin el más mínimo fundamento bíblico.

Cuando un hermano venga con dicho argumento expliquémosle esto para ayudarle a salir del error.

ESCUCHA, Vivir la Pascua en serio

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(1) En la Carta a los Colosenses, capítulo 3, el apóstol Pablo describe el efecto de la Pascua de Cristo en términos de un don recibido y de una tarea pendiente. Lo recibido es la participación en la muerte y resurrección del Señor, de modo que “hemos muerto con él” y hemos “resucitado con él.” Lo que está pendiente es dejar atrás los vicios que en otra época marcaron nuestra vida, y en cambio abrirnos a las virtudes propias de una vida en Cristo.

(2) En el mismo Colosenses 3, y para ayudarnos a descubrir aquello con lo que hemos de romper, San Pablo ofrece dos breves listas de pecados y malos hábitos. Siguiendo la terminología de Santo Tomás de Aquino, una se refiere a los abusos propios del apetito concupiscible, relacionado con el placer y el bienestar; la otra se refiere a los excesos y mal uso del apetito irascible, el que se relaciona con superar obstáculos y dificultades. Es evidente que el cristiano tiene como deber revisar su “casa” interior para descubrir cómo está obrando con respecto a esos apetitos o motores internos.

(3) No sólo hay que descubrir los errores o pecados: hay que evaluar su gravedad. En esto hay que tener especial cuidado de no dejarse llevar por indicadores puramente humanos como pueden ser: la vergüenza, la tristeza, el daño económico, o la pérdida de imagen ante los demás. Los verdaderos criterios han de partir del amor y dones que Dios nos ha dado; el daño causado a sus intereses y a la unidad de su Cuerpo, que es la Iglesia; el posible maltrato o negligencia hacia los más pequeños y pobres.

(4) En cuanto al bien que hemos de buscar, Colosenses 3 ofrece una única lista que empieza por la compasión tierna y la bondad. En efecto, sólo desde la misericordia se puede entender algo la vida humana. Pero misericordia no es negar el mal que hay en el otro, sino afirmar un bien mayor. La ternura no es sentimentalismo sino conciencia de que el corazón humano es débil y es frágil, y nada bueno sale de él por la violencia. Y la bondad nuestra no es el esfuerzo por ser buenos con alguien sino el desbordamiento de gratitud por lo bueno que Dios ha sido con nosotros. Por eso, la compasión tierna y la bondad florecen en humildad y paciencia; tienen por ceñidor el amor y por fruto propio la paz.

ESCUCHA Pregon de la Pascua 2013

Grabado en vivo durante la Vigilia Pascual 2013, en el Santuario del Señor de los Milagros, en Girón. Voz de Fr. Nelson Medina, OP.

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

– El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.
– ¡Levantemos el corazón!
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
– ¡Demos gracias al Señor, nuestro Dios!
Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido redimidos?

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

Ésta es la noche de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mi gozo.»

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados, lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio, trae la concordia,
doblega a los poderosos.

En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.

Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Qué noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche;

que, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo;
que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado:

Aquel que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.

Amén.