Nada de compromisos con el mal

Cuando está en juego la defensa de la verdad, ¿cómo se puede desear no desagradar a Dios y, al mismo tiempo, no chocar con el ambiente? Son cosas antagónicas: ¡o lo uno o lo otro! Es preciso que el sacrificio sea holocausto: hay que quemarlo todo…, hasta el “qué dirán”, hasta eso que llaman reputación.

¡Qué claramente veo ahora que la “santa desvergüenza” tiene su raíz, muy honda, en el Evangelio! Cumple la Voluntad de Dios…, acordándote de Jesús difamado, de Jesús escupido y abofeteado, de Jesús llevado ante los tribunales de hombrecillos…, ¡¡y de Jesús callado!! -Propósito: abajar la frente a los ultrajes y -contando también con las humillaciones que, sin duda, vendrán- proseguir la tarea divina, que el Amor Misericordioso de Nuestro Señor ha querido encomendarnos.

Asusta el daño que podemos producir, si nos dejamos arrastrar por el miedo o la vergüenza de mostrarnos como cristianos en la vida ordinaria.

Más pensamientos de San Josemaría.

Vida Religiosa Renovada, 12 de 12, Enviados

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 12 de 12: La misión: somos enviados

* La Iglesia no existe para sí misma, nos han recordado los Papas Benedicto XVI y Francisco.

* No podemos resolver con tanto empeño nuestras situaciones internas, sean psicológicas, comunitarias o sociales, que no quedan recursos para salir de nosotros mismos.

* En otras ocasiones el confort de la vida aburguesada nos hace ciegos a las necesidades reales de conversión de nuestro prójimo pues todo nuestro contento está en cumplir con objetivos, cuadros de planeación y organigramas y cronogramas.

* ¡Ay de mí, si no evangelizare!, exclama san Pablo. Esa interjección de lamento indica que mi bien está ligado al bien que de mí ha de brotar.

* El amor viene de Dios pero si no lo damos se pudre en nosotros: el amor que recibes, si no lo das, se fermenta en ti.

* Algunas pistas misioneras:

(1) Hacer misión es “cosechar,” que significa que somos deudores de los que nos han antecedido, y significa también que hemos de estar atentos a la oportunidad, como quien detecta cuándo está madura la mies.

(2) El amor mismo quiere abrirse paso en nuestra vida y a través de nosotros. Misionar no es inventar o suponer un amor, sino tomar en serio el amor recibido.

(3) Toda misión busca un fruto que perdure, y por eso todo misionero debe centrarse en unir a su gente con cristo,el que ha vencido incluso al umbral de la muerte.

(4) Y sobre todo, nunca olvidar que Cristo cumple su promesa, y está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28).

Vida Religiosa Renovada, 11 de 12, La virtud teologal de la caridad

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 11 de 12: La virtud teologal de la caridad

* ¿De qué modo se puede crecer en el amor? La atención, la mirada es mensajera del amor y puerta para el amor. El amor guía los ojos pero los ojos alimentan el amor también.

* La atención puede dirigirse también a lo que no está presente a los sentidos pero sí a la memoria o a la imaginación. por eso crecemos en el amor a Dios cuando recordamos sus beneficios. Decrece en cambio nuestra capacidad de amar si nos concentramos en los males recibidos, alimentando así rencores antiguos.

* Lo que sí debe quedar claro es que todo crecimiento en el amor implica algún género de repetición, de volver sobre ciertas palabras, lugares o devociones. Cada uno debe buscar conocerse para ser dócil al camino por el que lo lleva el Espíritu Santo, el cual no suele repetirse.

* La inteligencia es aliada del amor cuando nos ayuda a profundizar en el sentido de la Escritura, o nos ayuda a discernir los signos de Dos en nuestra vida.

* El crecimiento en el amor no debe ser un esfuerzo individual. El Espíritu, como se ha dicho, nos llama a ser comunidad, y por eso las celebraciones litúrgicas comunitarias son un espacio privilegiado para sabernos amados, de un modo, si se quiere, “objetivo.” Algo semejante puede decirse de otras celebraciones, por ejemplo, los capítulos o asambleas en que tenemos ocasión de encontrarnos y descubrir al señor en el don de la fraternidad.

* El principal freno de nuestro crecimiento es que no aplicamos los acelerados mencionados. Nuestro gran pecado aquí es la omisión.

* Nos frena también la distracción, en sus formas típicas, que son tres:

(1) Mirando demasiado vidas ajenas. Remedio: toma

(2) Los escándalos y divisiones internas.

(3) Distracciones afectivas fuera de la comunidad.

* Los remedios suponen siempre el camino del arrepentimiento y un renovado conocimiento de sí mismo.

Vida Religiosa Renovada, 10 de 12, La virtud teologal de la esperanza

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 10 de 12: La virtud teologal de la esperanza

* En la fe hay dos dimensiones: doctrinal (que apunta a los contenidos) y existencial (que mira a Aquel en quien creemos) y de Quien nos fiamos. Podemos decir que esta dimensión de entrega y confianza es la raíz misma de la esperanza. Sólo que la fe de suyo es una entrega presente mientras que la esperanza apunta al bien futuro que es arduo pero posible.

* ¿Cómo se cultiva la esperanza? Ante todo, no hay que confundirla con la novedad. En tiempos de incertidumbre o fragilidad los experimentos no aumentan la seguridad sino que la disminuyen. El futuro se muestra promisorio cuando el pasado muestra sus raíces fuertes. Sobre la base de lo que es firme y en cierto sentido, tradición, se puede mirar el futuro de otra manera.

El deber de trabajar

264La conciencia de la transitoriedad de la « escena de este mundo » (cf.1 Co7,31)no exime de ninguna tarea histórica, mucho menos del trabajo(cf.2 Ts3,7-15),que es parte integrante de la condición humana, sin ser la única razón de la vida.Ningún cristiano, por el hecho de pertenecer a una comunidad solidaria y fraterna, debe sentirse con derecho a no trabajar y vivir a expensas de los demás (cf.2 Ts3,6-12). Al contrario, el apóstol Pablo exhorta a todos a ambicionar « vivir en tranquilidad » con eltrabajo de las propias manos, para que « no necesitéis de nadie » (1 Ts4,11-12), y a practicar una solidaridad, incluso material, que comparta los frutos del trabajo con quien « se halle en necesidad » (Ef4,28). Santiago defiende los derechos conculcados de los trabajadores: « Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos » (St5,4). Los creyentes deben vivir el trabajo al estilo de Cristo, convirtiéndolo en ocasión para dar un testimonio cristiano « ante los de fuera » (1 Ts4,12).

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Vida Religiosa Renovada, 09 de 12, La virtud teologal de la fe

[Retiro espiritual con las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, de la Provincia de Santa Rosa, en el Perú. Octubre de 2014.]

Tema 9 de 12: La virtud teologal de la fe

* Lo propio de las virtudes teologales, en general, es que son fruto de la acción del Espíritu Santo en nosotros, y en este sentido sólo existen y sólo son reconocidas bajo la acción de ese mismo Espíritu.

La primera de las virtudes teologales es la fe, que nos abre a recibir la propuesta del amor divino, y nos permite acoger su palabra como Palabra de Dios, y nos dispone interiormente para obrar al modo de Dios.

* La fe no es imaginación. No es negación de la realidad. No es fantasía pero tampoco es evidencia. ¿Cómo entenderla?

* San Juan, en su Evangelio, utiliza el término “señal.” La fe es un camino que parte de señales o signos y que nos conduce, bajo acción a Dios a su significado pleno.

* La fe hace posible amar al prójimo, no porque deje de ser odioso lo que hay de repugnante en su comportamiento, sino porque al lado de lo odioso vemos su necesidad, así como Cristo pudo ver en sus verdugos gente muy necesitada.