LA GRACIA del Lunes 06 de Julio de 2015

Dios llega a nuestra historia y hace distinta nuestra vida por varias puertas: la Eucaristía, la comunidad creyente, las Sagradas Escrituras y por mi hermano necesitado.

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Empeño

«Nunc coepi!» -¡ahora comienzo!: es el grito del alma enamorada que, en cada instante, tanto si ha sido fiel como si le ha faltado generosidad, renueva su deseo de servir -¡de amar!- con lealtad enteriza a nuestro Dios.

Recupera el tiempo que has perdido descansando sobre los laureles de la complacencia en ti mismo… Aprieta el paso en la piedad y en el trabajo: ¡te queda tanto por recorrer aún!; convive a gusto con todos, también con los que te molestan; y esfuérzate para amar -¡para servir!- a quienes antes despreciabas.

Más pensamientos de San Josemaría.

La radicalidad cristiana

Si luchas de verdad, necesitas hacer examen de conciencia. Cuida el examen diario: mira si sientes dolor de Amor, porque no tratas a Nuestro Señor como debieras.

Del mismo modo que muchos acuden a la colocación de “primeras piedras”, sin preocuparse de si se acabará después la obra así iniciada, los pecadores se engañan con las “últimas veces”.

Cuando se trata de “cortar”, no lo olvides, la “última vez” ha de ser la anterior, la que ya pasó.

Más pensamientos de San Josemaría.

El discipulo de Cristo como nueva criatura

41 La vida personal y social, así como el actuar humano en el mundo están siempre asechados por el pecado, pero Jesucristo, « padeciendo por nosotros, nos dio ejemplo para seguir sus pasos y, además, abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043] El discípulo de Cristo se adhiere, en la fe y mediante los sacramentos, al misterio pascual de Jesús, de modo que su hombre viejo, con sus malas inclinaciones, está crucificado con Cristo. En cuanto nueva criatura, es capaz mediante la gracia de caminar según « una vida nueva » (Rm 6,4). Es un caminar que « vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de solo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 22: AAS 58 (1966) 1043]

42 La transformación interior de la persona humana, en su progresiva conformación con Cristo, es el presupuesto esencial de una renovación real de sus relaciones con las demás personas: « Es preciso entonces apelar a las capacidades espirituales y morales de la persona y a la exigencia permanente de su conversión interior para obtener cambios sociales que estén realmente a su servicio. La prioridad reconocida a la conversión del corazón no elimina en modo alguno, sino, al contrario, impone la obligación de introducir en las instituciones y condiciones de vida, cuando inducen al pecado, las mejoras convenientes para que aquéllas se conformen a las normas de la justicia y favorezcan el bien en lugar de oponerse a él ».[Catecismo de la Iglesia Católica, 1888]

43 No es posible amar al prójimo como a sí mismo y perseverar en esta actitud, sin la firme y constante determinación de esforzarse por lograr el bien de todos y de cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos.[Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: AAS 80 (1988) 565-566] Según la enseñanza conciliar, « quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 28: AAS 58 (1966) 1048] En este camino es necesaria la gracia, que Dios ofrece al hombre para ayudarlo a superar sus fracasos, para arrancarlo de la espiral de la mentira y de la violencia, para sostenerlo y animarlo a volver a tejer, con renovada disponibilidad, una red de relaciones auténticas y sinceras con sus semejantes.[Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1889]

44 También la relación con el universo creado y las diversas actividades que el hombre dedica a su cuidado y transformación, diariamente amenazadas por la soberbia y el amor desordenado de sí mismo, deben ser purificadas y perfeccionadas por la cruz y la resurrección de Cristo. « El hombre, redimido por Cristo y hecho, en el Espíritu Santo, nueva criatura, puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe y las mira y respeta como objetos salidos de las manos de Dios. Dándole gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las criaturas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo como quien nada tiene y es dueño de todo: Todo es vuestro; vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios (1 Co 3,22-23) ».[Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 37: AAS 58 (1966) 1055.]

Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Semana de Vida con Jesus, 6 de 6

Seis predicaciones para la Renovación Carismática Católica de Asunción, Paraguay. Tema 6: Combatir el buen combate.

* Aquel que se sabe unido a Cristo, y que sabe y siente que Cristo está más allá de toda época, no puede dejarse llevar simplemente por lo que sea más común, más popular, ni tampoco por lo que se nos quiere imponer desde los centros de poder.

* A la manera de los jóvenes mártires de que se habla en 2 Macabeos 7, los creyentes de hoy han de estar listos para relativizarlo todo–y en casos extremos, hasta la propia vida–con tal de permanecer gozosamente fieles al Dios que da la vida eterna.