Marking the 2000th Anniversary of St. Paul’s Birth

A Meditation for the Monthly Meeting of the Bethlehem Curia of the Legion of Mary

San PabloTo mark the 2000th anniversary of the apostle St. Paul’s birth, our well-loved pope Benedict has decided to celebrate the “Year of St. Paul,” starting next June 28th, 2008. An extensive quotation from a catechesis of his, given in Octuber, 2006, is a fitting introduction to this great opportunity we all share:

[Early in his life, Paul] went to Jerusalem to study the roots of Mosaic Law in the footsteps of the great Rabbi Gamaliele (cf. Acts 22: 3). He also learned a manual and common trade, tent making (cf. Acts 18: 3), which later permitted him to provide personally for his own support without being a weight on the Churches (cf. Acts 20: 34; I Cor 4: 12; II Cor 12: 13).

It was decisive for him to know the community of those who called themselves disciples of Jesus. Through them he came to know a new faith – a new “way”, as it was called – that places not so much the Law of God at the centre but rather the person of Jesus, Crucified and Risen, to whom was now linked the remission of sins. As a zealous Jew, he held this message unacceptable, even scandalous, and he therefore felt the duty to persecute the followers of Christ even outside of Jerusalem.

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Ejercicios sobre el perdón, 31

JESÚS Y EL PERDÓN
(Mateo 18, 21-22; 23-35; Jn 8, 1-11; Jn 20, 22-23)

En el tema anterior vimos cómo el Padre se nos ha revelado como misericordioso. Siendo Jesús uno con el Padre, no podía actuar de forma distinta. Una característica de Jesús fue la de interesarse por las personas, pues cada una es fuente inagotable de riqueza, de dignidad, también de necesidades. Esto le permitió ubicar debilidades al interior de las personas, de las comunidades. Entre las principales debilidades se encuentran el egoísmo, la violencia, el rencor, la prepotencia. Las personas alimentan, también, odios personales o ancestrales, trasmitidos de generación en generación, y aceptados como naturales, lógicos e inalterables. Jesús rompió con esos odios y explicó que eran parte de la levadura del pecado. Por ello, en el NT, san Mateo nos habla de manera especial de la necesidad de practicar el perdón, de la responsabilidad de los creyentes respecto al perdón y del desafío de construir, con el perdón, las comunidades del Reino de Dios.

Necesitamos mirar a Jesús, para aprender lo que significa ser mansos y misericordiosos; lo que significa buscar la justicia, ser limpios de corazón, trabajadores por la paz. Con nuestra mirada fija amorosamente en él, descubrimos el sendero del perdón y de la reconciliación en un mundo a menudo devastado por la violencia y el terror. En el amanecer del 11 de septiembre del 2001, el mundo vio con una claridad dramática el rostro trágico de la demencia humana. Vio lo que sucede cuando el odio, el pecado y la muerte toman el control de la vida. Pero eso, necesitamos contemplar a Jesús y oír su voz, que resuena en medio de nosotros. Su voz que es voz de vida, de esperanza, de perdón; voz de justicia y de paz. ¡Sólo tenemos que escucharla y dejarnos educar por ella!

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Bendito fracaso

Aunque alguno empiece a sentirse fastidiado, creo que el término “políticamente incorrecto” está bien vivo y lo estará por un buen trecho. Voy a contar por qué, a partir del notable cambio que tuvo Pablo en su misión de evangelizador, como queda patente al comparar su discurso en Atenas (Hechos 17,16-32) con su modo descarado de proclamar la Cruz–cosa que vino a ser el estilo con que llegó a Corinto, según consta en 1 Corintios 2,1-5:

Yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios, pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado. Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.

El análisis del discurso en Atenas es muy útil porque hay quienes ven en él la presentación oficial del Cristianismo a los filósofos o un modelo de inculturación. Mi opinión es más cruda: lo de Atenas fue un fracaso, un bendito fracaso, un desastre que sin embargo trajo bendición.

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Presentation of the Blessed Virgin

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Dear Friends,

Many times during the liturgical year we have occasion to see the blessings that the Virgin Mary received from God. We see, for example, how God blessed Her at the very day of her conception, and also at her birth, and again at the glorious day of her assumption into heaven. Likewise on the different advocations of Mary we all could mention rigth now, and also at many other dates of the liturgical year when we see the Virgin as the Blessed Virgin, and this is the most common title we use in the Catholic Church in reference to Her: we call Her the “Blessed” Virgin Mary, which is indeed a beautiful true statement.
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Elogio de San Alberto, el Grande

1. Predicador y Obispo

San Alberto Magno1.1 Una figura rica y compleja como la de Alberto, que por tantas razones ha sido llamado “el Grande” (Magno), nos presenta el tremendo reto de hallar qué unifica a una personalidad tan fascinante. La repuesta, creo yo, debemos encontrarla en su propia vocación, que fue ante todo un llamado a predicar el Evangelio. Alberto es, primero que todo, un “hermano (fraile) predicador,” y esto es bueno recordarlo entre otras cosas para percibir en él las riquezas del carisma de santo Domingo de Guzmán.

1.2 Es bueno recordar que el término “Ordo Praedicatorum,” que santo Domingo quiso para su comunidad, era el uso común para referirse a los obispos. En cuanto sucesores de los apóstoles, son ellos los primeros testigos de la fe y maestros en el conocimiento del Evangelio de Cristo. Y tales fueron los rasgos que Domingo quiso para sus frailes. En este sentido, hay una cierta lógica en que la Iglesia muchas veces haya escogido a frailes predicadores para al alto ministerio del episcopado. Tal fue el caso con san Alberto.

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El Milagroso de Buga

Desde el siglo XVII, el Milagroso de Buga ha tenido que escapar a varios intentos por destruirlo. Hubo una persona que quiso bajarlo de la cruz “para que descansara”. Son varias las historias de fe, esperanza y locura en torno de “El Milagroso”.

En la madrugada del jueves 29 de abril de 1937, Porfirio Dayarina, un joven de 23 años de edad, se levantó compungido y exasperado contra el Cristo de la ciudad de Buga, conocido como el Señor de los Milagros, porque a sus pies han acudido diariamente y durante varias generaciones peregrinos de todo el país a formularle fervorosamente sus peticiones, y muchos dicen ser escuchados.

Pero para Dayanira, el Señor de Buga, aunque milagroso, era muy terco y caprichoso porque no quería ayudarlo en sus necesidades. El joven, ofendido con el Cristo, se dirigió a la Basílica donde reposa la venerada imagen e ingresó con negras intenciones.

El Cristo estaba en el altar mayor, separado de los fieles tan sólo por una barda, pero no había necesidad de mayores precauciones ya que la ciudadanía, por respeto y también por miedo a perder los favores del Señor, no se le acercaba más de lo conveniente.

Porfirio Dayanira rebasó la barda, se acercó al altar, se persignó como cualquier fiel devoto, y atacó al Cristo con un machete, causándole una herida profunda de nueve centímetros en el costado derecho. Los daños hubieran sido más graves si el sacristán de la Basílica no aparece en ese momento e interviene, arriesgando su propia vida.

Cuando el alcalde de la ciudad le preguntó al agresor la razón de su ataque, este respondió: “El Milagroso venía pendejiando desde hace varios días y por eso lo ataqué”. En las semanas siguientes se celebraron grandes fiestas de desagravio y se aumentó la seguridad de la imagen. Del joven, que tuvo que pagar una condena pequeña, no se volvió a saber.

Veintinueve años después, el 4 de marzo de 1956, mientras el religioso Ernesto Uribe Ruiz oficiaba una misa en la Basílica, fue atacado por Rodolfo Quintero Barreto con un fino cuchillo de fabricación alemana recién comprado.

Al sentirse gravemente herido, según declaró el religioso, se reclinó sobre el altar del Señor de los Milagros esperando la muerte. Cuando los fieles acudieron en su ayuda, lo encontraron absolutamente ileso y sorprendido.

El agresor, un perturbado mental, fue detenido. No quiso explicar las causas de su acto y fue liberado luego de unos meses. El cuchillo, inexplicablemente, se había partido en tres partes. La seguridad de la Comunidad Redentorista, guardiana del santuario, fue reforzada aún más; los restos del arma se conservan aún en el Museo del Santuario.

Cuarenta años después, el 19 de marzo de 1996, Pedro Antonio Fajardo, un ex agente de policía, amaneció sin dormir, compadecido del “pobrecito Cristo”. El insomnio de varios días y su turbulento mundo interior lo habían agobiado durante las semanas anteriores. Ese día decidió que era hora de redimir al Redentor. Se dirigió a la Basílica, ingresó a la parte superior del altar mayor, donde detrás de unos vidrios de seguridad reposa la imagen. Impedido para acercarse, agredió con un martillo, que también se conserva en el Museo, los cristales que protegen el altar donde se encuentra el Señor de los Milagros, pero no pudo romperlos a pesar de la gran fuerza que imprimió a sus golpes.

Ante el ruido, varios fieles acudieron al altar, deteniendo al ex agente. Cuando le preguntaron el motivo de su acción, respondió con llanto en los ojos: “Es injusto que Nuestro Señor lleve 2.000 años clavado en esa cruz. Mi propósito era desclavarlo para que descansara”. Fue amonestado y liberado prontamente.

El Señor de los Milagros ha sorteado con éxito otros más graves peligros, como haber sido condenado hacia el año 1600 a la hoguera. En la capilla donde entonces se le veneraba, los fieles arrancaban astillas para llevárselas a sus casas como reliquias. Las autoridades eclesiásticas de Popayán, a las que por esos tiempos correspondían los asuntos religiosos de Buga, lo condenaron a la hoguera, pero el Cristo, no contento con salir ileso y negro, perfeccionó sus facciones durante la combustión hasta que adquirieron una dignidad impresionante, según los devotos.

“El Negrito”, como lo llaman cariñosa y respetuosamente los fieles, continuará resistiendo toda suerte de amenazas porque sabe que su oficio es enderezar de manera extraordinaria y milagrosa a una humanidad que por estos lados está cada vez más necesitada de esperanza.

Ariel Sharon

Ariel Sheinerman (luego cambiaría su apellido por Sharon) nació en 1928 en la comunidad agrícola de Kfar Mlal, y con sólo 14 años de edad se alistó en la organización guerrillera (¿o terrorista?) Haganá, para luchar contra el mandato británico en Palestina. Desde entonces ha participado en todos y cada uno de los conflictos en los que se ha visto envuelto Israel desde su fundación.

Su condición de “halcón” se demostró desde bien pronto. Tras luchar en la Guerra Árabe-Israelí de 1948, en la que fue herido, en 1953 formó el Comando Especial 101, encargado de dirigir duras represalias contra la población palestina. Retirado del Ejército en 1972, fue llamado a filas un año después, durante la Guerra del Yom Kippur. Allí tuvo una participación decisiva cruzando el Sinaí al frente de una división blindada.

No ha dudado en emplear cualquier método para defender el Estado de Israel y expandirlo. Vinculado a organizaciones políticas de derecha, Ariel Sharon ha dedicado su vida política a conseguir afianzar los asentamientos y colonias judías en los territorios ocupados. También ha trabajado para facilitar la vuelta de los judíos de todo el mundo al hogar nacional de Israel. Si para ello se ha tenido que expulsar a los palestinos de sus tierras o sus casas no ha tenido inconveniente alguno en hacerlo.

Viudo y con dos hijos, Ariel Sharon es uno de los grandes hacendados de Israel. Amante de los gestos provocativos, tiene una casa en el centro del Jerusalén ocupado, con la bandera israelí en el balcón y la menorah (candelabro judío de siete brazos) en el tejado, bien visible. Sólo visita el inmueble para festejar el Día de Jerusalén.

La demostración de hasta dónde era capaz de llegar Sharon llegó en 1982. Siendo ministro de Defensa tuvo lugar la invasión de Líbano por parte del Ejército israelí. Tras rodear los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila, los israelíes dejaron entrar a las milicias cristianas libanesas que perpetraron una matanza que costó la vida a entre 800 y 2.000 civiles. Ariel Sharon había declarado previamente que en dichos campamentos sólo había terroristas. Una comisión de investigación israelí determinó que Sharon había sido “responsable indirecto” de la masacre.

Poco o nada dispuesto a la negociación, dio la puntilla al proceso de paz iniciado en Madrid en 1991 con otra provocación, el paseo por la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén en septiembre de 2000, que provocó la segunda Intifada. Desde entonces han muerto más de mil personas. Hay quien piensa que la llegada al poder vuelve pragmáticas a las personas. Sin embargo, el caso de Ariel Sharon ha demostrado lo contrario una vez que fue elegido primer ministro en 2001. Ha continuado firme en su imagen de dureza y poco dispuesto al diálogo, apostando por la fuerza militar israelí como método para asegurar la supervivencia de Israel, a cualquier precio.

Antonio Gaudí, «el Arquitecto de Dios»

ROMA, 22 marzo 2002 (ZENIT.org).- Con la presencia de arquitectos como Oriol Bohigas, Norman Foster y Arata Isozaki, la Reina Sofia de España inauguró el 20 de marzo en Barcelona las celebraciones por el 150 aniversario del nacimiento del arquitecto catalán Antonio Gaudí (1852 – 1926), en proceso de beatificación desde 1994.

Inimitable maestro de una arquitectura concebida como oración, dejó como obra maestra la inconclusa Sagrada Familia de Barcelona, expresión estética de su espiritualidad a la que dedicó los últimos años, las últimas energías y sobre todo su último dinero.

La profesora Maria Antonietta Crippa, profesora de Historia de la Arquitectura del Politécnico de Milán y gran experta de la obra de Gaudí, ha explicado a Radio Vaticano, el alcance de la obra del llamado “arquitecto de Dios”.

-¿Quién fue Gaudí?

-Crippa: Es el último arquitecto en continuidad cultural con la tradición occidental de matriz cristiana. Sin marcar “rupturas” de naturaleza ideológica, recorre con los lenguajes heredados por esta tradición, recuperando del gótico los aspectos estructurales, del barroco la riqueza decorativa del interior de estos y otros estilos hace surgir espontáneamente un nuevo lenguaje. Se trata por tanto de una matriz cultural tradicional, pero profundamente innovada por la aportación original de Gaudí.

-Las obras de Gaudí son más obras de arte que simples edificios. La emoción gobierna radicalmente sobre la técnica. Una lección seguida, por ejemplo, por la arquitectura “orgánica” de Alvar Aalto, pero en cambio rechazada por los grandes racionalistas como Gropius o Le Corbusier…

-Crippa: Es verdad que para él la arquitectura es todavía síntesis de las artes, por tanto no exalta su funcionalidad práctica aislándola de las otras componentes, sino inscribiéndola en un contexto en el que sólo uno de los factores está en juego.

La relación entre arquitectura y decoración para Gaudí tiene un papel cientral, mientras que la corriente más fuerte del inicio del siglo, el racionalismo, rompe esta unidad profunda que era también un valor tradicional. Alguien, y yo me inscribo en esta línea, considera que la importancia de Gaudí está, entre otras cosas, precisamente en la capacidad de mantener la composición arquitectónica ligada profundamente a la dimensión simbólica del hombre, por tanto a una capacidad imaginativa que remite a valores fundamentales de la vida.

-Para el devoto Gaudí, construir es sobre todo un medio para expresar la propia interioridad y la propia fe. No por casualidad su punto de partida es el gótico, por tanto la elevación arquitectónica haca lo alto. ¿Qué importancia tiene en su obra la relación con lo sacro?

-Crippa: En Gaudí, lo sacro era una dimensión humana muy desarrollada, gracias a su formación, a su conciencia cristiana. Fue un hombre de una inmensa interioridad. Vivía en un mundo poblado de las figuras cristianas, un mundo en el que sin embargo se mueve libremente, contaminando varios elementos, dando lugar a un resultado de invención, de innovación. El elemento fundamental en Gaudí, respecto al sacro, es su integral anclaje en la tradición cristiana. Y ello en un momento en que, en cambio, este anclaje no era obvio para los artistas. No olvidemos que el momento en el que vive es el de las “vanguardias”.

-¿Cuál es, en definitiva, la aportación más significativa que este gran catalán deja a la cultura contemporánea?

-Crippa: En nuestros tiempos, diría que es el hombre que ha hecho más popular, más cercana a cualquiera la arquitectura contemporánea. He visto muchas personas, en diversas ocasiones, asombrarse frente a las grandes ideas de Gaudí, ante las intuiciones estremecedoras de su arquitectura. Es muy apreciado en los países orientales, en Asia, Japón y también en América Latina. Su aportación es la de haber mantenido una dimensión comunicativa en la arquitectura. Porque la arquitectura “habla”, debe hablar: buena parte de la arquitectura contemporánea suya como de la sucesiva, en cambio, ya no “habla”. Es difícil, áspera, para la persona no especialista.

Alan Greenspan

El vigía de la economía mundial no trabaja por dinero. No le hace falta porque cuando entró en la Administración Pública norteamericana en 1967 ya era millonario.

Hijo de un operador de bolsa, nació en el estado de Nueva York el año 1926. Doctorado en Economía por la Universidad de Columbia, hizo carrera como asesor financiero, un trabajo con el que logró amasar una importante fortuna. El presidente Nixon se fijó en él y le fichó en el año 1967 como asesor económico independiente. Su carácter externo al aparato del Gobierno le permitió escapar del escándalo del Watergate. Cuando Gerald Ford llegó al despacho oval, Greenspan ocupaba el cargo de presidente del consejo de asesores económicos de la Casa Blanca. En 1974 decidió volver al ámbito de la empresa privada y trabajó durante varios años para compañías como JP Morgan o Mobil Corporation.

Por todos conocido su carácter republicano, Ronald Reagan le persuadió en 1987 para que ocupara la presidencia de la todo poderosa Reserva Federal de los Estados Unidos. Su amplia experiencia le hizo prever el crack bursátil del año 87 antes de que éste se produjera, lo que le permitió contrarrestar los efectos de la crisis. George Bush le ratificó en el cargo. Bill Clinton convirtió el enorme déficit gubernamental heredado de su predecesor en superávit gracias a los consejos del “maestro”. Y es que Greenspan, a pesar de ser republicano, siempre ha sido admirado desde las filas demócratas.

Sus intervenciones públicas tienen un efecto inmediato en las bolsas. Los dirigentes de los bancos centrales de todo el mundo le envidian. Greenspan ha tenido la suerte (o la desgracia) de no encontrar una sola crítica a su labor como presidente de la Reserva Federal en los catorce años que ocupa el cargo. Él, mientras tanto, aceptó renovar su mandato el pasado 4 de enero por el “inimaginable interés intelectual” de comprobar las teorías económicas en los mercados financieros.

Sin duda alguna, su experiencia será muy valiosa para que los Estados Unidos puedan salir de la recesión económica que rondaba sobre ellos durante el pasado verano y que acabó por desarrollarse tras los atentados del día 11 de septiembre. No en vano, la mayor parte de las decisiones económicas adoptadas por George Bush tras el fatídico día llevan el “sello Greenspan”.

Si en su vida profesional Greenspan ha levantado odios y pasiones, parece ser que en su vida privada también. Se ha casado en tres ocasiones, primero con una artista y más tarde con dos periodistas. Su mayor afición, tocar el clarinete. Su forma de tomar las decisiones que hacen tambalear las economías de todo el mundo: en un baño de agua caliente a las seis de la mañana.

Poemario en piedra

En las manifestaciones plásticas de la relación con lo divino, el simbolismo ejerce un papel importantísimo. En el contexto cristiano,cuyo centro es la encarnación de Dios mismo, el simbolismo toma cuerpo en forma de arte, aviva nuestros sentidos, se transforma en pedagogía. Y esto no es sólo cosa del pasado. Se dice que “al mundo lo salvará la belleza”, y es necesaria una nueva oleada de artistas capaces de acercarnos a lo inefable, al Misterio con mayúsculas, según las diversas sensibilidades humanas.

El Templo de la Sagrada Familia, obra cumbre del arquitecto Antonio Gaudí, está resultando un poemario en piedra, una verdadera lección de simbología en la cual tanto las formas arquitectónicas como las escultóricas, en sus diferentes estilos, pensados por el mismo Gaudí, tienen su razón de ser. Autodidacta, buen conocedor de las artes y de la naturaleza, Gaudí, como todos los artistas, utilizó su propio lenguaje, dejó el sello de su estilo. El simbolismo que él desarrolló en el Templo de la Sagrada Familia no lo limitó a la estatuaria ni a la pintura, sino que lo incorporó también a la arquitectura, a la cual dio un especial carácter expresivo.

Así, pues, ante una ciudad y unos admirados espectadores se levantan majestuosos y esbeltos los cuatro cimborrios que rodean al central dedicado a Jesús (con 170 metros de altura, casi acariciando el cielo), y que representan los evangelistas, con sus correspondientes pináculos coronados por los símbolos del ángel, el buey, el león y el águila. En el ábside el cimborrio, dedicado a la Madre de Dios, y los doce campanarios, que son portadores de las imágenes de los apóstoles, coronados por los pináculos, símbolos episcopales; finalmente, los obeliscos representan las témporas de las cuatro estaciones y las ordenaciones sacerdotales.

Estos datos no pretenden ser más que un ejemplo de una inacabable lista de símbolos que podemos encontrar en esta obra. Cada una de las piedras que se colocará en el templo tiene una razón de ser, como cada una de las personas que existen, ya que como dice R. Huyghe: “no hay arte sin el hombre; pero, posiblemente, tampoco hay hombre sin arte”. Como reconocen los estudiosos, la intención de Gaudí fue convertir el Templo de la Sagrada Familia en un himno de alabanza a Dios, entonado por la humanidad, y cada piedra es una estrofa cantada con voz clara, potente y armoniosa.

Una vez terminado, el Templo, en su exterior, significará la Iglesia; en su interior figurará la Jerusalén celestial. La dulzura, la alegría y las formas cuidadosamente redondeadas de la fachada del Nacimiento contrastan expresamente con la fuerza, la vigorosidad y la tristeza de la recientemente terminada fachada de la Pasión. Así lo quería Gaudí, y así se está realizando. Todo un trabajo estético, de fina ingeniería y excepcional precisión artística. Una obra para ser interiorizada y contemplada.

Algunas páginas de interés:

La página oficial de la Sagrada Familia, mencionada anteriormente, incluye toda la información sobre esta obra de Antonio Gaudí, en inglés, catalán y castellano. Se puede consultar, por ejemplo, una breve historia de la construcción, descripción y función; una galería de imágenes; información para los visitantes y otras obras de Gaudí.

Otro sitio ofrece información en inglés sobre la Sagrada Familia. Cuenta cuándo se inicio la construcción y en qué se inspiró Gaudí para hacer este proyecto. Contiene fotos y es interesante, aunque su última actualización es de marzo de 1998.

Dentro de una página dedicada al modernismo, se incluye una breve descripción de la Sagrada Familia, en catalán. Otra página ofrece una galería de fotografías de lugares famosos de todo el mundo, entre ellos la Sagrada Familia, con fotos tomadas en 1991.

En la página “Gaudí and Art Nouveau in Catalonia” se califica a la Sagrada Familia como un lugar de máximo interés y ofrece información sobre cada una de las partes del templo: fachada de la Natividad, fachada de la Pasión y la iglesia, como tal. También incluye fotografías.

Finalmente, la página Gaudí Fantasía en piedra, es una Web con información sobre las distintas construcciones de este artista, y la página de la comisión para la beatificación de Antonio Gaudí, propone un interesante recorrido, en forma de un juego, que nos acerca a la vida del arquitecto y a su obra, centrándose en los aspectos cristianos y en su relación con Dios como creador de toda belleza.

Por Anna-Bel Carbonell y Thelma Gilsamaniego(SOI)

Padre, Perdónales, no saben lo que hacen

Luc.c. 23 v. 34
La palabra Padre tiene todos los significados del mundo en labios de Jesús. Padre, en esta ocasión es una súplica de Amor.

Tenemos a un hombre azotado, herido, maltratado, reducido física y psíquicamente, cargado de sudor, sangre y polvo, heridas abiertas y heridas medio cerradas, con costras que se le abren con violencia provocando un escozor y un sufrimiento contínuo en todo el cuerpo, sobre todo en los ojos.

Clavado en una Cruz, y rodeado de una gran multitud que no le bastó con condenarlo a muerte injustamente, ya que cuando le vió clavado aún le escarnecía le insultaba, le hacían mofa y se reian de El.

De todos los allí reunidos, excepto cuatro discípulos que le acompañaron, tan solo uno reconoció su Filiación Divina y fue el centurión que mandaba los soldados que le clavaron cuando dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. Después uno de los ladrones que fue ajusticiado con El, le reconoció y le dijo: Señor, acuérdate de mi cuando estes en Tu Reino.

Por este motivo Jesús dijo PADRE, en sentido exclamativo. Pedía un poco de Amor a cambio del Amor inconmensurable que El nos dió, sin esperar nada a cambio. Nos dió su amor sabiendo que nosotros le seríamos infieles y que la mayor parte de las veces simulamos no conocerle, cuando en nuestra miseria podríamos demostrar que somos Cristianos y nos acordamos un poco de El.

Pidió un poco de comprensión, ya que cuando todo el mundo te acusa, acabas convencido de que tienes culpa, PERÒ EL NO LA TENIA.

Acabas convencido de que te mereces todo lo que te está pasando, y cuando El se encontró en el momento de extrema ansiedad y gran desfallecimiento, exclamó con todo el corazón ¡¡Padre!!.

Pedía un poco de Amor, de aquel Amor que todos sentimos alguna vez cuando estamos a solas con El e intuimos su Presencia, ya que cuando estamos bien seguros de que estamos solos hablando con el Crucificado, de vez en cuando giramos la cabeza y miramos hacia atrás, porque nos sentimos acompañados por ALGUNA PRESENCIA.

Cuando tenemos la certeza de que estamos solos hablando con El, nunca estamos incómodos, ya que encontramos la comodidad con la postura mas extraña, ya que nos sentimos tan a gusto que quisieramos que aquel momento fuera eterno, porque nos sentimos amados por El.

Parece que el corazón quiera salirse del pecho para acercarse a la Cruz, y tenemos una sensación de bienestar que de tan agradable que es parece que sea irreal y extraña.

Necesitamos tanto sentirnos amados, que nuestro corazón late a un ritmo inusual, y esta necesidad de Amor hace que tengamos la sensación maravillosa de querer que el tiempo se parara.

A El, le pasó lo mismo, necesitaba tanto el Amor, que mas que un grito fue una súplica. Fue un acto de Amor, una invocación al Amor Eterno del Padre Creador, que nos da la vida y nos acoge y nos ama como una madre.

Vivió tan intensamente su Amor por la humanidad que todo y estando clavado en la Cruz, sufría por los que le habían crucificado. Les amaba a todos y le dolía que “alguien” les pudiera pedir cuentas por aquel acto.

PERDONALES. Es la palabra clave de la Buena Nueva, del Evangelio. El perdón hace que todo se olvide al instante. El perdón hace que desaparezca la negatividad.

Pedro una vez le preguntó refiriéndose al perdón: Maestro, cuanta veces tengo que perdonar, siete? (le parecía que siete eran muchas veces), y el Maestro le respondió : Aunque sean setenta veces siete, PERDONA. Como Pedro seguramente no sabía contar hasta setenta veces siete, le pareció que aquella era una cantidad infinita, y esto es lo que quería decir Jesús, perdona tantas veces como haga falta. Cuanto mas se perdona, mas se enaltece el que otorga el perdón y el que lo solicita. De humanos es castigar y de reyes es perdonar.

Clavado en una Cruz, escarnecido y atormentado, pedía el perdón para sus verdugos, pedía el perdón para su pueblo que le había llevado a la cruz, pedía perdón por los que nacerían hasta el fin de los tiempos y le producirían escarnio con sus injurias, con sus infidelidades, però sobre todo por su indiferencia y olvido.

Predicó el Amor y el perdón durante su vida. Vivió humildemente cuando podía hacerlo como un gran señor. Murió ajusticiado cuando podía morir honorablemente, mejor dicho, no hacía falta que muriera, ya que debido a su Filiacion Divina, la muerte era un acto inútil para El, però era util para la humanidad, ya que su misión era vencer a la muerte con su Resurrección.

Vivó ayudando a la humanidad, murió amándola, y Resucitó para enseñarnos la trayectoria de nuestro paso por la tierra. Nos enseñó a amar al prójimo para llegar al Amor del Padre.

Nosotros reaccionamos con violéncia, odiamos, maltratamos y matamos, però nunca pensamos en el perdón. Creemos que nuestra cruz es dura y pesada, que es insufrible, que no la podemos aguantar, y nunca pensamos en la Cruz que llevó El.

Es el vivo ejemplo del Amor, pero casi nunca nos damos cuenta de ello, aunque le “vemos” a cada instante.
Podríamos perdonar y no lo hacemos. Decimos que perdonamos, pero no olvidamos. Decimos que somos cristianos y no sabemos vivir como tales, leemos la Palabra y no la entendemos, ya que todo el mundo quiere interpretarla según sus necesidades.

Dónde estan el Amor y el Perdón que predicó nuestro Maestro?. Amor y Perdón son dos palabras muy fáciles de pronunciar, pero son dos conceptos muy difíciles de vivir. Nos parece que si damos parte de lo que tenemos y no nos hace ninguna falta, ya cumplimos con el Amor. Si simulamos que olvidamos ya cumplimos con el perdón y somos tan osados que pretendemos que nos premien por dar lo que nos sobra.

No sabían lo que hacían y nosotros ante la experiencia de mas de 2.000 años de Cristiandad, con las experiencias de las equivocaciones de la humanidad, delante de las injusticias y las guerras que se han hecho y se hacen en nombre de Dios, todavía no sabemos lo que hacemos.

Es deplorable que los humanos prescindamos y no escuchemos al corazón a la hora de actuar. Prescindimos del calor del Amor y nos dejamos guiar por el frío de la negatividad.. No sabemos aún lo que hacemos.

Con toda razón podemos decir que la Biblia es Palabra leida y no entendida.

JESÚS MURIO POR LA HUMANIDAD EN GENERAL Y EN PARTICULAR POR CADA UNO DE NOSOTROS.

Mi Pesebre

Te

ngo una gran esperanza en todo lo que significa el pesebre: ese abandono que padeció Cristo y la sencillez y amor infinitos con que asumió todo sin echar nada en cara a nadie. Yo leo y leo los evangelios y veo que nuestro Divino Redentor nunca recriminó nada, como si él se mereciera todo lo que le pasó.

Y si es verdad que María guardaba todo en su corazón, Dios Santo: ¡cuántos tesoros tendrá el Corazón de Cristo, que vio todo, sintió todo, escuchó todo, y todo supo iluminarlo, entenderlo, perdonarlo!

El Niño del Portal, el Niño de nuestras esperanzas, el Niño de nuestras canciones, el Niño de nuestros dolores… todo mira hacia ese Niño, que fue recibido con un diluvio de indiferencia y de odio, y fue despedido con una lluvia de azotes y de insultos.

Pero ese Niño es nuestro Niño, es el que nos conoce bien por dentro y que ha dejado en sus llagas lindas, y en sus lágrimas lindas toda la poesía del amor que Dios nos tiene.

Fr. Nelson Medina, O.P.