Ex-ministra de vivienda deja la política para estudiar teología y profundizar su fe

Durante 40 años ha defendido el conservadurismo católico desde la política y esta semana ha decidido poner fin a su carrera política para poder dedicar tiempo a su otra pasión, estudiar Teología y “alimentar mi fe”.

Christine Boutin ha sido uno de los grandes referentes del catolicismo político francés, siendo diputada en la Asamblea Nacional, ministra de Vivienda durante el gobierno de Nicolás Sarkozy, presentándose incluso a las primarias para las elecciones presidenciales.

Perseguida por el lobby LGTB

Sin embargo, a sus 73 años Boutin pasará a la historia de la política francesa por su decidida lucha a favor de la vida, la familia y la libertad religiosa, motivos por los cuales fue perseguida y acosada, literalmente, por grupos proaborto, LGTB y laicistas.


Christine Boutin, anunciando su retirada de la política

El pasado año, la política francesa fue condenada por la Justicia francesa tras ser denunciada por dos grupos LGTB que la acusaron de un delito de odio por sus declaraciones en una entrevista en 2014. En televisión, Boutin citó la Biblia para hablar de la homosexualidad y dijo:

“Yo jamás he condenado a un homosexual. La homosexualidad es una abominación. Pero no la persona. El pecado nunca es aceptable pero el pecador siempre es aceptado”. Estas fueron las palabras por las que fue condenada a una multa de 5.000 euros y otros 2.000 a los grupos LGTB que la denunciaron.

Defensora de la familia

Precisamente, Boutin se hizo conocida por enarbolar con la Biblia en la mano la defensa de la familia en la Asamblea Nacional en 1998 durante el debate del Pacto Civil de Solidaridad, y que abrió la puerta a las uniones homosexuales.

Durante el debate previo a la aprobación del matrimonio homosexual en Francia, participó activamente en la Manif pour Tous, el movimiento profamilia que sacó a cientos de miles de personas a las calles. Pronunció varios discursos e incluso fue víctima de las cargas policiales y el lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de la Policía enviada por el gobierno socialista.


Boutin es atendida tras las cargas policiales durante la marcha profamilia de la Manif pour Tous

“Este movimiento no es un tema de partido, es el pueblo de Francia que se levanta, es la gente que no quiere los valores del 68 y de los liberal-libertarios; eso es lo que digo al presidente de la República”, afirmaba la veterana política.

La legalización del aborto provocó su entrada en la política
Otro de los aspectos más conocidos de la exministra y diputada francesa es su marcado carácter provida. Fue precisamente este aspecto el que le hizo entrar en política. Ella misma reconoce que la aprobación en 1975 de la Ley Veil, por la cual se despenalizaba el aborto en Francia, fue “una puñalada en el corazón”. Este hecho fue la fuente de su compromiso político y lo que le llevó a iniciarse en la política local y que le llevó a presidir un Ministerio.

Durante su carrera política, Christine Boutin fue asidua a las marchas provida y entre sus principios siempre destacaba: “Respetar la dignidad de cada persona, desde su concepción hasta muerte natural, con la preocupación prioritaria por los más débiles”.

“Feliz de no haber renunciado a mis creencias”
Este compromiso le hizo presentarse a las primarias presidenciales con una reivindicación de “nuestras raíces judeocristianas” y con un programa que pedía ayudar a la familia, promover la vida y rechazar la eutanasia. Sin embargo, recibió pocos apoyos en el partido.


Boutin ha sido siempre asidua a las marchas por la vida celebradas en París

Para ser más libre en sus actuaciones fundó su propio partido, el Partido Demócrata Cristiano, con una inspiración profamilia y provida totalmente clara. El partido sigue activo aunque en las pasadas presidenciales apenas consiguió el 1,5% de los votos.

Tras una vida dedicada a la política y al bien común, Boutin anunció en rueda de prensa su retirada, dejando su cargo de consejera departamental de Yvelines. “Soy una mujer realizada. Estoy orgullosa de estos cuarenta años”, afirmó. Además, confesó que “estoy feliz de no haber renunciado a mis creencias”.

Devota del Sagrado Corazón de Jesús
Casada, con tres hijo y ya abuela, Christine es una devota del Sagrado Corazón de Jesús, del que confiesa que le ha dado fuerzas para seguir adelante en política y aguantar tantas críticas y ataques.

Ahora sus prioridades serán otras y “feliz y liberada” estudia Teología en el Instituto Católico de París. “Necesitaba profundizar mi fe, y finalmente tengo tiempo para dedicarme a este sueño”.

[Leído en Religión en Libertad]

Análisis sobre la necesidad de la Objeción de Conciencia

“Antes de esta reforma [en México], los médicos se exponían a perder su trabajo y ser multados, si se negaban a practicar un aborto. Ahora se protege su libertad religiosa. En medio de la marabunta de las precampañas electorales, que trae inquietos a todos los legisladores, es de alabar que hayan aprobado este cambio. Felicito particularmente a los legisladores que promovieron esa iniciativa…”

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Clarificaciones sobre la pena de muerte

“La Sagrada Escritura, los Padres de la Iglesia, el magisterio eclesial y los Doctores de la Iglesia siempre han considerado la pena de muerte como una posibilidad justa y lícita en algunas ocasiones, que puede incluso llegar a ser un deber para el Estado en ciertas circunstancias…”

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¿Y por qué no los medios artificiales de anticonepción?

“Los métodos naturales facilitan el respeto a la otra persona y a su cuerpo. La abstinencia temporal, decidida de mutuo acuerdo por el hombre y la mujer, no solo no debilita el amor, sino que lo hace más fuerte, más libre y más profundamente personal. En cambio, con los medios artificiales se abre el camino a que cada uno -y sobre todo el varón-, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, se despreocupe del equilibrio físico y psicológico de la otra persona, y llegue a considerarla como un objeto de placer sexual que debe estar siempre disponible para su propia satisfacción…”

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La conciencia moral cristiana frente a la conciencia moral griega

“Aun cuando la Edad Media consideró, con mucho respeto la moral griega, es un hecho que en el intento por conservar todo lo perenne de ella, tuvieron que rehacerla casi por completo. En la moral griega de virtudes y vicios, los actos humanos buenos o malos han de estar vinculados a cualidades permanentes, es decir, a hábitos estables que van determinando el modo de ser de la persona más allá de sus actos singulares. Se trata del querer que está en el fondo del mismo hombre y que va formando nuestra vida. Pero lo que interesaba al griego no eran tanto los actos morales concretos como el hombre como efecto total de sus actos. En cambio, para los cristianos Dios es el Ser creador de los entes en su materia y en su forma y en los entes vivientes en sus cuerpos y en sus almas. Dios conserva el ser de los entes que crea y provee de todo lo necesario a todo aquello que crea. Ni una forma, ni un alma subsiste sin Dios y ningún pensamiento o cosa se le escapa…”

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Los jóvenes necesitan descubrir el sentido de su sexualidad

“En una cultura donde el sexo se presenta frecuentemente como un objeto de consumo, es todo un reto formar a los jóvenes en el sentido profundo de la afectividad y la sexualidad. La Fundación Desarrollo y Persona lleva muchos años haciéndolo en España y Latinoamérica, además de contar con varios programas de asesoramiento familiar. Su directora, Nieves González Rico, explica en esta entrevista cuál es su experiencia sobre la educación que realmente necesitan los jóvenes…”

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¿Desconectar a una persona en cuidados intensivos implica eutanasia?

Padre Nelson, mi familia está viviendo una situación muy difícil. Una tía mía, muy mayor, está en cuidados intensivos hace ya bastantes días. Su condición es estable pero los médicos han sido claros en decir que está con muerte cerebral total y que en realidad son los aparatos de respiración y demás los que la mantienen viva, de modo que han pedido que se reúna la familia y decida si se procede a desconectarla. Pero, ¿eso no es eutanasia, lo que prohíbe la Iglesia? Gracias por su enseñanza. –F.G.H.

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Ante todo, me uno al dolor que ustedes deben estar padeciendo al ver a una persona tan cercana en esa condición.

La Iglesia distingue muy bien tres situaciones que son semejantes pero bien diferentes: (1) Cuidados paliativos; (2) Encarnizamiento terapéutico; (3) Eutanasia o suicidio asistido.

Los cuidados paliativos son el conjunto de recursos que ofrece la medicina moderna para hacer más soportables condiciones de sufrimiento físico o moral, ofrecer las mejores posibilidades de recuperación si ello es todavía posible, y mejorar en general la calidad de vida de un enfermo que, por todas las indicaciones, se encuentra en la última fase de su vida mortal. Estos cuidados incluyen de modo muy importante la llamada “clínica del dolor” es decir, el uso dosificado pero en general creciente de anestésicos que permitan sobrellevar cuadros de malestar físico y dolor que sería insoportable. Al respecto, la medicina actual ha evolucionado mucho. Aunque algunas de estas tecnologías médicas puedan apresurar el deceso del paciente, la intención no es causar la muerte sino llevar el último tramo de la vida de la mejor y más humana forma posible; por consiguientes e aplica en este caso el principio moral que se llama del “doble efecto”: una práctica puede tener más de una consecuencia; pero se realiza no por los efectos no deseados, como en este caso que la muerte suceda un poco antes, sino por el efecto deseado: la calidad de vida restante.

El encarnizamiento terapéutico es una situación distinta. Cuando absolutamente toda esperanza de recuperar la conciencia, y todo trazo de vida cerebral ha desaparecido sin posibilidad de retorno, mantener una especie de vida artificial en todo dependiente de unos aparatos sofisticados ya no corresponde ni a la dignidad del paciente ni al proceso emocional de sus parientes o relacionados. Si se pretendiera continuar esa situación indefinidamente, con el único resultado de tener un cuerpo que respira y por el que circula sangre, tendríamos que hablar de encarnizamiento terapéutico, y no es algo que la Iglesia Católica pida a nadie. Hay que tener cuidado, sin embargo, porque no basta lo que se suele llamar “estado de coma” para declarar que la persona puede legítimamente ser desconectada de los aparatos que le permiten vivir. Hay noticias, incluso recientes, sobre casos de personas que han pasado años en coma y luego despiertan. Para que estemos en el caso moral aquí descrito tendría que darse una muerte cerebral completa, de modo que el cerebro ni siquiera envíe a los pulmones la señal de la respiración, pues se considera que ese intercambio de señales nerviosas pertenece a los estratos más profundos de la actividad cerebral.

Tanto la eutanasia como el suicidio asistido suponen, en cambio, una intervención médica que efectivamente procura la muerte de una persona que, sin esa intervención podría vivir, incluso con cierta calidad. La experiencia ha mostrado que las leyes de eutanasia, lo mismo que otras leyes inmorales, se introducen siempre como respuesta a casos emocionalmente extremos. Al poco tiempo, las condiciones ser van ampliando hasta llegar a lo que hay en Suiza, Holanda y otros sitios: muerte a la carta. Por supuesto, esto es moralmente reprobable y así lo ha declarado la Iglesia.

Dios bendiga tu familia y todas las familias de los pacientes en grave condición.

Segundo curso de Teología Moral familiar y sexual, 03: Vectores de la sexualidad humana

[Conferencias en el curso de Teología Moral familiar y sexual ofrecido en la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás en el primer semestre de 2017.]

Vectores de la sexualidad humana

* La sexualidad se deshumaniza cuando se le considera un impulso ciego. Porque no es “un” solo impulso, sino una pluralidad de “vectores.” Y no es sólo “impulso” sino también freno, modulación, dirección. Y por ello mismo tampoco es simplísticamente “ciego.”