Fair Play (2a. parte)

Haciendo del orgullo virtud

El Fair Play tiene un único pero muy poderoso argumento, según es mi opinión: Si disminuyes a tu adversario para vencerlo nunca sabrás qué tan grande eres. Yo no soy sociólogo ni mucho menos pero mi impresión es que el fomento institucional y consuetudinario del orgullo hace parte de las sociedades en las que las reglas son más respetadas. Al parecer, cuando un ser humano construye un concepto muy alto e individualista de sí mismo incluye en ese concepto sus principios, que en buena parte provienen de las reglas de la sociedad en que vive. El efecto final es que la gente se acostumbra a trabajar por sus metas respetando las reglas, aunque con la clara esperanza de que esas mismas reglas le demuestren todo lo grande de su autoimagen. Este sistema resultó extraordinariamente eficaz para el Imperio Británico y de algún modo se ha extendido adonde ese mismo Imperio ha llegado.

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Una parábola mil veces repetida

Los norteamericanos, cultores de la eficiencia en tantas cosas, han resultado especialmente eficientes en transmitir un ideal de vida, una especie de “parábola” de lo que significa triunfar y ser feliz. Es mi opinión que esta parábola, mil veces repetida, constituye el corazón mismo del sueño americano.

Los elementos típicos de la parábola son:

1. Un problema, negocio, desafío o aventura (estos cuatro son casi sinónimos en el subconsciente de los EEUU).

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Los Estados Unidos de América

Ya de vuelta en Dublín, miro con gratitud el tiempo que Dios me concedió en los Estados Unidos, por todo lo vivido y aprendido.

Es un país gigante, atractivo, amigo de la apariencia tanto como de la eficiencia; pragmático, crispado, adolescente perpetuo, orgulloso de sus logros, cínico y noble, comerciante descarado; tierra en continua ebullición, país guerrero por vocación, amplio y anónimo, amigo del ahorro y del desperdicio, capaz de cualquier culto y de cualquier anonimato; país esquivo y cortés, procaz con un dejo de inocencia, sorpresivo, ágil, respetuoso y entrometido a la vez, sencillo en sus bases y sobrabundante en sus logros, idólatra del número uno y del puesto primero; y por encima de todo: rescoldo, el más vigoroso, de ese proyecto que un día pudo enamorar a toda Europa: el sueño del progreso continuo.

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Año electoral

El tiempo en casa de Catherine y Linda ha servido no sólo para aprender sobre Lonergan. Este año el tema candente en los Estados Unidos son las elecciones presidenciales. Y aunque es verdad que mucha gente se hace a un lado y, como dicen los españoles, �pasa� del tema, también hay muchos otros que saben que en noviembre se deciden muchas cosas que pueden implicar a países enteros.

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Menos por Menos da Más

El primer misterio matemático grande que yo recuerde haber aprendido en el colegio fue aquella famosa ley de los signos: “al multiplicar, signos iguales, dan más; signos distintos, dan menos.” Según eso, “más por más, da más“, pero también, “menos por menos, da más.

No vamos aquí a discutir las bases o las aplicaciones de esta ley, sino a presentar una aplicación muy particular (y analógica) de ella. Quiero referirme a Irlanda.

La premisa básica es: las condiciones de geografía de una isla grande generan un modo particular de sicología, por darle un nombre, que no se equipara a lo que sucede en un Continente o en una isla pequeña.

El tamaño importa porque una extensión de tierra habitable, que sea continua y a la vez muy grande, presentará probablemente variaciones culturales lo suficientemente pronunciadas como para disminuir la velocidad con que se hacen públicamente aceptables y aceptadas unas ciertas ideas o costumbres.

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Pulso de gigantes

Mi país, Colombia, recibió desde comienzos del siglo XVI una imborrable influencia de España. A finales del siglo XVIII se propagaron con fuerza los ideales libertarios de matriz masona, y así se dio la emancipación de la corona española, a comienzos del siglo XIX. Los burgueses ilustrados que asumieron el gobierno tenían como referencia primera sus lecturas de los grandes de la Ilustración francesa. Mientras en Colombia ellos todavía discutían cómo gobernar, si con un modelo federal o con uno centralista, el poderío norteamericano se afianzaba. La secesión de la actual Panamá vino a mostrar, al mismo tiempo, el alcance de la garra del águila estadinense y la brumosa identidad de la Colombia que sin apercibirse ya tenía que saludar el siglo XX.

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¿Cuánto nos modela la geografía?

Una de las grandes bendiciones de encontrarse en otro lugar, a miles de kilómetros de las tierras que uno ha conocido en la infancia y la juventud, es una especial sensibilidad por la geografía. Es verdad que por obra de la globalización uno puede tomar jugo de naranjas españolas al desayuno, degustar uvas francesas al almuerzo, acompañado por bananos de Costa Rica, en una mesa adornada con flores de Colombia. El vino de la misa es portugués y quizá no falte un poco de Schwarzbröte alemán. Todo eso está bien, y los almacenes especializados en importación se multiplican (¿alguien quiere jugo de zanahorias hidropónicas de Japón, por casualidad?). Pero hay algo que está ligado a la tierra, al lugar, a la geografía.

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Otros modos de terminar el año

La cultura afroamericana de los Estados Unidos ha institucionalizado un tipo interesante de celebración para recibir el nuevo año. Se llama Kwanzaa. Los fundadores de esta iniciativa, que parece tener cierta fuerza, lo describen como “Una celebración de la familia, la comunidad y la cultura.” No tiene un carácter religioso aunque, como veremos, sí implica “tocar el alma.”

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Humor Irlandés

Uno de los apellidos más comunes en Irlanda es Murphy –sí, como en la mundialmente famosa “Ley de Murphy“–. Y dicen algunos irlandeses que esta Ley se debe a uno de los suyos, mientras que la respuesta que ofrece una investigación en Yahoo es que el Murphy de la ley fue Edward Murphy, un ingeniero que trabajaba en la base Edwards (California, Estados Unidos). Es probable que el Murphy irlandés, haciendo gala de su propia ley, haya tenido tan mala suerte que hasta haya perdido la autoría de su ley, no sabemos…

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No es de alegrarse, pero…

La Constitución Europea es un feto abortado. Uno más. Uno entre muchos.

Las circunstancias, a pesar de la cortesía, dejan ver las tensiones de fondo. Es cosa embarazosa ver a gente tan ilustre y elegante echarse culpas mutuamente. Periodista Digital del 14 de septiembre de 2003 lo refleja con crudeza muy española: “Empantanados en la lucha por el reparto del poder, los líderes europeos de los 25 (los Quince más los diez candidatos) fueron incapaces de pactar el texto de la primera Constitución europea y se fueron a casa lanzándose entre ellos todo tipo de amenazas.” Quizá las cosas se pueden decir con más diplomacia pero no cabe duda de un punto: se trataba de asegurar poder.

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¿Y qué quieren los que no quieren a Bush?

Hace unos años le preguntaban al conocido humorista Quino si era más fácil o más difícil hacer reír y pensar ahora o antes, especialmente haciendo contraste con la época de las dictaduras latinoamericanas. Y el hombre dijo algo como esto: “aquellos dictadores eran tan serios que resultaba atrayente y casi obvio burlarse de su postiza importancia; los que detentan el poder hoy a menudo son tan payasos, que cuesta hacerles decir algo ridículo que todavía no hayan dicho.

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Cuadro particular

Hay personas que viajan por breve tiempo a otro país. Son los turistas. Se pueden abrir por completo a la experiencia que van a vivir por unos pocos días o semanas y absorber como esponjas un alud de sensaciones, palabras y costumbres nuevas. Saben que la única manera de aprovechar su corta estadía es recibir al máximo.

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¿Dublín o Madrid?

Irlanda tiene fama de país frío. Con razón, si pensamos en los acantilados del este azotados en estos días por vientos a veces cercanos a los 100 km/h. Y con razón también si pensamos en el sol acostándose tan temprano (4:30 pm) y levántandose tan tarde (casi 9 am). Mas hay otros factores que afectan. Irlanda se alcanza a beneficiar de la Corriente del Golfo de México, que modera la temperatura del Atlántico. Esto hace que Dublín tenga un clima que se enfría menos que otros lugares en invierno y se calienta menos que otros lugares en verano.

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