Así se declaró el dogma de la Inmaculada Concepción

Después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las públicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo, implorando el auxilio de toda corte celestial, e invocando con gemidos el Espíritu paráclito, e inspirándonoslo él mismo, para honra de la santa e individua Trinidad, para gloria y prez de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y aumento de la cristiana religión, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra: declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano. Por lo cual, si algunos presumieren sentir en su corazón contra los que Nos hemos definido, que Dios no lo permita, tengan entendido y sepan además que se condenan por su propia sentencia, que han naufragado en la fe, y que se han separado de la unidad de la Iglesia, y que además, si osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho.

Papa Beato Pío IX, Encíclica Ineffabilis Deus, del 8 de Dciembre de 1854.

Resumen textual de las apariciones de Fátima

“Desde el 13 de mayo de 1917 la Sma. Virgen María se apareció por seis veces en Fátima (Portugal) a tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. En un hermoso libro titulado “Memorias de Lucía” (cuya lectura recomendamos) la que vio a la Virgen cuenta todos los detalles de esas apariciones…”

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Un centenario que no pasó desapercibido

Los 100 años de las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, han marcado una huella profunda en el corazón de millones de católicos, y seguramente han despertado una saludable inquietud en personas de otras creencias o pensamiento. Por muchas razones Fátima es buena noticia:

1. Porque nos recuerda que la santidad es real y que tiene su comienzo natural en la infancia y la juventud. La canonización de Jacinta y Francisco significa mucho en ese sentido.

2. Porque nos recuerda la seriedad con la que hemos sido amados y nos invita entonces a tomar en serio nuestra vida cristiana con toda su dimensión de eternidad.

3. Porque centra nuestro corazón en lo básico y primero de la vida cristiana: oración, conversión, penitencia, sentido de eternidad, impacto del Evangelio en la vida privada y pública.

4. Porque advierte del peligro del marxismo y así también nos prepara para desesmascarar y combatir los neomarxismos de nuestro tiempo, como la ideologia de género.

5. Porque nos da un camino práctico, firme y probado de afianzar nuestra fe cristiana y crecer en ella: el Santo Rosario.

Tres mensajes de la Virgen de Chiquinquirá para hoy


Predicación especial en la Catedral Primada de Colombia, con motivo de la vista del Papa Francisco: (1) La Virgen se manifestó en primer lugar a una española, María Ramos, y un niño indígena, Miguel: los llamados “conquistadores” y los “conquistados” caben bien en el Corazón de la Madre de Cristo, en quien se restablece el orden de Dios. (2) María Ramos era una mujer separada; su amistad con la Virgen Santísima le ayuda a superar la frustración y toda tentación de venganza. (3) Las oraciones de esta piadosa española se derramaron durante mucho tiempo ante un lienzo que parecía vacío. Su devoción parece un acto tonto y loco; pero luego uno ve que vivir el Evangelio siempre parece loco y tonto, y sin embargo en él está nuestra verdadera victoria.

Plenitud de mujer en Dios

La Biblia presenta Los dones propios de la mujer, en su cuerpo y en su alma, a través del ejemplo de personas concretas, como la reina Esther, que con su fuerza de intercesión salvo a todo el pueblo.

La Virgen de Fátima y el demonio

“Las operaciones satánicas están dirigidas al intento de destruir toda la obra de Dios. Particularmente al ser humano. Ahora bien, como todo lo que hace el ser humano no queda en la pura individualidad, porque somos seres «sociales», tenemos que las acciones individuales tienen efectos sociales y políticos…”

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Conexión de corazón a corazón

La identificación profunda entre el pueblo sencillo y la Virgen María es algo que maravilla a los creyentes y deja perplejos a los críticos de la religión. Es algo que se ve en cada festividad mariana, como por ejemplo, en las celebraciones de la Virgen del Carmen.

En efecto, si lo piensas bien, todo lo que brilla en María es lo contrario de lo que el mundo idolatra.

El mundo nos habla de soberbia y de egoísmo, como camino único hacia el éxito; María presenta el camino de la humildad y la sencillez.

El mundo se rinde ante los placeres sobre todo los de la carne; María es espejo de pureza y virginidad perpetua y perfecta.

El mundo corre detrás del lucro y las riquezas; María llevó su vida en el despojo de una aldea desconocida por muchos y despreciada por no pocos.

El mundo quiere que la vida sea una fiesta interminable; María permanece fiel junto a la misión de su Hijo, y luego a los pies de su Cruz.

El mundo pretende llamar felices sólo a los que brillan con su protagonismo y prestigio; María es tan discreta que el final mismo de su vida no aparece en las páginas de la Escritura.

Por eso Ella es admirable para unos e imposible de entender para otros.

Y mientras los reinos de este mundo suben y luego caen con estrépito, las palabras proféticas de la Virgen María se siguen cumpliendo: “Me llamarán bienaventurada todas las generaciones” (Lucas 1).

Pensando en Maria

“Mayo es el mes de la Virgen María. Madre de Dios, Madre de Jesús, Madre la Iglesia. Madre de todas las madres. El gran modelo para la mujer que quiere tener un corazón y una forma de ser tal y cómo Dios lo desea…”

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Los niños santos de Fátima

Padre Fray Nelson: con motivo del viaje del Papa a Fátima, y la ceremonia de canonización de los niños Francisco y Jacinta, muchos medios de comunicación enfatizaban el hecho de que estos eran los niños más chicos, no mártires, que la Iglesia había declarado santos. Me pregunto si cuando se trata de niños, la Iglesia tiene un proceso especial, y en todo caso cómo es el procedimiento para que lo canonicen a uno. Gracias. –J.R.R.

* * *

El procedimiento es idéntico, aunque se trate de menores de edad. Y esto es lo notable en la santidad de Jacinta y Francisco Marto. Aciprensa trae un buen resumen del camino hacia la canonización, para todos los interesados:

Al canonizar a ciertos fieles, es decir, al proclamar solemnemente que esos fieles han practicado heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad a la gracia de Dios, la Iglesia reconoce el poder del Espíritu de santidad, que está en ella, y sostiene la esperanza de los fieles proponiendo a los santos como modelos e intercesores (cf Concilio Vaticano II, Lumen Gentium 40; 48-51). “Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia” (Exhortación Apostólica Christifideles Laici 16, 3). (Catecismo de la Iglesia Católica, número 828).

Etapas en un proceso de Canonización

Son cuatro pasos:

1. Siervo de Dios.

El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa piden iniciar el proceso de canonización. Y presentan a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona.

La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y dicta el Decreto diciendo que nada impide iniciar la Causa (Decreto “Nihil obstat”). Este Decreto es la respuesta oficial de la Santa Sede a las autoridades diocesanas que han pedido iniciar el proceso canónico.

Obtenido el Decreto de “Nihil obstat”, el Obispo diocesano dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo de Dios.

2. Venerable.

Esta parte del camino comprende cinco etapas:

a) La primera etapa es el Proceso sobre la vida y las virtudes del Siervo de Dios. Un Tribunal, designado por el Obispo, recibe los testimonios de las personas que conocieron al Siervo de Dios. Ese Tribunal diocesano no da sentencia alguna; ésta queda reservada a la Congregación para las causas de los santos.

b) La segunda etapa es el Proceso de los escritos. Una comisión de censores, señalados también por el Obispo, analiza la ortodoxia de los escritos del Siervo de Dios.

c) La tercera etapa se inicia terminados los dos procesos anteriores. El Relator de la Causa nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos, elabora el documento denominado “Positivo”. En este documento se incluyen, además de los testimonios de los testigos, los principales aspectos de la vida, virtudes y escritos del Siervo de Dios.

d) La cuarta etapa es la Discusión de la “Positio”. Este documento, una vez impreso, es discutido por una Comisión de Teólogos consultores, nombrados por la Congregación para las Causas de los Santos. Después, en sesión solemne de Cardenales y Obispos, la Congregación para las Causas de los Santos, a su vez, discute el parecer de la Comisión de Teólogos.

e) La quinta etapa es el Decreto del Santo Padre. Si la Congregación para las Causas de los Santos aprueba la “Positio”, el Santo Padre dicta el Decreto de Heroicidad de Virtudes. El que era Siervo de Dios pasa a ser considerado Venerable.

3. Beato o Bienaventurado.

a) La primera etapa es mostrar al “Venerable” a la comunidad como modelo de vida e intercesor ante Dios. Para que esto pueda ser, el Postulador de la Causa deber probar ante la Congregación para las Causas de los Santos:

– La fama de santidad del Venerable. Para ello elabora una lista con las gracias y favores pedidos a Dios por los fieles por intermedio del Venerable.

– La realización de un milagro atribuido a la intercesión del Venerable. El proceso de examinar este “presunto” milagro se lleva a cabo en la Diócesis donde ha sucedido el hecho y donde viven los testigos.
Generalmente, el Postulador de la Causa presenta hechos relacionados con la salud o la medicina. El Proceso de examinar el “presunto” milagro debe abarcar dos aspectos: a) la presencia de un hecho (la sanación) que los científicos (los médicos) deberán atestiguar como un hecho que va más allá de la ciencia, y b) la intercesión del Venerable Siervo de Dios en la realización de ese hecho que señalarán los testigos del caso.

b) Durante la segunda etapa la Congregación para las Causas de los Santos examina el milagro presentado.

Dos médicos peritos, designados por la Congregación, examinan si las condiciones del caso merecían un estudio detallado. Su parecer es discutido por la Consulta médica de la Congregación para las Causas de los Santos (cinco médicos peritos).

El hecho extraordinario presentado por la Consulta médica es discutido por el Congreso de Teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos. Ocho teólogos estudian el nexo entre el hecho señalado por la Consulta médica y la intercesión atribuida al Siervo de Dios.

Todos los antecedentes y los juicios de la Consulta Médica y del Congreso de Teólogos son estudiados y comunicados por un Cardenal (Cardenal “Ponente”) a los demás integrantes de la Congregación, reunidos en Sesión. Luego, en Sesión solemne de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos se da su veredicto final sobre el “milagro”. Si el veredicto es positivo el Prefecto de la Congregación ordena la confección del Decreto correspondiente para ser sometido a la aprobación del Santo Padre.

c) En la tercera etapa y con los antecedentes anteriores, el Santo Padre aprueba el Decreto de Beatificación.

d) En la cuarta etapa el Santo Padre determina la fecha de la ceremonia litúrgica.

e) La quinta etapa es la Ceremonia de Beatificación.

4. Santo.

a) La primera etapa es la aprobación de un segundo milagro.

b) Durante la segunda etapa la Congregación para las Causas de los Santos examina este segundo milagro presentado. Se requiere que este segundo hecho milagroso haya sucedido en una fecha posterior a la Beatificación. Para examinarlo la Congregación sigue los mismos pasos que para el primer milagro.

c) En la tercera etapa el Santo Padre, con los antecedentes anteriores, aprueba el Decreto de Canonización.

d) La cuarta etapa es el Consistorio Ordinario Público, convocado por el Santo Padre, donde informa a todos los Cardenales de la Iglesia y luego determina la fecha de la canonización.

e) La última etapa es la Ceremonia de la Canonización.

En el año 2005, el Vaticano estableció nuevas normas para ceremonias de beatificación

En octubre del año 2005, La Congregación para las Causas de los Santos dio a conocer cuatro disposiciones nuevas para las ceremonias de beatificación entre las que destaca su celebración en la diócesis que haya promovido la causa del nuevo beato.

Las disposiciones son fruto del estudio de las razones teológicas y de las exigencias pastorales sobre los ritos de beatificación y canonización aprobadas por Benedicto XVI, informa Radio Vaticano.

La primera norma indica que mientras el Papa presidirá los ritos de canonización, que atribuye al beato el culto por parte de toda la Iglesia; los de beatificación –considerados siempre un acto pontificio– serán celebrados por un representante del Santo Padre, normalmente por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

La segunda disposición establece que el rito de beatificación se celebrará en la diócesis que ha promovido la causa del nuevo beato o en otra localidad considerada idónea.

En tercer lugar se indica que por solicitud de los obispos o de los “actores” de la causa, considerando el parecer de la Secretaría de Estado, el mismo rito de beatificación podrá tener lugar en Roma.

Por último, según la cuarta disposición, el mismo rito se desarrollará en la Celebración Eucarística, a menos que algunas razones litúrgicas especiales sugieran que tenga lugar en el curso de la celebración de la Palabra y de la Liturgia de las Horas.

Homilía en el centenario de la Virgen de Fátima

Hoy el Papa Francisco ha canonizado a Francisco y Jacinta, niños santos, videntes de Fátima. Tres enseñanzas: (1) Estos niños, en su sencillez, nos recuerdan el camino de la simplicidad como expresión de la esencia misma del Evangelio. (2) El mensaje que la Virgen les encomienda va en contravía de lo que el mundo exalta y prefiere; pero contradecir al mundo es el único modo de rescatarlo de sí mismo. (3) Las personas escogidas por el Cielo para este importante mensaje son embajadores de los muchos que son olvidados y postergados; y a ellos han de dirigirse en primer lugar nuestro cariño y nuestro servicio de evangelización.

Esta semana se cumplen 100 años de Fátima

El Papa Francisco hará una visita apostólica al Santuario que recuerda las apariciones de la Santísima Vrgen en Fátima, con motivo de los 100 años de la primera de ellas, el 13 de mayo de 1917. Este acontecimiento no debe pasar desapercibido porque nos da claves de lectura muy importantes sobre cómo hoy se siguen utilizando estrategias derivadas directamente del mismo marxismo que la Virgen lamentó y denunció en su momento. Más información hacienco clic aquí.

No se trata simplemente de un asunto político: el neomarxismo es una poderosa herramienta de alteración y dominio de la sociedad a través de la exaltación de grupos que han sufrido injusticias, de modo que una mezcla de compasión, indignación y luego odio produzca la fuerza necesaria para dividir a la misma sociedad y asegurar en el poder a unos cuantos, que se han autodenominado representantes y “liberadores” de los oprimidos. Para Marx estos oprimidos eran los proletarios; para Mao Tse-Tung, los cmapesinos para régimen imperial; para Castro, los explotados por los cultivos de caña; para Hugo Chávez, el pueblo pobre de Venezuela. Pero los frutos son los mismos: sociedades divididas, marcadas profundísimamente por el odio, y una casta que ha subido al poder con astucia y que no saldrá sin un coste inmenso de sangre humana.

El llamado de la Virgen es claro: repito, no se trata en primer lugar de hacer política sino de empezar, cada uno, por una conversión profunda y sincera de nuestros corazones, a partir de la oración y la penitencia.