Una reflexión para saber cuánto valemos como personas

Una reflexión para saber cuánto valemos como personas

El padre le dijo a su hija. “te graduaste con un título excelente, así que te daré este auto que compré hace muchos años. Es muy viejo. Pero antes de dártelo, ve a un concesionario de autos usados en el centro y diles que quieres venderlo y averigua cuanto te pagaran”.

La hija fue a un concesionario de autos usados y regresó y le dijo a su padre: “Son $1,000 dólares porque es bastante viejo”.

Su padre dijo: Llévalo a la casa de empeño esta vez. la hija fue a la casa de empeño y volvió y le dijo: “$100 en la casa de empeños. Es un coche viejo.”

El padre le dijo a su hija que fuera al club de autos y les mostrara el coche. la hija llevó el auto al club de autos y regresó y dijo: “Algunos de los clubes pagan $100,000. Es un coche icónico llamado Nissan Skyline R34, y muchos coleccionistas lo están buscando”.

Así que el padre le dijo a su hija: “En el lugar correcto, tus valores serán juzgados correctamente. No te enojes porque no te evalúan correctamente, es sólo que estás en un lugar diferente. Las personas que te valoran son las que entienden tu verdadero valor. No te quedes con gente que no sabe lo que vales.

Esta historia hay que compartirla

Al final de una gran cena en un castillo inglés, un famoso actor de teatro entretenía a los huéspedes declamando textos de Shakespeare. Después de un rato, se ofreció a que le pidieran alguna pieza extra, por lo que un tímido sacerdote le preguntó si conocía el Salmo 23.

El actor respondió de inmediato:

– “Sí, Padre, lo conozco, y estoy dispuesto a recitarlo con una condición… que después lo recite usted.”

El sacerdote se sintió un poco incómodo, pero accedió a la condición. El actor hizo una bellísima interpretación, con una dicción perfecta: “El Señor es mi Pastor, nada me falta…”

Al final, los huéspedes aplaudieron vivamente, elogiando la interpretación.

Entonces llegó el turno del sacerdote… éste se levantó muy despacio y, tras un momento de silencio, cerró los ojos y recitó lentamente las mismas palabras que momentos antes pronunció el actor.

Esta vez, cuando terminó el sacerdote, no hubo aplausos, sólo un profundo silencio llenó la sala mientras algunas lágrimas comenzaban a brotar.

El actor se mantuvo en silencio unos instantes, después se levantó y dijo:

– “Espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido aquí esta noche… yo conocía el Salmo, pero el sacerdote conoce al Pastor.”

La muerte, por fin explicada

Un hombre enfermo se preparaba para salir del consultorio del médico que le estaba examinando y dijo:

“Doctor, me asusta la muerte…dígame que hay al otro lado”

Muy suavemente el doctor dijo: “No lo se.”

¿Usted no sabe? Usted es católico y no sabe que hay del otro lado?!!!

El doctor tomó la perilla de la puerta…..

Del otro lado se sentían como rasguños y gemidos y…cuando se abrió la puerta, un perro entró en el cuarto, saltó sobre el médico y con gran alborozo le lamía lleno de contento

El médico se volvió hacia su paciente y dijo:

“Vió lo que hizo mi perro? …Él nunca había estado en este cuarto antes. No sabía que había adentro. Solo sabía que su dueño estaba allí y cuando se abrió la puerta, saltó sin ningun temor”

Yo poco se de lo que hay del otro lado de la muerte… pero si se una cosa: Que mi Dueño estará allí y eso me basta!!!

Republicamos: Ni la tristeza

NI LA TRISTEZA

Ni la tristeza ni la desilusión ni la incertidumbre, ni la soledad. Nada me impedirá sonreír.
Ni el miedo ni la depresión,
por mas que sufra mi corazón,
nada me impedirá soñar.

En las tempestades y en los difíciles caminos,
nada me impedirá creer en Dios,
quiero vivir el día de hoy como si fuese el primero, como si fuese el ultimo, como si fuese el único, quiero vivir el momento de ahora,
como si aun fuese temprano,
como si nunca fuese tarde.

Quiero mantener el optimismo,
conservar el equilibrio, fortalecer mi esperanza, recomponer mis energías para prosperar en mi misión
y vivir alegre todos los días de mi vida.

Quiero caminar con la seguridad que llegaré,
quiero luchar con la seguridad que venceré,
quiero buscar con la seguridad que encontraré,
quiero saber esperar para poder realizar los ideales de mi ser, en fin …
quiero dar lo máximo de mí para vivir intensamente
y maravillosamente todos los días de mi vida…
nada es mas fuerte que el deseo de vivir.

“De alguna manera,
el gozo que damos a los demás
es el gozo que nos viene de vuelta.
Y entre más invertimos en bendecir a los pobres, solitarios y tristes, más gozosas posesiones
del corazón nos son retribuidas”.

Para buscar pues, la calma interior,
no vayan donde todo es calma sino donde no hay paz,
y sean ustedes la paz.

De esta forma la encontrarán al darla,
y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.

Autor: John Greenleaf Whittier. Enviado por Piera S.

Aprendamos del Arca de Noé

Todo lo que necesito saber lo aprendí del Arca de Noé.

UNO: No pierdas el barco

DOS: Recuerda que todos estamos en el mismo barco.

TRES: Planea con tiempo. No estaba lloviendo cuando Noé construyó el arca.

CUATRO: Mantente en forma. Cuando tengas 60 años, alguien podría pedirte hacer algo realmente grande.

CINCO: No hagas caso a las críticas; sólo haz el trabajo que debe ser hecho.

SEIS: Finca tu futuro en tierra alta.

OCHO: La velocidad no siempre es ventajosa. Los caracoles estaban a bordo junto con los chitas.

NUEVE: Cuando te encuentres estresado, flota por un rato.

DIEZ: No todo es estudios. Recuerda, el arca fue contruída por principiantes, el Titanic por profesionales.

ONCE: No importa la fuerza de la tormenta, cuando estás con Dios, siempre hay un arcoiris esperándote.

Recordando al P. Loring

La gente valora tres cosas:
Lo útil, lo hermoso y lo alegre.

Lo útil porque es práctico.
Lo hermoso porque es agradable.
Lo alegre porque es divertido.

Pues estas tres cosas las otorga la fe católica practicada.

¿Hay algo más práctico que el pasaporte para una felicidad total y eterna?

¿Hay algo más hermoso que la belleza espiritual?
Un belleza corporal, en un carácter egoísta y caprichoso, es repelente.
Y una belleza espiritual, incluso en un cuerpo no bello, resulta atractiva.
Lo físico atrae, pero la virtud enamora.
El santo católico es lo más maravilloso que existe.

¿Hay algo más alegre que una pureza limpia?
Madrid se vio distinto con la alegría de los jóvenes de la JMJ. Y hay un dato muy importante.

El extraordinario escritor Eulogio López en el Boletín especial de Hispanidad del 24 de septiembre de 2011, en INTERNET, dice que dos redactores del periódico anticatólico PÚBLICO recibieron la orden de hacer una investigación en la farmacias madrileñas para publicar un artículo titulado LA VENTA DE CONDONES SE DISPARA DURANTE LA JMJ.

Pero no pudo ser porque el resultado de la investigación fue que no se vendieron más sino menos. ¡Y Madrid estaba invadido por más de un millón de jóvenes católicos! ¡¡¡QUÉ LECCIÓN!!!

¡¡¡ JÓVENES PUROS Y ALEGRES!!!

(Colaboración del P. Jorge Loring, S.J. –Bendito sea Dios, un gran jesuita, que sí los hay.)

La historia de un canasto de carbón

EL CANASTO DE CARBÓN

Se cuenta la historia de un anciano que se mantuvo en una granja en las montañas de Kentucky oriental con su joven nieto.

Cada mañana, el abuelo se sentaba temprano en la mesa de la cocina para leer su vieja y estropeada Biblia.

Su nieto, que quería ser como él, intentó imitarlo de cualquier manera.

Un día el nieto preguntó: “Abuelo, yo intenté leer la Biblia, me gusta pero yo no la entiendo, y lo que logro entender se me olvida en cuanto cierro el libro. ¿Qué hay de bueno en leer la Biblia?” Preguntó el nieto.

El abuelo calladamente dejó de echar carbón en la estufa y dijo: “Baja el canasto de carbón y ve al río y tráeme un canasto de agua”.

El muchacho hizo tal y como su abuelo le dijo, aunque toda el agua se salió antes de que él pudiera volver a la casa.

El abuelo se rió y dijo: “Tendrás que moverte un poco más rápido la próxima vez”. Y lo envió nuevamente al río con el canasto para intentar de nuevo.

Esta vez, el muchacho corrió más rápidamente, pero de nuevo el canasto estaba vacío antes de que llegara de vuelta a casa.

Ya sin respiración, le dijo a su abuelo que era “imposible llevar agua en un canasto”, y fue a conseguir un balde a cambio.

El anciano dijo: “Yo no quiero un balde de agua”; yo quiero un canasto de agua. Tú puedes hacer esto. Tú simplemente no estás intentando lo suficiente”. Y salió a la puerta para mirar la prueba del muchacho de nuevo.

A estas alturas, el muchacho sabía que era imposible, pero quería mostrar a su abuelo que aun cuando corriese tan rápido como podía, el agua se saldría antes que llegase a la casa.

El muchacho sacó el agua y corrió fuerte, pero cuando llegó donde su abuelo el canasto estaba de nuevo vacío.

Ya sin poder respirar, dijo: “¡Mira, abuelo, es inútil!”

“¿Por qué piensas que es inútil?” Dijo el anciano; “mira dentro del canasto”. El muchacho miró el canasto. Y por primera vez comprendió que el canasto parecía diferente. En lugar de un sucio canasto carbonero, estaba limpio.

“Hijo–dijo el abuelo, esto es lo que pasa cuando tú lees la Biblia. Tal vez no puedes entender o recordar todo, pero cuando la lees, te cambiará el interior.

Esa es la obra de Dios en nuestras vidas. Para cambiarnos desde adentro y lentamente transformarnos en la imagen de su Hijo”

“En efecto, la Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseo y los pensamientos más íntimos.” (Carta a los Hebreos 4,12)

Consejo útil en la juventud

Un sabio viejo dijo a un jovencito: Arranca este árbol. Era muy pequeño y lo arrancó. Ahora arranca ese otro árbol. Era ya crecidito y le costó bastante arrancarlo. Arranca este otro. Lo arrancó; pero no solo, sino con la ayuda de otro compañero. Mandóle arrancar otro árbol; pero ya no pudo ni él solo, ni ayudado por los demás. Jovencitos, ¿sabéis qué significa esto? Ahora sois como arbolitos. Ahora podéis quitar vuestros defectos. Es cosa fácil. Cuanto más aguardéis, será peor, porque será más difícil. Quitad, quitad pronto los defectos del corazón.

Lo que le pasó a algún arquitecto

Cuentan que a un arquitecto que trabajaba en una gran empresa constructora, le encargaron un importante proyecto. Contaría con un gran presupuesto y con libertad suficiente para sacar a flote todo su genio artístico.

Con gran ilusión empezó a diseñar y a dar las primeras órdenes para la compra de materiales.

Y, claro, pensó que, con tanto dinero disponible, si en los materiales interiores, en los que no se ven, empleaba algunos de peor calidad, él se podría quedar con lo que no se gastaba. Nadie se enteraba y todos ganaban. En apariencia, ¡claro!

La construcción seguía su curso y cada vez más el arquitecto se sentía tentado de racanear en el precio de las cosas. Prefería menos calidad y más ganancia para él.

Y llegó el día esperado de la inauguración. Se preparó una gran fiesta y la expectación era enorme por ver el resultado. Sin más dilación, el discurso del presidente de la empresa se centró en el maravilloso trabajo del arquitecto. Y que, por ello, se merecía lo mejor. Por ello, el obsequio de la empresa como recompensa al trabajo realizado fue, ¡¡el edificio que había construido!!

Que oportunidad de haber empleado lo mejor en esta obra. ¡Y cómo iba a saber él que ese edificio era el premio a su trabajo! Hubiera empleado lo mejor de lo mejor, incluido en los materiales que no se ven.

Lo mismo nos pasa con la sociedad. No nos preocupamos de la calidad de los elementos que la conforman. No nos preocupamos de su célula básica: la familia.

Nos creemos que con tener personas para cubrir la siguiente generación es suficiente. Y que las familias tiren como puedan. Más importante es que trabajen y que coticen. Recaudar es lo más importante.

Sin embargo, no nos damos cuenta de que cómo tratemos y consideremos a la familia y a las personas que la conforman es como será la sociedad.

[Publicado primero en Actuall.]

El niño de 14 años que soñó con restaurar su parroquia

La admiración que David Fernández Cuesta siempre ha profesado por el artesonado de la iglesia de su pueblo –Valcabado del Páramo (350 habitantes)–, y su pésimo estado de conservación, le llevaron a embarcarse en un proyecto con un presupuesto superior a los 100.000 euros y cuyo objetivo era la restauración de la pieza mudéjar que data del siglo XVI. Sin embargo, su empeño puede terminar revitalizando turísticamente este pequeño trozo de la España vacía con la creación de la ruta del artesonado mudéjar, que incluiría nueve localidades del sur de la provincia de León. Pero lo que está a punto de conseguir Fernández Cuesta es más significativo todavía, teniendo en cuenta que todo el proceso lo comenzó con tan solo 14 años y en la actualidad no supera las 19 primaveras.

«Yo nunca había visto un techo de madera como el de la parroquia de mi pueblo. Otras iglesias en las que entraba tenían su altar, su retablo, sus esculturas, pero quizá por ignorancia creía que aquel artesonado era solo propio de Valcabado», explica el joven a Alfa y Omega. El orgullo de poder asistir a Misa bajo una pieza de estas características, y las malas condiciones en las que se encontraba el artesonado, hicieron que el joven castellanoleonés se pusiera manos a la obra para su rehabilitación.

Lo primero que hizo fue trasladar su inquietud a la gente del pueblo. «Me decían que sí, que era una pena que estuviera así, pero que ya habían intentado pagar la restauración entre todos y que era mucho dinero». Entonces, a David se le ocurrió tratar de implicar a los medios de comunicación: «Yo veía que en la televisión salía mucha gente denunciando su situación: que si okupas, que si desahucios, que si… Pensé que nosotros podíamos hacer lo mismo, y escribí sin muchas esperanzas al Diario de León, el único periódico que conocía un poquito más, para que se hiciera eco del estado de conservación en el que estaba el artesonado y para que nos ayudara a difundir nuestra iniciativa por toda la provincia». Para su sorpresa, el periódico respondió afirmativamente y sacó un página entera con mención en portada contando la intención del adolescente.

Tras la repercusión mediática, David Fernández buscó el apoyo de otro vecino del pueblo, Roberto Carro, y ambos se fueron a pedir ayudar a las instituciones: la diputación, la junta, el obispado… «Todos nos reconocían que el artesonado estaba en muy malas condiciones y que había que restaurarlo, pero nos pedían que el pueblo pusiese su granito de arena. No podían destinar un tercio del presupuesto total para la conservación del patrimonio que manejan entre la diputación y el Obispado de Astorga para el artesonado de un solo pueblo. A nosotros nos pareció comprensible y decidimos dar el primer paso», recuerda el joven.

De acuerdo con las autoridades municipales, desde el pueblo se empezó a dedicar la recaudación de todas las actividades que habitualmente se organizaban para sufragar el trabajo de otras asociaciones externas al proyecto de restauración del artesonado. «Hicimos varias actividades, como una pequeña San Silvestre, una obra de teatro… y logramos recaudar 1.000 euros. Este dinero lo reinvertimos y con él grabamos un vídeo profesional para tratar de difundir aún más el proyecto y recaudar todavía más dinero».

Con este material «nos pusimos en contacto con la asociación Hispania Nostra», que se dedica al micromecenazgo para la conservación del patrimonio cultural, «y lanzamos con ellos una campaña de crowdfunding». Hasta ahora han recaudado más de 24.300 euros y tienen esperanza de que, antes de que se cierre la campaña el próximo 19 de enero, se alcancen los 30.000 euros, lo que supone un tercio del presupuesto total de la restauración.

(Noticia publicada por Alfa y Omega, de la Arquidiócesis de Madrid)

A los 108 años de edad, teje para ayudar a madres sin recursos

Según informa el diario El Faro de Vigo, hasta hace poco Lulú Vázquez de Silva, que tiene 108 y cumplirá 109 el próximo 29 de marzo, se reunía todos los días con sus amigas en la Misa de 12 en la parroquia de San Francisco. Sin embargo, ahora que se ha reducido su movilidad visita la iglesia de San Bartolomé que le queda mucho más cercana a su casa.

Fue en la iglesia de San Francisco donde Carmen Calvar, una de las voluntarias de RedMadre, le explicó por primera vez a Lulú cuál era el servicio de esta asociación que apoya a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.

Lulú enseguida decidió colaborar tejiendo. “Ayudar le gusta a cualquiera. Siempre es algo bueno”, precisa. De esto hace ahora dos años y Lulú desde entonces ha tejido decenas de patucos (zapatitos de lana), toquillas, bufandas… Todo lo que considera necesario para los niños de madres con pocos recursos o en situación de vulnerabilidad.

Asegura que con su edad “cada día cuenta”, y por eso, mientras estaba siendo entrevistada, Lulú seguía tejiendo unos patucos para ayudar a las madres que más lo necesitan.

(Aciprensa)

El mejor regalo de Navidad

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados en cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.

Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre.

Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra. Terminando la historia, le dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído conmigo pues no habían servilletas de colores en la cuidad.

Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora Americana al irse de Rusia, fue usado para la frazada del bebé. Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.

Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda. Parecía ir todo bien hasta que llegue a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha. Lucía tener alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto. Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver no uno, pero dos bebés en el pesebre. Enseguida llame al traductor para que le preguntara al chico porque habían dos bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.

Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre. Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la historia diciendo, ” y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le dije, “no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con El. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé que podría darle de regalo. Pensé que si lo pudiera mantenerle caliente, eso fuera un buen regalo.

Le pregunté a Jesús, ” Si te mantengo caliente, sería eso un buen regalo?”Y Jesús me dijo, “Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado”.Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con El… para siempre.”Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes. Poniendo su mano sobre su cara bajo su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba.El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo abandonaría o lo abusara, alguien quien se mantendría con el…PARA SIEMPRE.Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, si no, a quien uno tiene en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús de veras le invitó a estar junto a El PARA SIEMPRE. Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño.

Autor Desconocido, traducido y modificado por el equipo SCTJM

Razones para obrar en la adversidad

“Afortunadamente, han quedado muy atrás aquellos moralismos austeros de otros tiempos, con esa exagerada exaltación del sacrificio y con desproporcionados sentimientos de culpa. Ahora, sin embargo, habría que preguntarse: ¿es posible vivir rectamente sin sacrificio y sin una adecuada noción de culpa?”

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¿Cómo enfrentas la adversidad?

Una hija hablaba con su padre y se quejaba de la vida, lamentándose de que las cosas no le salían bien. No sabía qué hacer para seguir adelante. Se sentía sin fuerzas y a punto de rendirse. Estaba cansada y harta de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado. Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. Ya no podía más.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las puso sobre el fuego. Cuando el agua de las tres ollas empezó a hervir, puso en una zanahorias, en otra colocó huevos y en la última granos de café.

Las dejó hervir y se quedó mientras tanto en silencio. Simplemente se limitó a sonreír a su hija, mientras esperaba a que las tres ollas acabaran su proceso.

La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.

Después de unos veinte minutos el padre apagó el fuego.

Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.

Mirando a su hija le dijo: -Querida, ¿qué ves?

-Huevos, zanahorias y café, respondió.

Hizo que se acercara y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas.

Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.

Luego le pidió que probara el café, ella después de tomar un sorbo, sorprendida e intrigada a la vez, preguntó: ¿Qué significa todo esto, padre?

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: “agua hirviendo”Pero que los tres habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura; pero después de pasar por el proceso había quedado blanda y fácil de deshacer.

Los huevos habían llegado al agua siendo frágiles, su delicada cáscara protegía su interior; pero después de estar en el agua hirviendo, se habían endurecido.

Los granos de café, después de estar en el agua hirviendo, habían teñido el agua.

-¿Cuál de los tres elementos eres tú?… Cuando la adversidad llama a tu puerta… ¿Cómo respondes?

Le preguntó a su hija.

-¿Eres como una zanahoria que parece fuerte pero cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

-¿Eres como un huevo, que comienza con un corazón frágil, con un espíritu fluido, pero después de una pérdida de un ser querido, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible?

Por fuera todo sigue aparentemente igual, pero por dentro estás amargada y rígida; y tu espíritu y corazón se han endurecido.

-¿O eres un grano de café? Que es capaz de aprovechar la adversidad y lo que le causa dolor y justo cuando el agua llega al punto máximo de ebullición, es capaz de desprender su mejor sabor y aroma.

Dios quiera que seas como el grano de café, que cuando las cosas se ponen mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor mejoren.

Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y a todas las personas que te rodean.

“Que puedas siempre esparcir e irradiar con tu fuerza, optimismo y alegría el “dulce aroma del café”, para que nunca pierdas ese olor grato que solo tú y quien es capaz de atravesar por las más duras circunstancias sabe transmitir a los demás”

Enviado por A. Rojas.