¿Por qué no cree el cristiano en la reencarnación?

“La integridad de la persona humana (cuerpo y alma en la vida presente y la futura) ha sido y sigue siendo uno de los aspectos de la revelación divina más difíciles de entender. Son todavía actuales las palabras de san Agustín: «Ninguna doctrina de la fe cristiana es negada con tanta pasión y obstinación como la resurrección de la carne» («Enarrationes in Psalmos», Ps. 88, ser. 2, § 5). Dicha doctrina, afirmada constantemente por la Escritura y la Tradición, se encuentra expresada de la manera más sublime en el capítulo 15 de la Primera carta de San Pablo a los Corintios. Y es declarada continuamente por los cristianos cuando pronuncian el Credo de Nicea: «Creo en la resurrección de la carne». Es una expresión de la fe en las promesas de Dios…”

No reencarnación

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¿Qué hace que un acto sea bueno?

Mi pregunta está relacionada con este caso: Un medico descubre una vacuna que salva millones de seres humanos… que hace que ese acto sea bueno?… si viene por ejemplo de alguien que es ateo que no cree en Dios.. lo hace bueno por hace el bien? por la cantidad de gente que ayuda? por que Dios intrinsicamente esta ahi como esta en TODAS partes y sucesos? si ese medico ademas de ateo es el ser mas egoista del universo y solo lo hizo por ganar millones… sigue siendo un acto bueno de acuerdo a la voluntad de Dios? Porque en la esfera espiritual, es facil decir si no viene de DIOS; si no hacemos su voluntad… ¿Pero en la otra esfera? Gracias. -JP.

No hay dos esferas. Preguntamos qué hace bueno un acto. La respuesta de Santo Tomás creo que sigue siendo válida: depende de la suma de tres factores: (1) el “objeto,” o sea, qué hizo la persona; (2) la “intención,” es decir, qué pretendía lograr con lo que hizo; (3) las “circunstancias,” esto es, qué repercusiones tendrá ese acto en el contexto y la situación en que se realiza.

Tomemos el caso del ateo que, llevado por la codicia, difunde una vacuna que salva millones de vidas. Suponemos que las circunstancias están a favor de la bondad de esa difusión. El objeto conseguido es claramente bueno. La intención está viciada; no es buena. Pero hagamos esta pregunta: Si el ateo se da cuenta de que su propia intención es pura codicia, ¿qué es mejor, que difunda o que no difunda su descubrimiento? Uno ve que para la Humanidad es mejor que sí lo difunda, aunque su intención no sea ni mucho menos perfecta. Por eso dice Santo Tomás que al preguntar por el acto en sí lo decisivo es el OBJETO, incluso más allá de la intención.

Hay otro factor que le da primacía al objeto. Según el mismo autor, la repetición de actos buenos crea “hábitos” buenos. Los hábitos ya no son puntos aislados en la historia de una vida, sino que son trazos o rasgos que se van haciendo parte de nuestro propio ser. En ese sentido, el hacer muchos actos buenos lleva potencialmente a amar el bien, y a transformar el corazón hacia la bondad en su manera de obrar.

Es interesante ver que en su diálogo con agnósticos y ateos, el Papa Francisco ha seguido esta línea, que es más bien clásica, como se ve por el autor que he mencionado, Santo Tomás. Como de costumbre, se han entendido mal sus palabras por parte de lagunas personas, pero creo que es legítimo interpretar lo que él dice de la siguiente forma:

“Aunque seas ateo o agnóstico, y aunque no tengas una motivación espiritual o sobrenatural para realizar lo que los creyentes afirmamos que es bueno, busca con la sinceridad de tu conciencia y con la luz de tu inteligencia el bien que puedes hacer [o sea, concéntrate en el OBJETO bueno]. A medida que vayas caminando [el verbo “caminar” es muy importante para Francisco], descubrirás que un bien que toma raíz en tu vida reclama otro bien, incluso mayor; en ese camino muy probablemente nos encontraremos, porque nuestra fe es que Dios es el Bien absoluto.”

La supuesta encuesta del Vaticano sobre gays y divorciados

¿Con esta insólita encuesta que está enviando el Vaticano a todo el mundo está la Iglesia preparando un cambio en su enseñanza sobre algunos temas morales, padre Nelson? ¿Está por fin “poniéndose al día” en temas en que la Iglesia ha ido siempre a la retaguardia y a la defensiva? Le pido una respuesta honesta y no simplemente una defensa de posturas preestablecidas. Gracias. -E.E.

* * *

Lo primero que hay que decir es que no es “insólito” que antes de un sínodo de obispos haya una encuesta. Es la práctica común por una razón muy sencilla: un sínodo acoge a obispos de muchos lugares del mundo y trata temas específicos. Es necesario preparar la reunión de la mejor manera y crear el ambiente que ayude a concentrarse en los temas más urgentes.

Lo segundo es que tampoco es cierto que la encuesta sea “a todo el mundo” como si se tratara de una “consulta a las bases.” Es una encuesta clara y unívocamente dirigida a los obispos. Al usar, seguramente de manera intencional, ese lenguaje de “pregunta a todos,” algunos medios de comunicación están creando la falsa expectativa de que la Iglesia tendrá que acoger la opinión de “la base,” a la manera como un partido político termina cambiando su plataforma ideológica si ve que una aplastante mayoría quiere un viraje. La Iglesia no es una democracia ni sus decisiones se toman por mayoría. La Cruz no fue definida por mayoría. La Eucaristía no salió de una votación. El pretender que hay que evangelizar a todas las naciones no es el fruto de plebiscitos realizados en todas las naciones. Así que quitemos esa idea de que el Papa Francisco “por fin” está democratizando lo que no es democratizable ni tiene por qué serlo.

Lo tercero, ¿tiene la Iglesia que ponerse al día con el mundo, o debe el mundo convertirse al Evangelio? A ver, situémonos en el siglo I. Suponte que eres el apóstol Pablo. Vas a cualquier puerto del mediterráneo y ves todo tipo de prácticas gays, divorcios y brujerías. ¿Tiene Pablo que adaptar lo que cree para que sea “aceptable” por personas que definitivamente disfrutan su modo de vida?

Y lo cuarto, ¿es represivo mostrar el camino del Señor? Decía San Alfonso María de Ligorio: “¿Pesan al ave sus alas? ¡Y sin ellas no puede levantarse!” El camino de la Iglesia no tiene que ser lo que gusta al mundo. Los Papas, incluyendo por supuesto a Francisco, han repetido a todos, y muy particularmente a los jóvenes, que para ser cristiano hay que aprender a ir contracorriente. Lo hizo Jesús. Lo vivieron los apóstoles y los mártires. No se espera algo menos ni más hermoso y noble para nosotros.

¿Realmente es tan malo el Halloween?

Padre Nelson, me llama la atención la cantidad de propaganda católica, presumo yo que de grupos un poco fanáticos, en contra de una fiesta muy tradicional, el Halloween. Yo no tengo nada de satánico ni me interesan los brujos, pero tampoco le veo nada de malo a pasar un rato divertido con algunos disfraces. ¿Realmente es tan mala esa celebración hoy en día? –C.G.

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La respuesta corta es: sí es mala, aunque su veneno no sea directo ni evidente. Es el veneno propio de la complicidad. Hay un ejemplo que creo que es elocuente.

Suponte que a la familia González la guerrilla de las FARC les ha secuestrado el papá. Hace dos años y medio no tienen noticia cierta del paradero de ese hombre, tranquilo y trabajador, que un día les fue arrebatado, y del cual a veces se teme que haya sido muerto, después de torturarlo.

En ese dolor e incertidumbre, sin embargo, la vida sigue, y con motivo del cumpleaños del hijo menor, Julián, que está en la universidad, organizan una fiesta de disfraces. ¿Te parece de buen gusto que un grupo de amigos de Julián lleguen disfrazados “por chiste” de guerrilleros de las FARC? ¿Qué crees que sentiría la familia?

Yo creo que cuando la gente habla de demonios, brujas o satanismo, se imagina que son cosa de chiste y de anécdota. Terrible engaño. El daño que el demonio logra causarnos y sobre todo el que quisiera causarnos no puede ser descrito con palabras. ¿Cómo hacer chiste de eso? ¿Cómo presentar en sociedad al enemigo de todo lo que yo amo, enemigo sobre todo de Cristo, mi Señor y Salvador? ¿Por qué trivializar la muerte y enseñar eso a los niños?

Sin escándalo, sin fanatismo, te puedo decir: aléjate de todo lo que sea Halloween. Más bien oremos pidiendo perdón por nuestros pecados y los del mundo entero.

Pobreza material y vida de santidad

Fray Nelson…tengo una pregunta q hacerle…en realidad me gustaria saber q opina…. ud cree q en la pobreza (material), es decir, en la escaces, es mas facil alcanzar la santidad?….pregunto esto porq he estado leyendo la vida de los santos y la mayoria ha renunciado a sus riquezas…se q la santidad es Espiritual, pero, es como q el dinero y lo material obstruyeran la santidad…es asi?…ud q cree?….gracias!! – A.K.T.

* * *

Las riquezas, sobre todo si son abundantes, traen consigo muchos peligros, tentaciones que serán frecuentes, penetrantes, sutiles, insidiosas. Las principales son: egoísmo, vanidad, creerse mejor, dificultad para pedir ayuda, imaginarse uno que todo se lo merece, prontitud para juzgar los defectos de otros, facilidad para acceder a placeres exóticos o intensos que luego encadenan. No es que sea malo tener riquezas sino que ello está rodeado de lazos y engaños.

La única posibilidad, si uno tiene bienes abundantes es: reconocerse uno mismo necesitado y en peligro; examinar a menudo la conciencia; comprender las dinámicas de injusticia del mundo y luchar contra ellas; hacer ayunos y penitencias por los pecados ocultos de uno mismo, de la familia y de las fuentes de dinero que le proveen; cuidar que las propias riquezas no corrompan el corazón de los hijos o personas a cargo< y sobre todo: usar el poder para servir a la Iglesia, a la evangelización y a ser más y más útil a todos.

Sacerdotes que no dan la comunión de rodillas

Tengo una consulta, en mi parroquia el sacerdote que vino ahora se niega a darnos la comunion de rodillas, ya se le pregunto el porque, y dice que no esta permitido y que es una practica antigua y que el nunca va a dar la eucaristia de esa manera… por otro lado me dijeron que no podemos hacer nada, porque los sacerdotes pueden hacer lo que quieren durante la misa segun les parezca… que piensa usted? es cierto que es asi y que pueden hacer lo que quieren?

* * *

No es cierto que el sacerdote sea “dueño” de la Misa. Tampoco es cierto que esa forma devota de comulgar sea tan “antigua.” Ni es cierto que por “antigua” haya que descartarla (más “antiguo es el hecho mismo de comulgar: ¿lo vamos a descartar por antiguo?). En todo esto el sacerdote está claramente equivocado.

Hay dos caminos a seguir: uno, duro; otro, más suave.

El camino “duro” es ir donde el obispo, acusar al sacerdote, reunir firmas, lograr una carta mandatoria para obligar a que el sacerdote dé la comunión a los que la soliciten de rodillas. A veces esto funciona, supongo, aunque no conozco un solo caso en que sea así. Esta estrategia aumenta la sensibilidad, endurece las partes, crea diferencias insalvables, destruye la confianza y termina llevando hacia situaciones litúrgicas y pastorales peores.

El camino “suave” es este: aun entendiendo que el sacerdote no tiene razón en lo que dice, hay que buscar la manera de construir algo que no sea una guerra de ofensas y prejuicios. Para nuestro orgullo a veces es atractiva la idea de ganar una discusión o triunfar sobre un error ajeno pero esa clase de sentimiento le da poca gloria a Dios y en cambio abre las puertas a muchos desastres.

En realidad, el camino “duro” sólo es necesario si el sacerdote está diciendo herejías o pisoteando la liturgia. Si no es el caso, y uno se siente tentado de tomar ese camino, es preferible irse a otra parroquia.

Si uno se siente capaz de asumir el camino “suave” lo mejor es conocer más la parroquia, integrarse a los grupos o comunidades que haya, primero con un perfil de sencillez y apoyo, y liego de un modo más abierto. A medida que vamos conociendo los rostros, las actitudes, las intenciones reales de las personas los prejuicios se van disolviendo.

Es de desear que ese camino “suave” lleve un día a replantear las cosas no como quien exige de un funcionario público sino como quien habla con un hermano en la fe y un verdadero guía espiritual. Por supuesto, sea cual sea la decisión y el camino, es muy importante orar pidiendo luz para nosotros y para todos.

¿Necesito un sacerdote o necesito un psicólogo?

Mi mamá lleva más de 30 años enferma de algo que le da a la cabeza y no la deja levantar; ha estado miles de veces en las clínicas y no le han dado nunca con lo que tiene. Desde que estoy en este caminar he orado mucho, he pedido oración, pero vuelve y recae… no doy más, yo vivo con ella. Me siento acongojada, siento soledad en mi corazón y necesito oración y guía espiritual.

* * *

Los pensamientos recurrentes de tipo enfermizo, como los que tiene tu mamá, no son simplemente una enfermedad para quien los tiene sino una fuente de enfermedad para las personas que están cerca.

Eso significa que se necesitan estrategias y procedimientos psicológicos muy claros y muy fuertes para estar cerca de una persona que tiene lo que tu mamá tiene. Así como un dolor de muelas se puede mirar desde el punto de vista de la fe pero uno también va al odontólogo, así en un caso de estos es necesario que tú recibas orientación específica sobre cómo afrontar los múltiples desafíos que esto trae. No bastan consejos generales ni “remedios caseros.”

El asunto hay que tratarlo con una serie de citas, evaluando bien qué hay que hacer y qué funciona mejor. Por supuesto, que un profesional o una profesional que conozca este tipo de situaciones te atienda en una SERIE DE ENTREVISTAS implica una inversión económica pero tú te darás cuenta de que es saludable y necesario.

Los sacerdotes en general no tenemos el nivel de formación para tratar adicciones, obsesiones, dificultades de aprendizaje, o superación de estrés post-traumático. Un sacerdote, en general, te dará algunos consejos de sentido común, orará por ti, pero, lo mismo que en el caso de la muela que duele, no va a darte la respuesta que más necesitas. Quizás como una ayuda lateral un sacerdote puede hacer algún bien complementario en una situación como lo que describes.

Prefiero ser bien sincero porque es parte de buscar el mayor bien para ti.

Afrontar la muerte

Buenas tardes Padre. Para mi ha sido todo muy difìcil ùltimamente porque me he estado dando cuenta de todo lo que sucede en el mundo… y mas cercano en Medellìn… Desde que la mamà de mi novio falleciò por un càncer de pulmòn a los 51 años, una mujer joven que me hubiese gustado conocer muchìsimo màs, que se notaba que era feliz y una gran persona y mujer, que no alcanzò a ver lo que màs querìa ver en la vida que era ver a su hijo graduarse… he empezado a abrir los ojos y a entender que en la vida en cualquier momento pasan situaciones desastrosas que nos pueden dar un giro de 180º … siempre le he temido de sobremanera a la muerte de mi familia.. y no me siento en capacidades de afrontarlo en algùn momento. Siempre se me ha dificultado creer en la vida despuès de la muerte aunque siempre he creido bastante en Dios y la Virgen, pero ùltimamente tengo una revoltura en la cabeza que no sè què pensar. Le agradecerìa mucho que me aconsejara y me desenredara un poco la cabeza y el corazòn Gracias por guiarnos a todos en la fe y le pido que ore por nosotros, yo tambièn orarè por usted. — M.I.

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Ante todo: cuenta con esa oración.

Es bueno que sientas alguna dificultad en aceptar una vida después de esta tierra. Esa dificultad es buena en la medida en que te recuerda que esa vida no es una simple prolongación de esta, como si simplemente se cambiara el escenario y continuara la película. Como han explicado varios santos, y entre ellos el primero San Pablo, es inmensa y superior a la mente humana la distancia que separa “esta” vida de “esa” vida.

El problema conceptual mayor es que la vida después de la muerte no tiene tiempo, y por eso es, estrictamente hablando, imposible de imaginar. La imaginación, en efecto, está anclada en las “imágenes” que elaboramos a partir de los sentidos, y estos perciben lo material, que depende por supuesto del tiempo y el espacio. Obviamente eso no aplica para la vida eterna, entonces nuestra gran aliada para “visualizar” las cosas, es decir, la imaginación, resulta inútil cuando no estorbosa y adversa, cuando se trata de hablar del cielo o del infierno.

De ahí por cierto surgen las imágenes o imaginaciones burlescas sobre la eternidad, y los comentarios que ridiculizan lo que en verdad es muy santo. Preguntas irónicas como aquella: “¿Además de cantar “Hossana, Hossana” todo el día, que más hacen los ángeles en el Cielo?” Obsérvese que esa frase está montada sobre la suposición de que hay un reloj, un tiempo, una secuencia en el cielo, y eso es exactamente lo que NO hay. Por eso advirtió san Pablo: “NI el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que lo aman.”

De modo que la imaginación no es una ayuda en este caso para la fe.

Cosa que no es nueva: la imaginación no es ayuda para acercarnos a la mayor parte de los misterios. ¿De verdad ayuda imaginar a Dios creando el universo? ¿Esa clase de antropomorfismos (inevitables) explica algo o más bien nos expone, de otra forma, al ridículo y la caricatura? O con respecto a al Eucaristía: ¿Ayuda en algo la imaginación para afirmar que en la Eucaristía está presente Cristo con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad?

La base de nuestra fe no es que las cosas sean “imaginables” sino que hemos recibido testimonio fidedigno que nos lleva a afirmar lo que supera nuestra capacidad misma de comprender.

Por eso mismo es difícil afirmar qué tan “justa” o “injusta” es una muerte. Por hacer una comparación infantil: el niño pequeño que es dejado por la mamá en la escuela se siente “injustamente” abandonado. Pasan los años, y entiende que fue un gran bien recibir lo que recibió en esa escuela.

Es normal que sintamos como injustas muchas muertes porque nuestra mirada ve la mitad, o menos, de la historia completa. Con un poco más de madurez y de tiempo, ya incluso desde esta vida, a menudo llegamos a entender las cosas de otro modo.

Bendiciones, y que el Señor nos ilumine con su gracia.

Acedia

Fraynelson, estos días me han llegado distintos comentarios sobre una nueva enfermedad espiritual, la acedia. Unos dicen una cosa, y otros, otra. ¿De verdad es algo nuevo? Por lo menos, yo no había oído hablar de esa enfermedad antes. Gracias! — H.G.

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Ante todo, hay que decir que la acedia no es algo nuevo. Se trata de una especie de desinterés o pereza por todo lo espiritual, que puede tener muchas causas y síntomas. Lo que sigue ha sido tomado de corazones.org:

Se denomina propiamente acedia o acidia a la pereza en el plano espiritual y religioso.

La palabra griega avkhdi,a o avkhdei,a, aparece tres veces en la versión de los LXX (Sl 118,28; Sr 29,5; Is 61,3), traducida en la Vulgata por taedium (tedio) y maeror (tristeza profunda); no aparece en la versión griega del Nuevo Testamento. Se la encuentra entre los autores paganos, como por ejemplo, en Empédocles, Hipócrates, Luciano y Cicerón.

El término griego, con el sentido de tedio, tristeza, pereza espiritual, se latinizó como acedia, acidia o accidia.

Los Santos Padres y los autores eclesiásticos le dieron una gran importancia en la lucha espiritual. Fue estudiada por Casiano, San Juan Clímaco, San Juan Damasceno, Isidoro de Sevilla, Alcuino, etc.

• Casiano la define como: ¨tedio y ansiedad del corazón que afecta a los anacoretas y a los monjes que vagan en el desierto¨.

• Los Padres del desierto la llamaron “terrible demonio del mediodía, torpor, modorra y aburrimiento”.

• Guigues el Cartujo la describió de la siguiente manera: “Cuando estás solo en tu celda, a menudo eres atrapado por una suerte de inercia, de flojedad de espíritu, de fastidio del corazón, y entonces sientes en ti un disgusto pesado: llevas la carga de ti mismo; aquellas gracias interiores de las que habitualmente usabas gozosamente, no tienen ya para ti ninguna suavidad; la dulzura que ayer y antes de ayer sentías en ti, se ha cambiado ya en grande amargura”.

• Santo Tomás de Aquino la define con precisión como tristeza del bien espiritual; indicando que su efecto propio es el quitar el gusto de la acción sobrenatural. Es una desazón de las cosas espirituales que prueban a veces los fieles e incluso las personas adentradas en los caminos de la perfección; es una flaccidez que los empuja a abandonar toda actividad de la vida espiritual, a causa de la dificultad de esta vida.

• Garrigou-Lagrange la definía como “cierto disgusto de las cosas espirituales, que hace que las cumplamos con negligencia, las abreviemos o las omitamos por fútiles razones. La acidia es el principio de la tibieza”.

• No menos importancia se le dio entre los autores del renacimiento espiritual español. La Puente dice que es “una tristeza o tedio de todas las obras de la vida espiritual, así de la vida activa como de la contemplativa, de donde procede que a todo lo bueno resiste y para todo inhabilita, y es lastimoso el estrago que hace”. • Podemos encontrarla retratada en la “desolación” ignaciana; decía Ignacio: “Llamo desolación… [a] oscuridad de alma, turbación de ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor”. La acidia voluntaria (ya sea buscada, ya sea no combatida) es elemento culpable dispositivo de la desolación. La descripción que nos han dejado los Santos Padres, es detallada y precisa.

• Evagrio Póntico describía al acedioso diciendo: “La acedia es la debilidad del alma que irrumpe cuando no se vive según la naturaleza ni se enfrenta noblemente la tentación. El flujo de la acedia arroja al monje de su morada, mientras que aquel que es perseverante está siempre tranquilo. El acedioso aduce como pretexto la visita a los enfermos, cosa que garantiza su propio objetivo. El monje acedioso es rápido en terminar su oficio y considera un precepto su propia satisfacción…

• San Juan Clímaco le dedica uno de los “escalones” de su “Escala Espiritual” describiéndola con términos semejantes.

[Más información aquí.]

Plan de Vida para gente joven

Fray, Necesito su ayuda: si tuviera q resumir en 4 o 5 puntos: como un joven puede construir una espiritualidad sana. Cuales serian?….necesito desarrollar esto. Bendiciones. -S.M.

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Espiritualidad sana, para uno que se ha encontrado con el amor de Dios y quiere seguir su camino (creo que vale para jóvenes y no tan jóvenes) :

1. Tener vida sacramental: eucaristía, mínimo semanal; confesión, mínimo mensual.

2. Ser perseverante en hacer oración personal: una pausa real para encontrar al señor, por lo menos unos minutos en la mañana y en la tarde.

3. Pertenecer a una comunidad donde haya por lo menos estos cuatro elementos: (a) Dirección general de algún sacerdote, si no constante sí cercana; (b) Formación amplia y de cierta profundidad en la fe católica; (c) Que los miembros de la comunidad se conozcan y aprecien lo suficiente para que la corrección fraterna en verdad funcione; (d) Que haya un compromiso de servicio hacia fuera en la evangelización, y algo también concreto de solidaridad con los pobres.

4. Ser un soldado de Cristo. Buscar en todo la coherencia preparándose psicológicamente para ir muchas veces en contravía de la opinión y los gustos del mundo, y en victoria sobre pasiones o deseos interiores que puedan desviarle de la ruta trazada.

¿Murió la Trinidad en la Cruz?

Hola amigo y hermano Fray Nelson Estoy repasando unos apuntes de Trinidad que he dado este año en clase, y estoy un poco confuso en algunas cosas, una de ellas es: 1) Se dice que en la Cruz muere Dios. (morir entiéndase como dejar de vivir esta vida que conocemos) y para el hereje Sabelio decia que era el Padre el que sufre y muere (ERROR), pero mi pregunta es:: Si Dios que es Trinidad, al morir Dios en la cruz… se puede decir que muere la Trinidad? Sé que a lo mejor mi pregunta es tonta, o arriesgada, pero me gusta pensar en cosas de teología y saber todo, para que cuando hable lo haga desde un profundo conocimiento. GRACIAS. – A.H.

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Bueno, lo esencial es no confundir muerte con aniquilación, de modo que el concepto mismo de “muerte” aplicado a aquellos seres que tienen un principio inmortal, como es el hombre, los ángeles y Dios mismo, es siempre metafórico. Se nota en el Evangelio cuando Cristo dice de una niña muerta que “está dormida.”

Por otro lado, el uso del lenguaje tiene ciertas condiciones y convenciones cuando se aplica a las dos naturalezas de Cristo. Teóricamente uno puede decir: “A Dios le gustan las nueces” porque Jesús niño las comía con deleite. En teología se llama “comunicación de idiomas” a ese tema (y problema) de cómo usar el lenguaje refiriéndonos a Cristo, que es verdadero hombre y verdadero Dios. Lo que mencionas de la muerte mismo de Cristo es un caso más, extremo pero uno más, de la misma situación: “Cristo murió, luego Dios murió, luego la Trinidad murió…”

La falla en ese modo último de hablar es que se pasa del hecho de que Cristo es un sólo sujeto, y una sola persona, a la afirmación de que todo lo que se diga de una de sus dos naturalezas vale para la otra. Si todo lo que se dice de una naturaleza valiera para la otra no tendríamos la unión hipostática sino la fusión o confusión de naturalezas, que no es el caso.

De modo que la regla de oro en la “comunicación de idiomas” es esta: De cada naturaleza de Cristo puede afirmarse estrictamente lo que pertenece a ella; lo demás se dice sólo de modo metafórico o simbólico. Así por ejemplo, “A Dios le gustan las nueces” es una frase que puede, según el caso, verse como evocadora de la humildad del Dios encarnado, pero no dice nada sobre la naturaleza de Dios en sí mismo. “Un hombre camina sobre las aguas” es verdad en cuanto al milagro que nos hace ver cuánto ha sido enaltecida nuestra naturaleza, pero no indica que la naturaleza humana haya tenido o tenga esa potestad.

Para darle gloria a Dios

Fray, pedirle que me ayude en lo sgte: Aprendí que la mejor forma de decir es: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo… y no: Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, porque no debemos dividir a Dios, porque es uno, tres personas en un solo Dios. ¿Es correcto lo primero, o lo segundo también es válido? Mil gracias por su respuesta padre, Dios lo siga iluminando por donde quiera que vaya… Y lo esperamos por aquí, Lima Perú… — M.A.

* * *

Aunque lo segundo puede entenderse correctamente, y en ese sentido las dos fórmulas son válidas, esa expresión segunda deja demasiado la idea de tres divinidades a las cuales hay que brindar alabanzas por separado. Es un asunto de matiz, y no hay herejía en usar tal expresión, pero sin duda es mejor evitarla.

Las varias copas en la Última Cena

Fray, ¿es cierto que hubo o debían tomarse cuatro copas, y si en la tercera se instituye la eucaristía y si en la cuarta copa no la tomo Jesús en la mesa sino hasta la Cruz cuando dijo “TENGO SED” y le dieron a beber vinagre simbolizando la cuarta copa? — M.L.

* * *

Es probable que sea, así pero no hay una certeza absoluta, entre otras cosas porque la Pascua ya no se celebrara de una manera única entre los judíos. Fíjate que Exodo 14 dice que debía ser una reunión de familia, y sin embargo ya había muchas excepciones a esa regla, y por eso, por ejemplo, Jesús celebra con sus apóstoles, con los cuales no era familia.

La conclusión es que no debemos hacer depender muchas cosas de detalles que son imposibles de comprobar. Pongamos nuestra atención y corazón en aquello que es central y más importante, y seguramente iremos mejor en nuestro servicio a Dios.

Cielo, Infierno y Purgatorio, explicados a los niños

CORDIAL SALUDO FRAY NELSON Y A LA VEZ MI GRATITUD POR LA GENEROCIDAD DE SU CONOCIMIENTO A LA LUZ DE LA FE. ¿COMO HAGO PARA DARLE A “ENTENDER” A LOS NIÑ@S SOBRE LA EXISTENCIA DEL PURGATORIO, EL CIELO EL INFIERNO…PROFESADO EN EL CREDO?

SABEMOS QUE PODEMOS CONSTRUIR UN PEDACITO DE CIELO O INFIERNO EN ESTA VIDA TERRENAL ATERRIZADAS EN NUESTRA PROPIA EXPERIENCIA DE VIDA; SABEMOS TAMBIEN QUE EL CIELO NO SE HA VISTO POR OJO HUMANO, SINEMBARGO, EXISTIERON SANTOS Y SANTAS QUE TUVIERON UNA VISION PROVIDENCIAL SOBRE EL INFIERNO ( SOR FAUSTINA, SANTA TERESA, SAN JUAN BOSCO…ENTRE OTROS.) DICHA EXPERIENCIA SOBRE NATURAL DE MANERA ENTENDIDA COMO ELLOS LA VIERON NO ES PARA NADA AGRADABLE, DE HECHO EL INFIERNO ES EL “LUGAR PARA EL DIABLO Y SUS ANGELES”, COMO EXPLICAR ESTO A LOS NIÑOS SIN ANIMO DE PERTURBARLOS MENTAL Y ESPIRITUALMENTE… ?

¿COMO EXPLICARLES EL SANTO TEMOR A DIOS Y JUSTICIA DIVINA. DIOS LE BENDIGA. PAZ Y BIEN. — M.B.

* * *

[Respuesta preparada por José Santiago B.] Creo que en primer lugar debes hablarles a los niños con la verdad, aunque debemos buscar imágenes que sean comprensibles en función a su edad. Te anexo la mejor catequesis para niños que encontré en La Verdad Católica, es un texto muy adaptado a lo que ellos pueden entender. Te copio unos fragmentos:

Continuar leyendo “Cielo, Infierno y Purgatorio, explicados a los niños”

Los notarios ante la legislación colombiana sobre el matrimonio

Tengo una pregunta: ¿Cómo debe actuar un notario católico a partir del 20 de junio cuando tengan que unir parejas homosexuales según la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia? Al parecer se ha dicho que no pueden ejercer el derecho de objeción de conciencia, entonces ¿qué debería hacer ese notario? – MC.

* * *

Yo creo que si la ley obliga a que se hable de matrimonio y cierra la puerta a la objeción de conciencia, la lucha inmediata debe ser reabrir esa puerta. Es lo que están haciendo aquí en Francia. Por supuesto, se requiere valor y habrá dolor, pero eso es lo que pasa cuando el mundo da la espalda a Dios. ¿Significa eso negarse a celebrar un “matrimonio” de dos personas del mismo sexo en caso de que la ley obligue a usar esa palabra? Sí. ¿Eso traerá consecuencias y desgracias para el notario? Sí. Lo mismo pasa en países donde médicos han sido encarcelados o privados de sus licencias por negarse a realizar abortos. Sin embargo, hay que anotar que, gracias a Dios no estamos todavía en ese extremo, en lo que atañe a nuestro país.

¿Sentir compasión hacia el demonio?

En este artículo que publiqué en Infocatólica, alguien escribió sobre el demonio: “es… una criatura perdida, una criatura a quien también debemos amar, incluso, compadecer.”

He aquí un tema teológico complejo y espinoso (es decir: donde es fácil errar) : nuestra relación con el demonio en cuanto creatura. Es claro que en cuanto a sus pretensiones, que apuntan a nuestra condenación completa y eterna, no hay nada que discernir ni discutir: sólo distancia; sólo refugiarnos con valiente humildad en la gracia y la Sangre de Cristo. Pero, ¿y en cuanto creatura? ¿No cabe, por ejemplo, una mirada de compasión hacia la desgracia infinita en que ha incurrido el demonio, así sepamos con claridad que ha llegado ahí por propia y libre decisión?

Además, sabemos que el Dios eterno y misericordioso no cambie por el hecho de que cambie su creatura. Así como Dios no dejó y no deja de amarnos por el hecho de que hayamos cometido pecados, así también es cierto que su misericordia se hace presente incluso en el infierno, como le reveló el mismo Dios a Santa Catalina de Siena. Por otra parte, esa misma misericordia es detestable para quien nada quiere de Dios, pero ese es otro tema.

El razonamiento podría ser este: así como Dios estira y extienda su misericordia incluso hasta el infierno, ¿no deberíamos nosotros participar de ese sentimiento de compasión?

El problema está en que todo amar nuestro está sellado por nuestra condición temporal. Somos seres “en el tiempo” y cuando razonamos o sentimos lleva en sí esa realidad. Es ahí donde surge una grave dificultad. Yo no puedo sentir compasión por el pobre sin desear que su vida mejore. No puedo compadecerme del enfermo sin desear que se cure o por lo menos que en algo se alivien sus dolores. La compasión que sentimos por las almas del purgatorio apunta a que un día puedan contemplar el rostro de Dios, en lo que tendrán perfecta felicidad y plenitud.

Pero, ¿y en cuanto a los condenados, lo cual incluye los demonios? No es psicológicamente posible hablar de compasión hacia ellos sin lo que reclama nuestra condición temporal, o sea, el deseo de que cambie su situación. Pero su situación no puede cambiar por el bloqueo interno, deseado y definitivo de su voluntad, sea como ángeles o como seres humanos. Nuestra compasión empezaría a desear algo que no sucede y que no va a suceder. Ese modo de amor se situaría implícitamente en rebeldía frente a la realidad que ya es definitiva para ellos.

Por eso la llamada compasión hacia los condenados en general entraña una contradicción interna, porque sería un amor que desea, aunque fuera germinalmente o implícitamente, algo contrario a lo que el Dios-Amor ha hecho en la obra general de su creación.

Así pues, lo único que cabe frente a los condenados es la constatación de su espantosa situación pero no es de esperar ni es sano predicar, de ninguna manera, ningún género de amor, incluso como compasión, hacia ellos. Nuestra única oración con relación a ellos sólo puede ser el Samo 119, 137-144:

Justo eres tú, SEÑOR,
y rectos tus juicios.

Has ordenado tus testimonios con justicia,
y con suma fidelidad.

Mi celo me ha consumido,
porque mis adversarios han olvidado tus palabras.

Es muy pura tu palabra,
y tu siervo la ama.

Pequeño soy, y despreciado,
mas no me olvido de tus preceptos.

Tu justicia es justicia eterna,
y tu ley verdad.

Angustia y aflicción han venido sobre mí,
mas tus mandamientos son mi deleite.

Tus testimonios son justos para siempre;
dame entendimiento para que yo viva.