Ante todo, nuestras disculpas

Por dificultades técnicas de orden temporal, nuestro boletín “Alimento del Alma” no se ha podido enviar durante varios días, específicamente: 7, 8, 9 y 10 de Julio. Disculpas por ello. Parece que los obstáculos se han superado y esperamos continuar con los envíos regulares por correo electrónico. Gracias por su paciencia y bendiciones para todos.

La unidad y la verdad

Creo que hay dos extremos que debemos evitar. Por una parte, hay quienes creen que se debe sostener la unidad en la Iglesia sin prestar demasiada atención a lo doctrinal. Según esta idea, por ejemplo, da lo mismo que unos obispos digan que se puede dar la comunión a quien promueve el aborto, y que otros digan lo contrario. Habría simplemente que trabajar por la “unidad.” Pero tal unidad supondría una de dos cosas: o caer en una especie de subjetivismo en que todo da lo mismo y entonces nada importa nada, o tratar de omitir la discusión de los temas incómodos. Eso sucede cuando una supuesta unidad se pretende imponer por encima de las legítimas exigencias de la verdad.

Luego está el otro extremo, el de aquellos que creen que debemos estar de acuerdo absolutamente en todo, de modo que no debería haber espacio para ninguna diferencia de opinión en ningún tema, ya se trate de política, de salud, de liturgia o de arte. Quienes piensan de este modo pronto toman una actitud sectaria y tratan a los que no piensan como ellos con palabras duras y a menudo despectivas.

Evidentemente lo que necesitamos es la capacidad de discernir entre aquello que es esencial, en lo cual debe haber unidad, y aquello que no es esencial y que puede dejarse a juicios prudenciales o incluso al gusto de las personas. No todo es esencial y no todo es accidental o secundario. Y por supuesto, es preciso cultivar una actitud de respeto, humildad y diálogo sincero para esclarecer cuál es el estatuto de cada tema en discusión. Entrar por la acusación, la sospecha e incluso la calumnia es hacer el juego al enemigo, que nada quiere tanto como causar división estéril.

Y aún por encima de estas consideraciones, jamás nos olvidemos de examinar la propia conciencia, enmendarnos de nuestros pecados, sean visibles o no, y suplicar luz del Espíritu Santo en la oración, tanto para nosotros como para aquellos que vemos que no piensan como nosotros.

Hay mucho que podemos hacer ahora mismo

El proceso que hemos vivido a lo largo de esta pandemia ha tenido diversas fases. Desde aquellas primeras fotos que nos mostraban las calles desiertas de Wuhan, enorme ciudad sometida a confinamiento total, hasta las cifras altísimas que vemos hoy en Suramérica y las noticias cotidianas de personas cercanas y muy afectadas, o incluso fallecidas.

Todo ha sucedido en un tiempo que se nos ha hecho a la vez muy largo, por el sufrimiento, y muy corto, por lo inesperado de todo lo sucedido, en rápida sucesión. Me decía una amiga colombiana: “Ya es difícil encontrar a alguien que no haya sido afectado por la pandemia, o en su propio cuerpo, o en amigos, parientes o vecinos muy cercanos.”

Las repercusiones médicas, laborales y económicas de una pandemia son relativamente fáciles de identificar y están continuamente en las noticias. Se miden en cifras de contagios, o en descenso del Producto Interno Bruto, o en número de vacunas aplicadas. Mucho más difícil es evaluar y tratar los daños emocionales, interpersonales y psicológicos que se van extendiendo y ahondando. Posiblemente necesitaremos años para dimensionar y empezar a restaurar ese daño interno.

Pero hay cosas que podemos empezar a hacer ya mismo. Si vemos que ya necesitamos ayuda profesional, psicológica, por ejemplo, creo que es un paso valiente que hay que dar. Es importante también prevenir y minimizar el daño que a veces nos causamos unos a otros. Los esfuerzos por la empatía sincera, por la escucha, por construir espacios donde el único tema no sea la pandemia, son realmente valiosos y marcan y marcarán diferencia.

Los creyentes sabemos además que hay recursos inesperados y muy abundantes en la oración, sobre todo si tiene las buenas características que nos han enseñado: humilde, confiada, perseverante, sincera.

A todos a quienes lleguen estas palabras, va mi abrazo fraterno, y una bendición.

Algunos testimonios de sintonía recientes

Gracias padre por darnos mas sabiduria para defender nuestra fe cristiana catolica . Desde Nueva Zelanda seguimos todas sus enseñanzas y concejos todos los dias .El Señor lo siga Bendiciendo y lo guarde siempre sus aportes son muy valiosos. — E.C.B.

Dios lo bendiga siempre Fray Nelson. Desde Londres seguimos cada día sus explicaciones colmadas de santa sabiduría. Oramos todos los días ante el Santísimo por su salud y santidad. — YTH

Padre, gracias por esta sabiduría que está compartiendo con nosotros siempre lo tendré en mis oraciones, Misas, Rosarios, comuniones. Desde san Antonio Texas, saludándolo. Yo comparto con mi familia sus predicaciones, que Dios lo Bendiga. — BC

Pero que bonito estuvo esto, me encantó saber que todos los Católicos de antes y de hoy somos compañeros de vida; los Santos mis vecinos, mis amigos, guías y maestros. Gracias a Dios. — AV

¡¡¡Maravilloso!!! Me están ayudando muchísimo a salir de mi tristeza después de la muerte de mi marido. Gracias!!!! — E.

Saludos desde Guadalajara Jalisco, padre Fray Nelson, mi admiración y respeto para usted y darle gracias por todo lo que me ha instruido, en la fe Dios me lo siga Bendiciendo. — GRH

Recordatorio: Las redes oficiales de Fray Nelson – ¡Que no te confundan!

Mis redes sociales oficiales, únicas de las que puedo responder, son las que siguen.

Lo que no te llegue a través de estas redes NO PROVIENE DE Fray NELSON MEDINA:

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El único lugar donde se indican las ayudas económicas para este servicio, como apoyo al ministerio de la predicación desde mi comunidad, la Orden Dominicana en Colombia, es:

http://fraynelson.com/ayuda.html

CUALQUIER OTRO GRUPO DE WHATSAPP O CUALQUIER OTRA INFORMACIÓN PUEDE SER UNA ESTAFA, O UN INTENTO DE HACER DINERO CON LO QUE YO OFREZCO GRATIS.

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Aprovecho para agradecer el apoyo continuo de amistad, oración y donaciones. Dios les bendiga!

Llamado respetuoso

Considero que es mi deber hacer un llamado respetuoso a todos para que, en el tiempo oportuno según cada lugar, reciban las dosis correspondientes de la vacuna contra COVID-19. Me mueve simplemente ver el nivel de dolor que han de padecer tantos en la sociedad por la pérdida de sus seres queridos; por las angustias de quienes saben que sus parientes están en condiciones extremas; por el cargo inhumana de trabajo que soporta el personal de la salud; por las secuelas que quedan en algunos que superan la enfermedad (he conocido casos). Por todo ello, y siempre respetando la conciencia de todos, invito a recibir las dosis necesarias contra esta dura pandemia. Dios bendiga a todos.

Nos envían palabras de ánimo

Tranquilo mi querido fray Nelson: si a nuestro Señor Jesucristo, lo mataron, lo calumniarion y cometieron tantos lutrajes contra él, que no dirán y harán contra nosotros. Él lo dijo que nosotros no somos más que el Maestro. Usted tranquilo que nosotros seguiremos orando; si Dios está con usted, ¿quién contra usted? Dios le siga bendiciendo y llenando de su santo Espíritu, mi querido fray Nelson Medina: Paz y bien en Cristo Jesús. –E.D.F.