Lectura creyente de la Biblia, 02 de 10, el lenguaje del testimonio

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 2 de 10: El lenguaje inter-subjetivo o testimonial.

* No se agota la capacidad comunicativa del ser humano en lo puramente subjetivo y lo puramente objetivo. Esa división parece excesiva y sobre todo incompleta, como lo demuestran algunas preguntas de cierta profundidad filosófica y psicológica, por ejemplo:

(1) ¿Qué es tener una experiencia? ¿Cuál es la diferencia entre saberlo todo sobre el rojo y haber visto el color rojo?

(2) ¿Qué es la conciencia (psicológica, “consciousness”)? ¿Describir las condiciones para que algo exista en la conciencia es igual que entenderla?

(3) ¿Puede construirse una observación objetiva sin la base de algún crédito a la subjetividad del observador?

* La Biblia no es pura subjetividad ni pura objetividad. Es inter-subjetividad en clave de TESTIMONIO, según esta “ecuación”: Testimonio = Hecho real + Interpretación genuina. Entendiendo por “genuina” la interpretación que no pretende llenar una ignorancia ni engañar. Este modo de lenguaje cuenta, a la vez, lo sucedido y el impacto que produjo.

* En ciertas circunstancias es posible remontarse del testimonio al solo “hecho real” pero en otras oportunidades eso no es posible. Incluso cuando no es posible, no hay que dudar que existe, así nos resulte imposible de conocer directamente.

Lectura creyente de la Biblia, 01 de 10, Introduccion

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 1 de 10: Introducción sobre el modo de lenguaje de la Biblia.

* ¿Cómo imaginar el lenguaje que hace posible que Dios se deje conocer del hombre?

* Hay dos posturas extremas:

(1) Para unos, la revelación es como un “dictado” y el hagiógrafo o autor sagrado es un simple escribiente.

(2) Al otro extremo, están los que sólo consideran como digno de crédito la verdad científica, y que por tanto piensan que la revelación es pura subjetividad. Para estos últimos, la Biblia es puro mito, y sólo la objetividad total, que se supone patrimonio de la ciencia, conduce a la verdad.

* Pero, ¿hay quizás punto medio entre la subjetividad de la fantasía y la supuesta objetividad de la ciencia?

Como aprovechar un retiro y aprender a compartir la fe

1. El mundo no hizo retiro; lo hicimos sólo nosotros. Hemos de estar preparados mental y espiritualmente para el profundo desnivel entre cómo nos sentimos por dentro y la realidad externa, que a menudo es indiferente, o ataca o se burla.

2. Hay virtudes realmente “divinas” y muy necesarias al final del retiro.

2.1 La divina prudencia nos invita a no pretender imponer a Cristo. Restregar la comida en la cara no produce hambre en la gente.

2.2 El divino olfato nos invita a ser como Jesús, siguiendo el hilo de las necesidades y grietas de las personas: por ellas entrará un día la gracia.

2.3 La divina percepción nos ayuda a experimentar como propia el hambre de los demás, de manera que sepamos cuándo y cómo hablar.

3. Sobre el compartir de la fe

3.1 Es preciso saber usar la información que tenemos de la persona a la que hablamos. Mirar bien en dónde están sus preguntas, dudas, fracturas y búsquedas.

3.2 Frente a los comentarios en contra de la Iglesia, hay que escuchar simplemente y comentar que hemos tenido experiencias distintas de las cuales vale la pena conversar “en otra ocasión.” rente a las preguntas relacionadas con la historia de la Iglesia o los ataques típicos de los protestantes, sirve más enviar posteriormente información por correo electrónico, u otra forma de bibliografía.

3.3 El testimonio no tiene que ser necesariamente de cosas espectaculares: lo realmente grandioso es que Jesús haya dado su vida por nosotros y que habite en nuestros corazones.

4. Podemos aplicar la parábola del sembrador a un retiro, pues en él Dios siembra semillas de gracia. Entonces:

4.1 Para evitar que el diablo se lleve lo sembrado, hay que tomar apuntes y volver sobre las grabaciones de las charlas.

4.2 Para no quedarse en una conversión superficial, hay que reservar espacios de silencio en medio de la vida cotidiana.

4.3 Para que las zarzas no ahoguen la semilla debemos examinarnos delante de Dios y reestructuras nuestras prioridades.