Signos de la vuelta de Cristo

“Aunque la fecha de la vuelta de Cristo es indefinida, se nos han hecho saber los signos que la precederán. A ellos pertenecen: la predicación del Evangelio en todo el mundo, la conversión del pueblo judío, penalidades y tribulaciones de la Iglesia, la aparición del anticristo y el caos de la creación…”

Haz clic aquí!

Sobre la existencia histórica de Jesucristo

Padre Nelson, hace poco hablábamos con algunos compañeros de trabajo sobre la Navidad, y cómo muchas veces se ha venido desvirtuando. Un colega, que es cristiano evangélico, hablaba mucho sobre Cristo y volver a Cristo, y en eso estábamos cuando llegó otro colega, que se presenta siempre como escéptico y ateo, diciendo que lo único que le faltaba a Cristo para ser perfecto era existir. Y luego nos estuvo hablando un rato sobre cómo Jesús había sido “inventado” y no una sino varias veces, y que incluso en televisión había salido un programa especial en que se decía que el cristianismo era en realidad un invento de la mente de Pablo de Tarso. Yo nunca había visto tanta agresividad dicha con tanta tranquilidad y la verdad no supe qué responder. ¿Me ayuda? — S. G. L.

* * *

Hay muchas más pruebas, de dentro y de fuera de la fe cristiana, sobre la existencia de Cristo que las pruebas que hay de la existencia de, por ejemplo, el emperador Julio César. Un buen artículo, con bibliografía, de una página del Opus Dei trae los datos fundamentales:

En la actualidad, los análisis históricos más rigurosos coinciden en afirmar con toda certeza —incluso prescindiendo por completo de la fe y del empleo de las fuentes históricas cristianas para evitar cualquier posible suspicacia— que Jesús de Nazaret existió, vivió en la primera mitad del siglo primero, era judío, habitó la mayor parte de su vida en Galilea, formó un grupo de discípulos que lo siguieron, suscitó fuertes adhesiones y esperanzas por lo que decía y por los hechos admirables que realizaba, estuvo en Judea y Jerusalén al menos una vez, con motivo de la fiesta de la Pascua, fue visto con recelo por parte de algunos miembros del Sanedrín y con prevención por parte de la autoridad romana, por lo que al final fue condenado a la pena capital por el procurador romano de Judea, Poncio Pilato, y murió clavado en una cruz. Una vez muerto, su cuerpo fue depositado en un sepulcro, pero al cabo de unos días el cadáver ya no estaba allí.

El desarrollo contemporáneo de la investigación histórica permite establecer como probados, al menos esos hechos, que no es poco para un personaje de hace veinte siglos. No hay evidencias racionales que avalen con mayor seguridad la existencia de figuras como Homero, Sócrates o Pericles —por sólo citar algunos muy conocidos—, que la que otorgan las pruebas de la existencia de Jesús. E incluso los datos objetivos, críticamente contrastables, que se tienen sobre estos personajes son casi siempre mucho menores.

Pero el caso de Jesús es distinto, y no sólo por la honda huella que ha dejado, sino porque las informaciones que proporcionan las fuentes históricas sobre él delinean una personalidad y apuntan a unos hechos que van más lejos de lo imaginable, y de lo que puede estar dispuesto a aceptar quien piense que no hay nada más allá de lo visible y experimentable. Los datos invitan a pensar que él era el Mesías que habría de venir a regir a su pueblo como un nuevo David, e incluso más: que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre.

Para acoger de veras esa invitación se requiere contar con un auxilio divino, gratuito, que otorga un resplandor a su inteligencia y la capacita para percibir en toda su hondura la realidad en la que vive. Pero se trata de una luz que no desfigura esa realidad, sino que permite captarla con todos sus matices reales, muchos de los cuales escapan a la mirada ordinaria. Es la luz de la fe.

Bibliografía

J. Gnilka, Jesús de Nazaret, Herder, Barcelona 1993;

A. Puig, Jesús. Una biografía, Destino, Barcelona 2005;

Francisco Varo, Rabí Jesús de Nazaret, B.A.C., Madrid 2005;

Francisco Varo, ¿Sabes leer la Biblia? Planeta, Barcelona 2006.

LA GRACIA del Jueves 22 de Marzo de 2018

Llegamos a ser verdadera descendencia de Abraham en la medida que nos unimos a Cristo y en que nuestra respuesta a Dios sea igual de perfecta a la de Él.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este archivo de audio en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

El Niño Jesús de Praga

“La imagen del Niño Jesús de Praga sigue siendo una de las imágenes más veneradas del mundo, transmitiendo una tierna devoción a Jesucristo en el misterio de su oculta infancia, a cuyos méritos los devotos atribuyen incontables favores y milagros. A pesar de ser una representación conocida en todo el mundo, su historia, llena de tradiciones, no es recordada frecuentemente…”

Haz clic aquí!

Los Santos y el Niño Dios

Una reflexión de Felipe Gómez, predicador católico laico:

Sabemos que santa Teresita lleva el nombre del “Niño Jesús”, que san Antonio de Padua muchas veces se representa con el Divino Niño en sus brazos, y como ellos, muchos santos, beatos y místicos, tuvieron una relación estrecha con esos primeros años de vida de nuestro amado Jesús. Aquí unas pocas anécdotas.

Se cuenta que santa Teresa de Ávila, tuvo el privilegio de ver al niño Dios en varias ocasiones, e incluso conversaba con el. También sabemos por su biografía que El Niño la trataba con mucha cercanía, hasta el punto de reírse con ella y hasta de ella.

En mayo de 1231, San Antonio de Padua, vive en una humilde ermita en Verona, propiedad del conde Tisso. Una noche, el conde ve como El Niño Dios desciende del cielo y descansa en brazos del santo, pero el al verse descubierto con esta mística visita, le prohíbe divulgarlo hasta después de su muerte.

El primer pesebre que representa el nacimiento del niño Dios, fue inspirado a San Francisco de Asís. Encontró con facilidad quien representara cada personaje de esta hermosa escena, hasta buey, corderos y asno tenía, pero no un bebé que hiciera las veces del niño Dios. A la media noche, una luz resplandeciente apareció en el pesebre y el mismo Niño Divino se apareció ante el santo, para ser adorado por este hijo predilecto y los pobres de Asís.

En el convento de Venafro, mientras el santo padre Pío estaba allí, fue visitado por El Niño Dios, con una especial particularidad, tenía impresas las llagas de sus manos, sus pies y el costado. Esto ocurre en octubre de 1911.

La noche entre el 19 y 20 de septiembre de 1919, un testigo, ve a Padre Pío caminando en la noche con El Niño Dios en sus brazos mientras le murmura oraciones al oído.

El 24 de Diciembre de 1922, una hija espiritual de padre Pío, tuvo el privilegio de ver cómo apareció El Niño Dios y se posa en brazos del santo rodeándolo de una luz brillante. Por su humildad, el santo le prohíbe contarlo.

Cómo estás, hay muchas anécdotas hermosas en torno a la cercanía del niño Divino con nosotros sus privilegiados hermanos.

Jesús está en medio de nosotros, envuelto en pañales, Vamos a adorarlo con nuestras vidas.

Dios los bendiga

Cristo, y su manera de ser Hijo

Toda la vida del Señor estuvo marcada y sellada por su relación con Dios Padre: En la Anunciación: Lucas 1,35 * En la huida a Egipto: Mateo 1 * Cuando niño, en el templo de Jerusalén: Mateo 2 * En el Bautismo: Lucas 3 * En la Transfiguración: Lucas 9 * En toda su vida: la voluntad del Padre es su “alimento”: Juan 4 * Le acusan de igualarse con Dios por llamarlo su Padre: Juan 10 * Cristo hace las mismas obras de su Padre: Juan 10 * Y de hecho, bello a Él es ver al Padre: Juan 14 * A las puertas de la Pasión, sabe que está con el Padre, que nunca lo abandona: Marcos 14 * En la Pasión misma, hasta encomendar su ser al Padre: Lucas 23.

Es verdad: hay una docta ignorancia

Razones por las que Jesucristo no nos dejó saber la fecha de su venida.incluyendo el hecho de que también la ignorancia es providencia y tiene su modo de sabiduría.

Acto de fe, esperanza y amor en Jesucristo

Yo creo en ti, Jesucristo.
Yo espero en ti, Señor Jesucristo.
Yo te amo, Santísimo Señor Jesucristo.

Yo creo en ti, Jesucristo.
Yo creo en tus ojos limpios.
Yo creo en la bondad de tu sonrisa.
Yo creo en la sabiduría de tus palabras.
Yo creo en el esplendor de tus milagros.
Yo creo en la fuerza de tus exorcismos.
Yo creo en la gracia de tu bendición.
Yo creo en la pureza de tu Cuerpo.
Yo creo en el valor infinito de tu Santísima Sangre.
Yo creo en el ritmo de tus pasos.
Yo creo en ti como guía de mi vida entera.
Yo creo en el valor de tu sacrificio.
Yo creo en la eficacia de tu oración.
Yo creo en el amor que hay en tu Sagrado Corazón.

Yo espero en ti, Jesucristo.
Yo pongo mi confianza en tu sabiduría.
Yo entrego mi futuro a tu providencia.
Yo espero en tus promesas.
Yo espero la hora de tu gracia.
Yo espero la llegada en plenitud de tu reino.
Yo espero tu retorno glorioso.
Yo espero la conversión de todas las naciones.
Yo espero porque tú eres de fiar.
Yo espero por tu bondad la gloria del Cielo.
Yo espero con toda la creación la manifestación de los Hijos de Dios.
Yo espero porque tu amor no engaña.

Yo te amo, Jesucristo.
Yo amo la humildad de tu alma.
Yo amo la inocencia perenne de tu cuerpo.
Yo amo la luz de tus palabras.
Yo amo tu ternura y tu fortaleza.
Yo amo tu valor y tu coherencia.
Yo amo tu sencillez y tu poder.
Yo amo tu elocuencia y tu verdad.
Yo amo la Sagrada Escritura que da testimonio de ti.
Yo amo y quiero amar a quienes tú amas.
Yo amo y venero tus Llagas Santísimas.
Yo amo tu presencia en la Divina Eucaristía.
Yo amo tus horas de recogimiento y oración.
Yo amo la Cruz en que nos diste salvación.
Yo amo al Espíritu Santo, don sublime de tu Pascua.
Yo amo a tu Padre, que por tu bondad es mi Padre.
Yo amo a tu Madre, que por tu bondad es ahora mi Madre.
Yo amo la raza y pueblo de quien tú provienes según la carne.
Yo amo a tus mártires y a todos tus santos.
Yo te amo, y quiero amarte infinitamente por toda la eternidad.

Yo creo en ti, Jesucristo.
Yo espero en ti, Señor Jesucristo.
Yo te amo, Santísimo Señor Jesucristo.

Amén.

* * *

Versión en audio y video:

Qué decimos nosotros de Él

“También hoy nos dirige Jesús a los cristianos la misma pregunta que hizo un día a sus discípulos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». No nos pregunta solo para que nos pronunciemos sobre su identidad misteriosa, sino también para que revisemos nuestra relación con él. ¿Qué le podemos responder desde nuestras comunidades?”

Haz clic aquí!

Cristo formando sus discípulos en la profundidad de su propio misterio

(1) No todos los temas pueden ser discutidos en todos los ambientes; vivimos en una época que pide prudencia y amor al bien común de la Iglesia; (2) Hay diferencia entre ciencia y sabiduría; las preguntas propias de la sabiduría crecen con quien las pronuncia. (3) Saber quién es Cristo es un do que viene del Padre y no se consigue sino que se aleja si uno pretende apoyarse sólo en los propios talentos.